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ABC MADRID 12-08-2016 página 63
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC VIERNES, 12 DE AGOSTO DE 2016 abc. es estilo CINE ABCdelVERANO 63 Mucha testosterona en la película original, un clásico del cine de los 80 La película Los Cazafantasmas (1984) hace mucho que se convirtió en un clásico del cine de los ochenta. Reunía a actores de la talla de Dan Aykroyd, Harold Ramis, Ernie Hudson y, sobre todo, Bill Murray, que lograba seducir a cualquiera con su carisma apático y desenfadado. Había mucha testosterona en el reparto: estaba (casi) monopolizado por hombres. Les acompañaban Annie Potts, en el papel de la secretaria, y Sigourney Weaver, como la primera clienta y objeto de deseo de Murray. En 1989 Ivan Reitman, director de Los Cazafantasmas rodó una secuela del filme, que también arrasó en taquilla. Junto a estas líneas, las cazafantasmas en acción. Abajo, Chris Hemsworth, en el papel del secretario ABC con papeles femeninos poco estilizados que rompen con los estereotipos. A lo largo de la historia del cine han existido muchas mujeres que fueron grandes actrices cómicas. Existe una doble vara de medir para las mujeres, que a mí me irrita admite McCarthy. La cara del éxito en la industria del cine ha cambiado con la llegada de Feig y McCarthy. Juntos debutaron con La boda de mi mejor amiga siguieron con Cuerpos especiales y Espías (cada una de ellas consiguió más de doscientos millones de dólares en la taquilla) y vuelven al ataque con Cazafantasmas Nos entendemos muy bien. Desde que la descubrí en la audición de La boda de mi mejor amiga soy admirador de su talento para la comedia A lo que su pupila responde con satisfac- ción: Yo haría cualquier cosa por Paul Feig, incluso una secuela de Cazafantasmas bromea la actriz. Explorar posibilidades El planteamiento de sus historias sigue un patrón de conducta: personajes femeninos poco glamurosos dentro de ambientes dominados generalmente por hombres. Una perspectiva que ha permitido al cineasta y a la actriz plasmar sus ideas en áreas donde aún permanece la mentalidad sexista en un intento de llevarlas hacia un camino de progreso. Me interesa divertir al público, pero también explorar la posibilidad de personajes diferentes, identidades que no se han explotado todavía en Hollywood reconoce Melissa. A su lado, la actriz Kristen Wiig termina sus frases, como dos buenas amigas acostumbradas a trabajar juntas desde hace tiempo: Nos hemos convertido en heroínas responde medio en broma y continúa: No hemos hecho un remake; son personajes distintos, una historia distinta. Solo mantenemos el espíritu, el vestuario y la caza de los fantasmas explica Wiig. La colaboración de ambas en La boda de mi mejor amiga y su éxito posterior lanzaron la carrera de estas dos actrices que son, hoy en día, las más populares en la taquilla cinematográfica internacional. Igual que el equipo original de Cazafantasmas tenía personalidades muy diferentes, la cuadrilla de Feig ha creado su propio universo, sin llegar a convertirse en un remake al uso o en Cazafantasmas 3 Ya se han hecho dos películas de Cazafantasmas, yo quería descubrir este mundo de una forma original. Personalmente, no me gustaba la idea de empezar diciendo hace veinticinco años ni tampoco que ellas se vieran saturadas de tecnología. Por eso hemos ido al origen. Lo más divertido es representar ramas distintas del árbol de la ciencia y construir desde su raíz. No hubiera podido hacer eso con una secuela explica el cineasta. Contrarrestando a las mujeres aparece Kevin, el secretario sin sustancia, pero con un físico de infarto, creado por Chris Hemsworth. Me convierto en el hombre objeto y, como tal, me lo he pasado sensacional rodando este filme. Tenía muchas ganas de hacer una comedia y alejarme de mis personajes de seperhéroes reconoce el australiano. meno se repite ahora, con la ventaja de la evolución sexual y tecnológica. Las cazafantasmas de 2016 son mujeres, los espectros se han sofisticado y las armas para combatirlos ya no parecen extintores camuflados. A cambio, los efectos especiales repiten y el clímax no es muy distinto del de cualquier película de superhéroes. La buena noticia por delante: si los espectadores disfrutaron del original (y fueron millones) es muy posible que vuelvan a pasarlo en grande, con el ajuar renovado y las sábanas limpias. Pero si ya entonces pensaron que la conjunción de talentos estaba por encima de las posibilidades del guión, es probable que repitan el juicio. En esta época de saltos nostálgicos de tres décadas, hay quien se gira en busca de Spielberg y Cuenta conmigo para descubrir Stranger things la serie del momento, y quien prefiere recordar la pegadiza canción y el logo genial con que los ghost busters invadieron el planeta en 1984. Ahora pueden ver este taquillazo garantizado, en plena veda de pokemons. Las cazafantasmas modernas no carecen de virtudes. Las chicas son guerreras y contratan como secretario a un tontaina buenorro (estupendo cómo se ríe del arquetipo Chris Hemsworth) en una oportuna inversión de papeles. Entre homenajes, guiños y reapariciones más o menos espectrales, cabe aplaudir también el despliegue de rostros conocidos. El premio al momento más divertido, es solo una opinión, se lo lleva Andy García cuando se indigna al ser comparado con el alcalde de Tiburón aunque tiene guasa que las cazafantasmas usen como combustible un título del maestro. Las actrices son otro factor esencial de este previsible éxito. La conocida vis cómica de Kristen Wiig y Melissa McCarthy se complementa sin chirridos con el talento de Leslie Jones y Kate McKinnon, ambas salidas también de la inagotable cantera de Saturday Night Live En fin, no es difícil encontrar excusas para apreciar esta secuela sorprendentemente tardía. Se nota, para bien y para mal, que han tenido tiempo de pensar en la triunfal reaparición, pulir detalles y reconquistar al mismo espectro de público.

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