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ABC MADRID 05-06-2016 página 76
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  • EdiciónABC, MADRID
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76 SOCIEDAD Números y letras Uno de los principales consejos ofrecidos por los expertos es pensar en una contraseña que combine números, letras (tanto mayúsculas como minúsculas) y símbolos como DOMINGO, 5 DE JUNIO DE 2016 abc. es conocer ABC Cómo crear claves fiables Ocho caracteres El tamaño importa a la hora de protegerse de los ciberdelincuentes. Los expertos recomiendan que la longitud mínima de cualquier clave sea de al menos ocho caracteres. Sin datos personales No compartirlas Aunque no seamos famosos ni conocidos, tampoco hay que configurar una contraseña con datos personales: fecha de cumpleaños, aniversario, nombre de los hijos... Un error que cometen muchos usuarios es utilizar una única combinación para todo. No, la contraseña es única y no se debe configurar la misma para varios servicios. Evitar lo obvio Son fáciles de recordar. pero también son las más débiles. Los expertos insisten: nunca configure sus datos de acceso con letras o números correlativos: 1, 2, 3, 4 o abc 12 ABC TECNOLOGÍA Cuenta atrás para dejar de memorizar las contraseñas Las empresas empiezan a impedir el acceso a sus servicios con claves débiles ANA I. MARTÍNEZ MADRID N o hace falta ser un pirata informático para ser capaz de averiguar cuál es la contraseña de correo electrónico de cualquier usuario. La tecnología avanza y la ciberdelincuencia también. Es más, los ciberdelincuentes suelen ir un paso por delante de los agentes de seguridad y las compañías tecnológicas. Los últimos hackeos a plataformas como MySpace o LinkedIn, así como a las cuentas de la red de micromensajes Twitter del Sindicato de los Mossos d Esquadra o el caso de ataques a perfiles de personalidades famosas, entre las que se encuentra Katy Perry, demuestran que algo falla en este aspecto. Y la conclusión es clara: las claves de acceso a cualquier servicio no garantizan la seguridad. Observando los patrones de conducta de los usuarios, la situación sigue facilitando las cosas a los ciberdelincuentes. Desde hace varios años la contraseña más insegura (y una de las más utilizadas) en 2015 y 2014 ha sido la sucesión 123456 Los usuarios de la red siguen sin concienciarse de la importancia de generar claves robustas en el email, la cuenta de Facebook o la de Instagram. Por esta razón, firmas como Microsoft han tomado ya cartas en el asunto. El gigante del software ha decidido prohibir que sus clientes utilicen contraseñas tontas La compañía ha empezado a obligar a los usuarios de sus servicios la configuración para tener una buena combinación de contraseñas. Para ello, ha elaborado una guía con las contraseñas más comunes, las que hay que evitar. Por tanto, cuando un usuario introduzca su clave, el sistema comprobará de forma automática si esta coincide con alguna de las de la guía. En ese caso, impedirá su uso. Y, entonces se pondrán las cosas más difíciles a los ciberdelincuentes. Aunque en internet nada es seguro, la creación de claves robustas y difíciles de descifrar sí ayuda a proteger a los usuarios y empresas de posibles ataques. Pero queda patente que ya no es suficiente. La ciberdelincuencia está demostrando que toca ya pasar página y poner fin a esta herramienta de seguridad, que se está quedando obsoleta. El error de cambiar El Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno británico (Government Communications Headquarters, GCHQ) comenta en su informe de 2015 Password Guidance Simplifying Your Approach que los cambios frecuentes de claves no sirven para nada. Aunque se trata de un sistema simple, barato y rápido de implementar la realidad es que el usuario se vuelve más inseguro en la red porque recurre a claves comunes, las reutiliza o cambia solo un dígito. Esta medida, que incluso un banco nacional puede tener implementa- da, facilita la labor de los ciberdelincuentes. Cabe recordar que una de las máximas en seguridad informática ha sido siempre (y lo seguirá siendo por mucho tiempo) cambiar periódicamente las claves. La muerte de la contraseña se predijo hace unos diez años. Pero desde entonces su uso solo se ha incrementado recuerda en el informe Ciaran Martin, director general de Ciberseguridad de GCHQ. Pero puntualiza: Este aumento se debe principalmente a la oleada de servicios en línea Hace tiempo que las grandes compañías son conscientes y trabajan en ello desde hace varios años. La clave (nunca mejor dicho) se encuentra en la tecnología biométrica que verifica e identifica al usuario a través, por ejemplo, del iris, del reconocimiento de voz o facial, de la huella dactilar o de la firma. Es oficial: ya se ha activado el cronómetro de la cuenta atrás para dejar de memorizar las claves de acceso a las plataformas. Google lleva tiempo trabajando en Trust API, el proyecto para desarrolladores que empieza a probar este mes de junio. Su aplicación se centra en el smartphone principal puerta de acceso a internet. Con esta API (Interfaz de Programación de Aplicaciones) se identifican ciertos patrones propios del usuario, tales como su forma de escribir, de caminar o ubicación, mediante una serie de sensores. Si el acelerómetro, por ejemplo, detecta una caminata diferente a la habitual, el teléfono puede llegar a bloquearse. Se comprueba así si es el auténtico usuario o un ladrón que ha robado el móvil y quiere tener acceso a las cuentas personales. Reconocimiento de voz Facebook, por ejemplo, da la opción de establecer un código de acceso de cuatro dígitos para acceder a la red social. Logra que iniciar sesión sea más rápido, pero a su vez más seguro, al disponer de una segunda verificación. MasterdCard es otra empresa que también ha optado por ir eliminando las clásicas contraseñas. El verano pasado puso en marcha un programa piloto solo en Holanda: el pago mediante un selfie Tal ha sido el éxito de este tipo de pago biométrico que la compañía lanzará esta tecnología en Estados Unidos, Canadá y parte de Europa este verano. El banco HSBC está probando, desde el pasado mes de febrero y solo en Reino Unido, reemplazar las contraseñas de millones de clientes por tecnología de reconocimiento de voz y huellas digitales para operar. La idea de Microsoft El gigante del software ya prohíbe a sus clientes que utilicen claves que son fáciles de descifrar

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