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ABC MADRID 18-06-2016 página 61
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC SÁBADO, 18 DE JUNIO DE 2016 abc. es cultura CULTURA 61 Jean- Michel Jarre, ilusionismo electrónico para hipnotizar el Sónar El francés se estrenó en el festival con un montaje de alto impacto visual DAVID MORÁN BARCELONA Festival de música Mad Cool, Jane s Addiction y la polémica sexista NACHO SERRANO MADRID Si de algo puede presumir el Sónar es de que sabe sacar el máximo partido a sus leyendas. Ocurrió con Kraftwerk, Yazoo, Chic o Pet Shop Boys y volvió a ocurrir anoche con Jean- Michel Jarre, pionero en la fusión de los lenguajes musical y visual y figura de primer orden de la electrónica europea que se estrenó ayer en el festival barcelonés con un montaje de alto impacto visual. Un festín para la retina que cautivó el gigantesco escenario del SonarClub y aupó al francés al panteón de héroes particulares del festival. El escenario era aparentemente austero, con una gigantesca pantalla en el fondo y otras seis, verticales y traslúcidas, situadas en un primer plano. En el centro, el francés retorcía sintetizadores escondido tras unas gafas de sol y escoltado por dos músicos que aportaban músculo y poderío rítmico a su electrónica flotante y planeadora. Y aunque su música pueda sonar muchas veces a etapa quemada y superada máxime en un festival como este, donde las revoluciones se amontonan a la vuelta de esquina es la conjunción de imagen y sonido, de poderosas ráfagas de luces y colores centelleantes y sintetizadores trotones, lo que mantiene a Jean- Michel Jarre como aventajado prestidigitador de la electrónica de gran formato e ilusionista del ensalmo audiovisual. Venía el autor de Magnetic Fields a estrenar su último trabajo, ese mosaico colaborativo que es Electronica 2: The Heart Of Noise y aunque no se olvidó de marcar perfil protestón con esa Exit en la que colabora con Edward Snowden o de encerar la pista de baile con What You Want con voces a cargo de Peaches, tampoco le hizo ascos a hitos como Oxygène II Equinoxe IV y Oxygène IV y Equinoxe V Lo mejor, sin embargo, no fue su visión transversal de la electrónica ni el ritmo seco y machacón de Brick London su mano a mano con Neil Tennant (Pet Shop Boys) sino una virguería de montaje repleto de figuras geométricas de colores, haces de luz disparados desde el escenario, rojos y azules deslumbrantes, amagos de 3 D, siluetas proyectadas, y, en fin, una impactante y perfecta sincronización entre imagen y música. Lo peor, sin duda, que buena parte del concierto de Jean- Michel Jarre coincidiese con el de Anohni, que andaba a la misma hora en el otro extremo del Jarre, anoche, en un momento de su actuación en el festival barcelonés EFE Festín cautivador Un festín para la retina que cautivó el escenario del SonarClub y aupó al francés al panteón de héroes recinto recomponiendo las piezas de su canción protesta sintética ataviado con una suerte de poncho- burka y con su voz de querubín herido más de- satada que nunca. Un cambio radical para el antaño líder de Antony The Johnsons, renacido en femenino entre rotundos injertos electrónicos y secundando en directo por proyecciones de primeros planos de mujeres sincronizados con su voz. Hipersensibilidad electrónica para dar alas al festival y blandir un guante de seda que recogería más tarde James Blake, paladín del soul con vistas al futuro y, por extensión, con vistas al Sónar. La segunda jornada del festival que se celebra en la Caja Mágica comenzó con un claro objetivo por parte de la organización: mejorar los graves errores cometidos durante la primera, que afectaron al servicio en las barras de comida y bebida, a los accesos, al parking, a la pulsera con chip para pagar las consumiciones... es decir, a prácticamente todo menos la música. En lo musical, el primer gran triunfador fue un grupo británico que ha revolucionado la escena de pop psicodélico, Temples. Poseedores de un sonido inconfundible y unas canciones brillantes en formato disco, fueron capaces de estar a la altura también en directo. La misma expectación se había desatado con su compatriota Michael Kiwanuka, un soul- man muy joven pero adscrito a la vieja escuela y que ha desatado comparaciones con el mismísimo Sam Cooke, y también se cumplió. Cerca de las diez de la noche, mientras varios cientos de personas atendían a la pantalla gigante que emitía el partido de la Eurocopa de la selección española, subieron al escenario uno los californianos Jane s Addiction, sin duda uno de los mayores atractivos de la noche para los amantes de la energía rockera. Aunque algo oxidados por los años, Perry Farrell y los suyos convencieron a todo aquel que fuese a verlos sin mayor voluntad que la de pasar un buen rato en compañía de las canciones de su disco más aclamado, Ritual de lo Habitual No gozaron tanto los que vieron sacrilegio en su versión de Rebel, rebel de Bowie, y sobre todo los que dejaron notar su rechazo ante el denigrante espectáculo con chicas ligeras de ropa que acompaña su show. Más engrasados, armoniosos y luminosos sonaron León Benavente y sobre todo Band of Horses, el must- see de todo hipster que anduviera anoche por la Caja Mágica. Su folk- rock sentó de maravilla a un público que instantes después se encontraría con una apuesta radicalmente distinta, antitética podría decirse: nada menos que la psicosis bailonga de The Prodigy. No sabemos qué opinarán los vecinos del barrio de San Fermín (bueno, sí que lo sabemos: se han quejado del ruido en las redes sociales) pero aquello sonaba como si el mundo entero se fuera a venir abajo. Die Antwoord y Bastille cerraron de madrugada una jornada relativamente menor, por la ausencia de un gran nombre de leyenda, pero que dejó bastante mas contentos a los asistentes por las mejoras de organización.

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