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ABC MADRID 15-08-2016 página 18
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  • EdiciónABC, MADRID
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18 ESPAÑA LUNES, 15 DE AGOSTO DE 2016 abc. es espana ABC Las bandas violentas Los hijos de la inmigración nutren las 88 bandas latinas fichadas en España Son la segunda y tercera generación de los sudamericanos llegados a España en los 90 LAURA L. CARO, PABLO MUÑOZ MADRID Varón de 14 a 25 años y legalmente español El retrato robot del pandillero de banda latina que dibujan las investigaciones de la Guardia Civil y la Policía desmiente un cliché socialmente extendido: no se trata de irregulares sino de individuos con residencia legal en España, puesto que han nacido aquí o han adquirido la nacionalidad. Por lo demás, la descripción tipo remite a un varón de entre 14 y 25 años, integrado en el grupo desde la minoría de edad, y con un entorno familiar desestructurado que es puerta de entrada al fracaso escolar y la marginalidad. De hecho, es habitual que cuenten con antecedentes penales por delitos contra las personas y el patrimonio y sean portadores habituales de armas blancas, y a veces de fuego simuladas. Las redes sociales se han convertido en el canal en el que difunden sus actos para darles repercusión. Los hijos, e incluso los nietos, de los inmigrantes suramericanos que llegaron a España a finales de la década de los 90 y se asentaron en las grandes ciudades son quienes hoy integran de forma mayoritaria las 88 bandas latinas legales e ilegales fichadas por el Ministerio del Interior a lo largo de todo el país. Son, por tanto, de origen dominicano, ecuatoriano o colombiano, pero españoles de nacimiento o de nacionalidad, un fenómeno que reproduce el que ya fue detectado en Francia en 2005, cuando se analizó la composición de los grupos violentos de los extrarradios con motivo de la ola de vandalismo que sacudió la periferia de París y que se saldó con 4.800 arrestos y 600 encarcelamientos. En medio de aquella intifada urbana, que puso el foco en los riesgos de la guetización y el fracaso de las políticas de integración, se descubrió que muchos de los actores de los disturbios eran miembros de la segunda o tercera generación de inmigrantes de origen magrebí, subsahariano o turco, cuya entrada en suelo galo se había registrado mucho tiempo atrás, algunos en la década de los 60. Es decir, se reveló que se trataba de jóvenes franceses de nacimiento o de nacionalidad, en consecuencia educados y crecidos en Francia, y no de recién llegados en situación irregular en ese país, como tradicionalmente se había presumido. Operación policial contra un miembro de una banda latina El prototipo de estos pandilleros obedece a un patrón que, según describen las fuentes, es el de un varón que suele ingresar en la organización siendo menor de edad, que sociolaboralmente se circunscribe a los ámbitos de marginalidad fracaso escolar, paro, entorno familiar desestructurado y que cuenta con un perfil delictivo. De hecho, el 95 de los 437 miembros de estas bandas que fueron detenidos durante el año pasado tenían antecedentes policiales, en general por lesiones, amenazas, riña tumultuaria o robo con violencia. Y es que, según describen fuentes de Interior, la mayoría de las acciones perpetradas por estos grupos se alejan bastante de lo que se conoce como criminalidad organizada para limitarse, habitualmente, a enfrentamientos de baja intensidad por el dominio de zonas de actuación: el control de los parques y el metro, el menudeo de la droga, que constituye su fuente fundamental de financiación, o la noche. No obstante, la muerte a principios de marzo de un joven de 15 años de origen dominicano en pleno centro de Madrid durante una reyerta entre las pandillas enemigas de los Trinitarios y los DDP resucitó la cara más siniestra de estas organizaciones. En relación con ese crimen la Policía detuvo a siete jóvenes por su presunta implicación en los hechos, cinco de ellos también menores de edad y entre los que se cuenta el supuesto autor material de la puñalada en el corazón que provocó el homicidio, un individuo que tenía también raíces dominicanas. Episodios como ese siempre pueden desembocar en venganzas, cuando no en guerras abiertas entre bandas. No obstante, no hay que minusvalorar el poder disuasorio que sigue ejerciendo la primera sentencia judicial que mandó a miembros de un banda latina a la cárcel. Se trata del fallo con el que el Tribunal Supremo orde- Crimen organizado Los datos sobre la extracción de quienes actualmente forman las bandas latinas en España figuran en un exhaustivo censo realizado por la Policía y la Guardia Civil, que no incorpora las cifras ni de los Mossos en Cataluña ni de la Ertzaintza en el País Vasco, y que señala Madrid como el gran epicentro de estos movimientos. En concreto, el informe radiografía los 29 capítulos en los que se reparten los Latin King en nueve autonomías, los 16 que controlan los Trinitarios en otras cinco; los 10 en los que se dividen los Ñetas; 11 de los Dominican Don t Play (DDP) así como los dos de los Forty Two y dos más de los Blood, además de otros 18 grupos independientes que no dependen de ninguna de esas matrices. Son 70 en total, dentro de los que ha llamado la atención de los Cuerpos de Seguridad la constatación de una cada vez mayor presencia de individuos de nacionalidad española léase en lenguaje ordinario de pura cepa así como de miembros de otros países de Europa e incluso África Perfil delictivo El 95 de los 437 detenidos en 2015 tenía antecedentes policiales, principalmente por robo con violencia, hurto, malos tratos, lesiones o amenazas Cada vez más españoles Junto a los jóvenes de raíces sudamericanas, se ha detectado en estos grupos un número creciente de españoles de pura cepa europeos y africanos

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