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ABC MADRID 14-08-2016 página 68
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  • EdiciónABC, MADRID
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68 ABCdelVERANO GENTE DOMINGO, 14 DE AGOSTO DE 2016 abc. es estilo ABC Peggy Guggenheim Días de sexo, alcohol y arte Una biografía de la gran coleccionista y mecenas norteamericana desvela las luces y sombras de la última Dogaressa NATIVIDAD PULIDO MADRID con todo lujo de detalles íntimos, en su autobiografía, Confesiones de una adicta al arte Habla en ellas sin tapujos de sus hazañas amatorias. Presumía de haber tenido más de 400 amantes. La crítica la vapuleó: tildó el libro de confesiones ninfómanas Matrimonios fallidos, romances tormentosos, viajes, fiestas, alcohol... Y Casanova se reencarnó en mujer. Eso sí, vestida por Paul Poiret, con pendientes diseñados por Tanguy y Calder y posando para Man Ray. Siempre ha habido clases. Pobre niña rica, heredera multimillonaria, excéntrica y extravagante (lucía gafas de mariposa y siempre iba con sus inseparables lhasa apso) caprichosa (estaba acostumbrada a conseguir todo lo que deseaba) manipuladora, rebelde, autodestructiva, sexualmente liberada, promiscua, provocadora... Todo menos convencional. Coleccionista compulsiva (atesoraba a la misma velocidad cuadros y amantes) y activa mecenas (apoyó a muchos artistas no sólo comprando sus obras y lanzando sus carreras, sino ayudándolos a salir del país huyendo del nazismo) Peggy Guggenheim (1898- 1979) no dejó indiferente a nadie. Para unos, era tacaña e insegura. Acomplejada por su físico poco agraciado (heredó la horrible nariz de los Guggenheim) le atormentaba que los hombres estuvieran con ella sólo por su dinero. Pero así fue. Para otros, sin embargo, era inteligente, generosa y muy trabajadora. Antes que galerista estuvo empleada en la consulta de un dentista, en una librería... La apasionada y apasionante vida de Marguerite (ese era su verdadero nombre) fue contada en primera persona, prematuramente, doce años antes que ella. Se planteó el suicidio. Sentí que toda la luz de mi vida se apagaba se lamentaba Peggy Guggenheim, a quien Gore Vidal define, con certero tino, como la última de las heroínas trasatlánticas de Henry James, como una Daisy Miller con más pelotas Su primer marido fue el escritor Laurence Vail rubio, ojos azules, porte Una mujer maltratada aristocrático con quien tuvo sus dos Ahora es Francine Prose, biógrafa de únicos hijos: Sindbad y Pegeen. EstuAna Frank y Mary Shelley, quien cuen- vieron seis años juntos. Cuenta Francita su vida en tercera persona en Peggy ne Prose que Vail le tiraba los zapaGuggenheim. El escándalo de la tos por la ventana, destrozaba modernidad (Turner) El lilos muebles, le daba empujoPASIONES bro no omite la violencia fínes por la calle, le untaba Coleccionista sica que estuvo presente en mermelada en el pelo... Un compulsiva, todas sus relaciones sentidía casi la ahoga en la baatesoró a la mentales. Dicen que tentañera y, estando embarazamisma velocidad ba los límites de sus amanda, le tiró un plato de judías. cuadros tes hasta hacerles perder el Pero el amor de su vida fue y amantes control y que sirvió fría la venel también escritor John Feganza, empleando su fortuna para rrar Holms. Una especie de Pig manipular y castigar a los hombres por malión para Peggy: Me tuvo en la paltratarla mal o no quererla lo suficiente. ma de la mano. Dirigió cada uno de mis Soportaba el daño físico y psicológico, movimientos, de mis pensamientos humillando a los hombres, controlán- Tampoco fue un santo. Relata la biógradolos con su dependencia económica fa que la obligó a permanecer desnuda Son tremendos los episodios de maltra- durante horas ante una ventana abierto que sufrió por parte de sus parejas. ta en diciembre, le tiró whisky a los ojos... Las tragedias familiares marcaron Tras su muerte, Peggy perdió el norte: su vida. Ríanse de las de Sófocles. Su pa- Llevaba años siendo esclava de John. dre, Benjamin Guggenheim, iba a bor- No tenía ni la menor idea de cómo vivir do del Titanic. Con su elegante esmo- mi vida. Tras su muerte vivía con el tequin, ayudó a subir a los botes a los pa- rror de quedarme sin alma Incluso insajeros, pero él se negó a hacerlo. Su tentó suicidarse. Otro hombre impormadre, Florette Seligman, era obsesiva tante en su vida fue el dramaturgo Sacompulsiva. Su hermana Benita murió muel Beckett. Guapo, culto y diez años al dar a luz. Dos de sus sobrinos caye- más joven que ella, era muy educado... ron desde el piso 16 de un rascacielos hasta que perdía el control por el alcopor motivos inexplicables. Y su hija Pe- hol. La relación duró 13 meses. No creo geen, inestable mentalmente, trauma- que estuviera enamorado de mí más de tizada, depresiva, alcohólica... murió diez minutos se lamentaba ella. Los hombres de su vida Max Ernst Se enamoró locamente del pintor, pero él siempre estuvo obsesionado con Leonora Carrington. Se casó con Peggy Guggenheim por su dinero. Marcel Duchamp Intentó educarme. Me presentó a todos los artistas, me dio muchos consejos. A él tengo que agradecerle mi incursión en el mundo del arte moderno John Ferrar Holms Fue el amor de su vida, una especie de Pigmalión: Me tuvo en la palma de la mano. Dirigió cada uno de mis movimientos, de mis pensamientos Yves Tanguy Tuvo un tormentoso romance con el pintor. La esposa del artista le arrojó a Peggy tres trozos de pescado por la calle al encontrársela un día.

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