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ABC MADRID 02-08-2016 página 66
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  • EdiciónABC, MADRID
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66 ABCdelVERANO CULTURA MARTES, 2 DE AGOSTO DE 2016 abc. es estilo ABC Festival de Bayreuth Romain Gary y Jean Seberg La forja de un Anillo imposible OVIDIO GARCÍA PRADA Los servicios secretos les declararon marido y mujer Un libro desvela cómo el espionaje galo montó su boda para evitar un escándalo intolerable para De Gaulle JOSÉ MARÍA BALLESTER ESQUIVIAS MADRID Las extremas medidas de seguridad siguen en pie, con presencia policial masiva y controles escalonados. Entretanto, hay incidentes fortuitos que propician momentos fulgurantes. La inoportuna indisposición de un cantante motivó una permuta de papeles. El barítono John Lundgren, previsto como protagonista de El holandés errante asumió el personaje de Wotan. El fraseo, ímpetu, timbre y volumen expeditivos de su canto, sumados a una imponente presencia escénica, convirtieron su Wotan en el quicio vocal y dramático de La Walkyria y Sigfrido Su incorporación y la del maestro Marek Janowski en el foso de la orquesta encumbraron la denostada puesta en escena de Frank Castorf a un nivel musical que pocos habrían imaginado cuando el año pasado Kirill Petrenko decidió abandonarla con numerosas vacantes en el reparto. Se realizaron 31 sustituciones. En lugar de una simple reposición, Castorf tuvo que reiniciar casi de cero el estudio de la producción con la consiguiente lucha contra reloj. Esta puesta en escena carece de una concepción unitaria. Es un mero collage en las antípodas de la cosmovisión wagneriana. Sustituir oro por petróleo y enmarcar la historia del oro negro en el conflicto EsteOeste con etapas en Texas, Azerbaiyán, Alemania- Oriental y Nueva York es empeño imposible con esta partitura. Además, el corifeo iconoclasta del Regietheater se comporta en ocasiones como un director que no dirige, abandonando a los cantantes- actores a su suerte. La acumulación de incisos dadaístas y de obscenidades supuestamente provocativas resulta tediosa. Una lástima, porque el revestimiento escenográfico realizado por Aleksandar Denic es espectacular. En la dirección musical, Marek Janowski afrontaba un imponente desafío: debutar en Bayreuth a los 77 años. Se aprecia el dinamismo y agilidad de su lectura, pero a veces resulta vacilante y desigual, lo que motivó que no pocos añoraran al futuro director de la Filarmónica de Berlín. El público aplaudió las dos primeras partes Oro del Rin y La Valkyria pero volvió a abuchear la representación de Sigfrido Al finalizar la tetralogía, con el Ocaso de los dioses muchos asistentes no esperaron a que el director escénico saliera ante el telón. Transcurrían los minutos con repetidas ovaciones para los intérpretes y Castorf no aparecía. No salió y no se repitió la bronca monumental de años anteriores. El 16 de octubre de 1963 aterrizó en Ajaccio (Francia) un avión de los servicios secretos franceses. De él bajaron tres pasajeros: una pareja y su acompañante. Al pie de la escalerilla les esperaba un coche, también de los servicios secretos, conducido por el capitán Domy Colonna- Cesari. Su misión consistía en llevarles al pequeño municipio de Sarrola- Carcopino, en la Córcega profunda, para que la pareja contrajese matrimonio a toda prisa. Esta es la fascinante trama que desvela la reportera de Le Monde Ariane Chemin en Mariage en douce Pero ¿por qué los servicios secretos organizaron la boda a toda velocidad? No se trataba de cualquier pareja. Él era Romain Gary, nacido Roman Kacew en Vilna (Lituania) en 1914; judío de origen polaco emigrado a Francia a finales de los años veinte; el único escritor galardonado dos veces con el premio Goncourt; autor de novelas como Las raíces del cielo o La angustia del Rey Salomón aviador durante la Segunda Guerra Mundial; compañero de la Liberación una condecoración que Charles de Gaulle sólo otorgó a una reducida élite de resistentes y diplomático. Ella, Jean Seberg, tenía 24 años menos y vino al mundo en Marshalltown, un pequeño municipio de Iowa (EE. UU. del que, probablemente, no habría salido si Otto Preminger no la hubiera seleccionado para interpretar a Juana de Arco en un casting en el que participaron 18.000 candidatas. Fue el inicio fulgurante poco tardó en convertirse en una figura de la nouvelle vague de una trayectoria cinematográfica llena de películas inolvidables, como Al final de la escapada Gary y Seberg coincidieron por primera vez en 1959 en Los Ángeles, donde el novelista ejercía de cónsul general de Francia. Ella había acudido a California en compañía de su primer marido, François Moreuil, un joven realizador al que había conocido durante un receso de un rodaje. El matrimonio fue invitado a cenar por el diplomático y su mujer, la escritora británica Lesley Blanch. Antes incluso de sentarse en la mesa, Gary empezó a dar la nota. Entre chistes y gamberradas, los ojos del escritor buscaban a los de Seberg. La actriz tel parisino fue en vano: el novelista y la actriz ya eran tortolitos. Entraban, salían, iban y venían. Hasta que les descubrió la prensa. Seberg echaba balones fuera Romain es un amigo al que admiro se escudaba mientras vivía el idilio con pasión; hasta el punto de que Gary un mujeriego empedernido que escribió una novela sobre el declive sexual masculino puso un límite: el amor, dos veces al día, ni una más. Este malentendido amatorio era un pormenor al lado de los escollos que ambos tenían que vencer: combinar el juego del escondite con declaraciones ambiguas podía tener consecuencias catastróficas, sobre todo para Gary. Blanch admitía amantes, pero no el divorcio. Y si este se producía, la situación de concubinato podría hundir la carrera del diplomático, pues el gaullismo Gary era su novelista de referencia tenía su vertiente mojigata. Gary sabía que el estirado Maurice Couve de Murville, entonces ministro de Asuntos Exteriores, no le iba a pasar ni una. En el Elíseo, Yvonne de Gaulle, la primera dama, hacía las funciones de aduanera de la moralidad: algunos se quedaron sin ser ministros debido a sus amoríos ilícitos. La situación de la pareja, que ya era delicada, se hizo insostenible cuando Seberg se quedó embarazada. Prudente, dio a luz a Alexandre Diego Gary en Barcelona el 17 de julio de 1962. Blanch aceptó la realidad y, por fin, en septiembre de 1963, concedió el divorcio a Gary, que respiró tranquilo. Sin embargo, para que el alivio fuese total, había que organizar una boda discreta para diluir un escándalo aún latente. Dificultades Suficientes antecedentes como para que Gary recurriese al general Charles Feuvrier, compañero durante la guerra y uno de los mandamases del espionaje. Feuvrier llamó a ColonnaCesari para que buscase un alcalde dispuesto a casar a una pareja de famosos y este convenció al de SarrolaCarcopino, no sin dificultades. Si empiezas a poner pegas, llamas directamente al Elíseo le dijo. El alcalde aceptó, incluso, no publicar las amonestaciones matrimoniales. Seberg y Gary, tras divorciarse, se suicidaron con un año de diferencia. El general Feuvrier y su mujer también murieron. Sólo quedaba Colonna- Cesari. Tras una larga investigación, Chemin dio con él en una romería de la Córcega profunda. Tuvo que bailar un tango con él para que aceptase contar una historia que ya había superado el medio siglo. Y es que los espías son los espías. Una historia inédita Arriba, portada del libro donde Ariane Chemin ha contado la historia de Domy ColonnaCesari (sobre estas líneas) permanecía en silencio, pero no indiferente a los requiebros del anfitrión. Moreuil tuvo que adelantar su regreso a Francia. Seberg se quedó unos días más en California. Su marido cometió el error fatal de decirle a Gary: Se la confío El puñetazo que le asestó a su rival meses después en un ho-

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