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ABC MADRID 05-06-2016 página 74
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  • EdiciónABC, MADRID
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74 SOCIEDAD DOMINGO, 5 DE JUNIO DE 2016 abc. es conocer ABC JOSÉ FRANCISCO SERRANO OCEJA Ningún guionista podría imaginar lo que vimos en Lesbos Entrevista PREDICAR Y DAR TRIGO Dar de comer al hambriento es un imperativo ético para toda la Iglesia Óscar Camps Fundador de Proactiva Open Arms Socorrista e impulsor de una ONG que ayuda a refugiados, entregó al Papa el salvavidas de una niña ahogada ANNA CABEZA BARCELONA N i estamos en los tiempos en los que Voltaire escribió que si no hubiera esclavos, el cacao sería más caro ni la Iglesia ha dejado el tema del hambre en manos de los coletazos que dan los aventajados discípulos de Marx. 795 millones de personas pasan hambre una de cada nueve y se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos al año. Dar de comer al hambriento es un imperativo ético para toda la Iglesia. La Iglesia no hace demagogia con el hambre. Una cuestión que no tiene que ver con la escasez, sino con instituciones económicas capaces y una cultura adecuada de producción, distribución y consumo. Los cristianos predican y también se ocupan de dar trigo. Esta pasada semana se celebró en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, un encuentro auspiciado por la misión permanente de la Santa Sede y la República islámica de Irán sobre la pérdida de alimentos. Una tercera parte de los alimentos que se producen se pierden, intencionalmente o no. La intervención del representante de la Santa Sede en la FAO, el español monseñor Fernando Chica, ha sonado como una voz profética: Un alimento que se pierde es un alimento robado a los pobres y desfavorecidos También participó el cardenal Luis Antonio Tagle, presidente de Cáritas Internacional, con una intervención que recordó lo que dice el Papa Francisco: la enorme cantidad de alimentos que se desperdician y la especulación con los precios son ritos del culto al dios beneficio. La Iglesia crea cultura sobre el cultivo. La pretensión del tener por encima del ser es el virus más letal contra la cultura del cuidado de los alimentos, vinculada al fomento de la vida y de la ayuda a los más necesitados. Ya lo decía san Juan Crisóstomo: Disfruta de lo tuyo, pero una vez hayas cubierto tu necesidad, haz algo necesario con lo inútil y superfluo y distribúyelo entre los que se mueren de hambre y tiritan de frío. Tu Señor anda por ahí muerto de hambre, y tú dándote a la gula De la noche a la mañana, Òscar Camps dejó Badalona para ir a salvar vidas en las costas del Egeo. Con 25 años de experiencia en salvamento y una empresa de socorrismo al frente, cogió una excedencia para impulsar Proactiva Open Arms, una ONG que ayuda a los refugiados durante su travesía por mar hasta la costa griega. Su labor le ha llevado a recibir decenas de condecoraciones y ser recibido por el Papa. ¿Por qué decidió ir a Lesbos? -Tengo una empresa de socorrismo y al ver las fotos de niños ahogados pensé en cómo podría ayudar. Somos muchos socorristas en España y tenemos mucho material, embarcaciones y recursos que se almacenan durante meses. Escribimos a varias instituciones ofreciéndonos en las tareas de salvamento. ¿Y qué respuesta tuvieron? -Nadie nos contestó y al cabo de quince días mi mujer me dijo: ¿Por qué no vas a ver cómo está todo? Tenía dinero ahorrado para comprarme un velero de segunda mano y decidí gastarlo en el viaje. El 14 de septiembre me fui con Gerard, otro compañero, a Lesbos. A las pocas horas de llegar ya estábamos nadando y sacando a gente que se hundía. ¡Era una locura! -En esos primeros momentos es cuando se da cuenta de que el drama es mucho mayor. -Hicimos setenta kilómetros por carretera hasta llegar a la costa y por allí venían andando miles de familias que llevaban días caminando para llegar a la capital. Paramos para llenar el coche de agua y la empezamos a repartir. No había nadie que les ayudara. -Ellos habían podido llegar. ¿En la costa era todo peor? -Cuando llegamos a la costa, vimos volcar la primera embarcación con 54 personas, y en aquel momento se estaban ahogando doce. Había mujeres con sus hijos cogidos en el pecho y con solo un chaleco. La mujer sacaba la cabeza del agua, pero la del niño quedaba dentro. Ningún guionista sería capaz de imaginarse lo que vimos. -Por desgracia, esa imagen no es excepcional de un día... -Hemos visto morir a cientos de personas. A los tres días de llegar empezamos a montar una ONG. El primer Camps entregó el chaleco durante una audiencia general ABC Muerte en directo Había mujeres con sus hijos al pecho y un solo chaleco. Ella sacaba la cabeza del agua, pero la del niño quedaba dentro mes lo pasamos con mi dinero y cuando se acabó pensamos en irnos, pero los griegos nos pidieron que nos quedáramos porque no habían visto un equipo de salvamento nunca. Hicimos una página de crowdfunding y empezamos a recibir donaciones de Estados Unidos, Noruega, Grecia... ¿Se llevaron material de España? -Solo el traje que utilizamos en la playa, una boya, las aletas y un silbato. Trabajábamos nadando y asegurando la orilla, porque las personas se ahogaban incluso a cien metros de la costa. Un día empezamos a reutilizar las barcas con las que ellos llegaban para ir mar adentro y nos dimos cuenta de que también morían allí. Tardaron en darnos permiso, pero al final pudimos salir con nuestro material. Primero nos mandaron dos motos de agua y luego compramos un barco de segunda mano, y conseguimos otras dos embarcaciones gracias a las donaciones. ¿Cómo han respondido las instituciones? -Hemos ido al Vaticano y al Parlamento Europeo a denunciar la situación. No soy jurista ni político, no sé lo que hay qué hacer con ellos, pero sí sé que no hay que dejar morir a la gente. ¿Cómo fue el encuentro con el Papa? -Es muy cercano. En los minutos que estuve con él me di cuenta de lo consciente que es de la situación y del grado de responsabilidad que se atribuye. -De Lesbos también tendrá muchos momentos extraordinarios- -Esto está lleno de microsegundos valiosos. Un guiño o una sonrisa escondida de una madre que está agotada pero a la que acabas de salvar a su hijo es tan intenso, tiene tanto brillo y te transmite tanto, que te das cuenta de que no hay idiomas, religiones ni fronteras. Hemos visto tanto drama en Lesbos, que hemos aborrecido a Europa y lo que Europa representa.

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