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ABC MADRID 03-06-2016 página 32
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  • EdiciónABC, MADRID
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32 INTERNACIONAL MONNET CO. VIERNES, 3 DE JUNIO DE 2016 abc. es internacional ABC JOSÉ M. DE AREILZA DOS PAÍSES EN UN REINO No prestamos suficiente atención a un proceso que puede facilitar la independencia de Escocia L as últimas encuestas sobre el referéndum británico muestran cómo los partidarios del Brexit reducen distancias, mientras suenan las alarmas ante la situación de incertidumbre de la segunda economía de la UE. El Reino Unido se ha dividido en dos países virtuales, entre los que apenas hay conexión. En Londres, Escocia, Gales e Irlanda del Norte el voto a favor de la UE está claro: en el resto del territorio, ocurre lo contrario. Son dos mitades divididas por criterios como la pertenencia a generaciones distintas, la capacidad económica o los estudios universitarios. Esta separación en mitades imaginadas y contrapuestas la refuerzan las campañas por la permanencia y la salida. Las dos conversaciones no tienen casi puntos de intersección: los euroescépticos hablan de inmigración, identidad y soberanía, siempre en términos emocionales y llenos de prevención hacia el futuro. Los burócratas de Bruselas no permite que los ingleses tomen ciertos huevos negros de gaviota con sal de apio en nombre de la protección de las especies amenazadas, para algunos un grave insulto a la dignidad nacional. Los que están a favor de la permanencia utilizan datos sobre el empleo, las inversiones y la economía, así como invocaciones a la seguridad. También recurren al miedo, para conectar con la tradición pragmática del país y contrapesar la propaganda de la mayoría de los medios de comunicación, claramente pro- Brexit. No hay un verdadero debate nacional, una decisión que trata de aprovechar David Cameron. El primer ministro, responsable de jugarse el futuro de su país a una carta, sabe que perdería si se metiese a explicar todo lo que los trabajadores de países comunitarios favorecen a su país o cómo la crisis de refugiados afecta menos Reino Unido e Irlanda que a otros socios europeos. Las encuestas dan algunos puntos de ventaja a los partidarios de la permanencia, pero el 23 de junio puede ocurrir cualquier cosa, sobre todo si los estudiantes no votan. En España no prestamos suficiente atención a un proceso que puede acabar facilitando la independencia de Escocia y propulsar referendos y rupturas en el continente. Jeremy Corbyn, ayer, en el acto celebrado en Londres a favor de la permanencia del Reino Unido en la UE REUTERS Corbyn defiende a la UE, pero se desmarca de David Cameron El líder laborista da su primer mitin de apoyo tras las críticas por su pasividad LUIS VENTOSO CORRESPONSAL EN LONDRES Rajoy avisa de que el Brexit es un error El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, alertó ayer de las consecuencias negativas que tendrían, sobre todo para el Reino Unido, los planes de los partidarios del abandono de este país de la Unión Europea. Rajoy, en declaraciones a Efe, ha salido así al paso del plan de inmigración presentado por los partidarios del brexit, entre ellos el alcalde de Londres, Boris Johnson, por el que se eliminaría el derecho automático de todos los ciudadanos de la Unión Europea a viajar, vivir y trabajar en el Reino Unido. gociado por un Gobierno tory sería un desastre para los trabajadores advirtió. Resaltó que los británicos deben a Europa muchos de sus derechos laborales y sociales. Incluso citó pequeños ejemplos prácticos: la mejora de las tarifas de telefonía móvil, la limpieza de las playas o hasta la protección de las abejas. Jeremy Corbyn, que la semana pasada cumplió 67 años, tiene algo en común con su detestado Cameron: ambos son de corazón euroescéptico. En el referéndum de 1975, votó en contra del Mercado Común. El laborismo es oficialmente europeísta, pero la campaña avanzaba y Corbyn brillaba por su ausencia en el debate que polariza al país. Su abulia era tan llamativa que uno de sus aliados, el sindicalista Tim Roache, líder de GMB, lo acusó en BBC Radio de apoyar a la permanencia solo con medio corazón La respuesta llegó a las diez de la mañana con un mitin en el Instituto de Ingeniería y Tecnología de Londres, cerca del hotel Savoy, a donde Churchill a veces se llevaba a comer (y a beber) a sus ministros. Un salón de actos con militantes laboristas de mediana edad, que aplaudieron cariñosamente a su líder, pero lejos del entusiasmo de los días de las primarias. Tampoco había entre la audiencia banderas o pegatinas a favor de la UE. Es como si el laborismo estuviese apoyando la permanencia con la boca pequeña, tal vez porque el referéndum los ha embarcado en el mismo bando No al TTIP, sí a la inmigración Rechazó de plano el TTIP, el tratado comercial con Estados Unidos, lo que le valió los aplausos más cálidos, y pasó de largo cuando le preguntaron si seguiría en una UE que suscribiese ese acuerdo. Al final aceptó preguntas de la prensa y el balón volvió al punto de partida: su floja campaña. Eso es cómo cuentan los medios replicó, para regocijo de su parroquia. Estos días se ha filtrado que el veterano líder se queja de que la BBC lo maltrata y mina su liderazgo. Cuando se concedió una pregunta a la corresponsal política del canal, fue saludada con un abucheo del público, bastante lamentable. Corbyn, fiel a su corbata roja y su americana holgada y atemporal, lo celebró con una sonrisita zorruna. Políticamente, lo más notable es que defendió la inmigración y le aplaudieron: El Reino Unido no puede y no debe cerrar sus fronteras a los trabajadores de la UE Reconoció que en algunas barriadas hay roces con los recién llegados y presión sobre los servicios sociales, pero advirtió de que la culpa es de los recortes del Gobierno tory, no de los inmigrantes de sus bestias negras, Cameron y Osborne. Así que Corbyn abrió su intervención marcando diferencias y criticando las profecías fatalistas en clara alusión a las advertencias del Gobierno sobre el riesgo de Brexit. Llegó al extremo de mofarse de los augurios que está haciendo el ministro de Economía, George Osborne: Ahora anuncia que si salimos de la UE habrá una recesión, pero es el mismo que decía que con su política de austeridad en 2015 no habría déficit Basó su defensa de la UE en argumentos de izquierdas: Un Brexit ne-

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