ABC MADRID 22-08-2016 página 80

LUNES 22.8.2016 Editado por Diario ABC, S. L. Juan Ignacio Luca de Tena, 7, 28027 Madrid. Diario ABC, S. L. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta publicación, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. Número 36.761 D. L. I: M- 13- 58 Apartado de Correos 43, Madrid. Publicidad 902 334 556 Suscripciones 901 334 554 Atención al cliente 902 334 555. CON VISTAS AL VERANO EL BATALLÓN PERPLEJO ÁLVARO MARTÍNEZ TAN CERCA, TAN LEJOS La guerra y las andanzas de las bestias de Daesh parecen olvidadas hasta que aparece un niño; pero el interés dura un pestañeo D EFE La primera vendimia de Europa España aún se abrasa bajo el sol de agosto y en Montilla (Córdoba) más tarde de lo habitual, ha arrancado la primera vendimia de Europa. En la imagen, bien pertrechada bajo su sombrero de paja, una vendimiadora trabaja entre las vides montillanas recolectando las uvas de los primeros mostos del año que viene. APUNTES DE ESTÍO Los veranos vuelan DIANA NAVARRO CANTANTE E fímeros en el tiempo, pero inolvidables en el recuerdo, parece que fuese ayer cuando mi amiga Mayka venía de Madrid con sus padres y abuelos a su piso de calle Mendoza, en el malagueño barrio marinero de Huelin. Pasábamos las horas hablando de lo que seríamos de mayores y de cómo convencer a mis padres para que nos dejaran volver a casa un poco más tarde. El día transcurría entre el Merendero Antonio y la casilla de enseres de pesca que mi padre, el Morralla utilizaba para la que todavía ocupa su vida: la mar. Aún salivo recordando el sabor a limón y pan cateto de los espetos de sardinas, y el del alioli que hacía a mortero María, la de Antonio el Patrón para el caldero de fideos de mi madre. Hasta puedo ver con nitidez los caballitos de mar que venían en las redes del copo con la pesca del día, y cómo me metían en un barreño de los del pescao para que me refrescase cuando la mar estaba revuelta y no permitía el baño. Se me despellejaba la nariz de tanto sol, llena de pecas y de risas cuando me decían: ¡límpiate esos churretes que te ha dejao el Frigopié! Ajena todavía a las preocupaciones del mundo adulto, sin nervios ni responsabilidades por una gira que comenzará en septiembre. Simplemente saboreando los chanquetes del restaurante Marioeva... Mi verano vuela hoy de vuelta a Madrid. Ay, si tuviera una máquina del tiempo que me devolviese a aquel verano un ratito... MAÑANA, Pilar Gonzaléz de Gregorio Verbolario POR RODRIGO CORTÉS Renuncia, f. Búsqueda de la felicidad a través de la astenia. e Gaziantep a Alepo hay solo dos horas en coche. Ambas ciudades están casi a la misma distancia de la frontera entre Turquía y Siria, un polvorín de siempre que desde hace cinco años se ha convertido en uno de los lugares más peligrosos del planeta, y mira que hay dónde elegir. En Alepo vive Omran, el niño de la ambulancia que se hizo mundialmente famoso por la foto en la que aparecía cubierto de polvo y sangre, conmovedora imagen no tanto por las heridas como por la serena resignación con la que parecía aguardar, sentadito, su traslado al hospital tras haber sido rescatado de los escombros que dejó el enésimo bombardeo. Omran tiene 5 años, los mismos que esta guerra que ha hecho de la región una lenta retrasmisión del mismísimo apocalipsis. A su hermano Alí, de 10 años, le sacaron muerto de entre los cascotes. En Alepo escasean los alimentos, la mitad de la ciudad no tiene luz ni agua y apenas medio centenar de médicos deben atender a 250.000 personas. A 120 kilómetros de allí, en Gaziantep, vivía el niño turco que se hizo (o le hicieron) estallar en la celebración de la noche de la hena un festejo en honor de la novia que se celebra en la víspera de boda. Cincuenta y un muertos y medio centenar de heridos (diecisiete en estado crítico) se contaban ayer. Se cree que el niñobomba tenía entre 12 y 14 años y que acudió al convite con dos canallas con pinta de veinteañeros, a los que aún se están buscando pues salieron de allí poco antes de que el chiquillo saltase por los aires. Dos valientes... La guerra de Siria y las andanzas de las bestias medievales de Daesh parecen abandonadas del interés general hasta que un niño se mete en la escena, a un lado u otro de la raya que separa el bien del mal. Pero ese interés dura un pestañeo. Quién se acuerda ya de Aylan, el pequeño que se ahogó hace un año en una playa cuando escapaba de la infernal batalla de Kobane, en el kurdistán sirio. De Kobane (la tierra de Aylan) a Gaziantep (donde el niño- bomba) hay apenas 120 kilómetros. Que cerca está allí siempre la muerte...