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ABC MADRID 02-09-2016 página 12
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  • EdiciónABC, MADRID
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12 OPINIÓN LLUVIA ÁCIDA PUEBLA VIERNES, 2 DE SEPTIEMBRE DE 2016 abc. es opinion ABC DAVID GISTAU LA INTERNA Empezó una interna a la argentina, probablemente sucia y despiadada como lo son las del peronismo E L gran consenso de la España institucional, a día de hoy, consiste en que Pedro Sánchez es una pieza sobrante. No sé qué otro elemento vertebrador queda ya, capaz, como éste, de hacer que congenien y puedan intercambiar sus escritos hasta los editorialistas de los diarios antagónicos. Incluidos los socialdemócratas, que se están dedicando, con gran perseverancia pedagógica, a desmontar el mismo paradigma ideológico que ellos mismos construyeron para cimentar el complejo de superioridad moral progresista que ha gravitado sobre la discusión nacional durante toda la democracia. En este sentido, Sánchez no puede sino encontrar la comprensión de una militancia que en tiempos de Zapatero fue introducida en el sectarismo y en la bipolaridad, incluso en la Guerra Civil por otros medios, con una ferocidad que anhelaba la extinción social de la derecha Pasar, de un día para otro, del cordón sanitario y de los herederos directos de los asesinos de Lorca a las almas constitucionalistas gemelas no es fácil para nadie, ni aunque te reprogramen la mente los editorialistas de El País Los mismos, por otra parte, que no sancionaron a Zapatero la idea, recogida luego por Podemos, de que la Transición estaba pendiente y de que su ejecución debía incluir una derrota retrospectiva del bando nacional y, por añadidura, de cualquiera que tuviera en su genealogía una sola mota de culpa. Al final del debate de investidura, comprobado que Sánchez no saldrá de su cabaña con las manos en alto ni aunque lo conminen a hacerlo, con megáfonos, todas las representaciones del poder español, comenzó a germinar en el ambiente un plan B. Sánchez debe ser destruido. Y son los suyos quienes han de hacerlo. Igual que Rivera, en el anterior debate de investidura, sugirió a las nuevas generaciones del PP que liquidaran a Rajoy para acudir emancipadas del pasado a una mesa de negociación. La diferencia es que a Sánchez no lo envuelve una atmósfera protectora y monolítica, sino una donde la búsqueda de un apuñalador puede encontrar innumerables voluntarios. De aquí a la convocatoria de terceras elecciones, el espectáculo político más entretenido con el que podremos consolarnos de la frustración general será ver cómo un mecanismo homicida, que ya se tragó antaño a hombres como Borrell, se pone de nuevo en marcha para destruir a Pedro Sánchez. Tengo curiosidad por ver cómo lo intentará y si lo conseguirá. Cuál será la participación de los viejos gurús tutelares y de los medios que hace años tenían en ese mundo una influencia que ahora ha menguado. Para Sánchez no comenzó la precampaña electoral. Empezó una interna a la argentina, probablemente sucia y despiadada como lo son las del peronismo, que lo obligará a aplazar objetivos más ambiciosos, tales como formar otro gobierno a la izquierda: hasta diciembre, él ya sólo está para sobrevivir a los suyos. Debería contratar un catador. MONTECASSINO HERMANN UNA FECHA QUE CAMBIÓ EUROPA La decisión de Merkel ha sacudido los cimientos y las paredes maestras de Europa E L domingo se cumple un año de una fecha, el 4 de septiembre del 2015, que muchos consideran ya fatídica para la suerte de Europa, que en todo caso ha cambiado decisivamente el orden político en el continente y cuyas consecuencias son ya dramáticas, serán muy profundas y muchas permanentes. En estos 365 días han cambiado mucho muchas cosas en Europa. Desde la generalización del miedo en muchas comunidades hasta la irrupción del antisemitismo y misoginia de importación musulmana, desde la política terrorista hasta el número de países miembros de la Unión Europea. El 4 de septiembre del pasado año una decisión personal tomada por un líder político europeo en solitario produjo un estallido incontrolado de buenas intenciones y como siempre sucede con estos fenómenos afectivos colectivos, desató unas consecuencias imprevistas, muchas de ellas graves de inmensa gravedad y trascendencia. Hace un año, Angela Merkel consideró que la situación dramática en que se hallaban miles de refugiados en Hungría era una emergencia humanitaria tan extraordinaria y extrema que merecía y justificaba que ella, el gobernante más poderoso del continente, declarara unilateralmente y sin consulta previa alguna, suspendidas las leyes comunitarias que regían para 28 países. Aquel día la canciller alemana actuó sola y se situó por decisión propia por encima de la ley, de las leyes comunitarias, nadie duda de que movida por las buenas intenciones. De la generosidad de ofrecer asilo a todos los que lo necesitaran y de la compasión y misericordia de evitar los dramas que las televisiones de todo el mundo difundían. Pero incuestionable es que Merkel violó aquel día el principio de legalidad en Europa. Y desencadenó una lógica perversa que ha transformado demográficamente pueblos, barrios y ciudades en Alemania y ha cambiado la vida a millones de alemanes. Y ahora amenaza con extender el efecto con las cuotas obligatorias. Decenas de miles de refugiados procedentes de las costas griegas avanzaban aquellos días por los Balcanes hacia el norte en un flujo interminable que arrollaba las fronteras. Grecia era incapaz de controlar la llegada de auténticas flotillas de traficantes desde las costas turcas. Abrió su frontera hacia Macedonia contraviniendo las leyes de la UE que exigían el registro de los refugiados allí. Las paupérrimas Macedonia y Serbia, no miembros de la Unión, facilitaban el paso hacia el norte. Hungría, sin embargo, quiso defender sus fronteras y aplicar la ley nacional yeuropea, también la que obliga a registrar a los inmigrantes ilegales y solicitantes de asilo. Todos los esfuerzos por mantener orden y leyes eran en vano por la actitud de los recién llegados de no respetar a nada ni nadie que pusiera obstáculos a su objetivo de llegar a Alemania cuanto antes. Arropados en esta revuelta contra la autoridad y legalidad por unos medios internacionales volcados en aras de un supuesto humanitarismo en sabotear cualquier intento del gobierno húngaro de imponer la ley. La construcción de una valla por parte de Hungría para impedir la llegada descontrolada fue condenada como una terrible violación fascista de derechos. Un año después todos los países salvo Alemania han imitado a Hungría y construido vallas parecidas. La decisión de Merkel ha sacudido los cimientos y las paredes maestras de Europa. Ha quebrado las certezas de la seguridad, la identidad y la autoridad. La plena reacción europea al 4 de septiembre aun está en gestación. Pero muchos efectos están claros ya, desde el Brexit de junio a las elecciones en el Estado de Mecklenburgo- Antepomerania, hogar electoral de Merkel. Allí el derechista AdD puede vencer por primera vez a la CDU en un Land. Esa bomba política puede estallar este domingo, aniversario del 4 de septiembre del 2015, cuando en nombre del sentimiento, Alemania volvió a actuar contra la razón.

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