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ABC MADRID 26-05-2016 página 5
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ABC MADRID 26-05-2016 página 5

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC JUEVES, 26 DE MAYO DE 2016 abc. es ENFOQUE 5 Unos operarios trabajan en los preparativos de la final de la Champions en Milán, adonde ayer llegó la Copa REUTERS La Copa ya está en Milán El alquimista JAIME GONZÁLEZ Todo lo que sucede una vez puede que no suceda nunca más, pero todo lo que suceda dos veces sucederá, ciertamente, una tercera Imagino al Cholo Simeone repitiendo en voz alta aquello de a la tercera va la vencida para deshacer el maleficio de la frase de Paulo Coelho. En realidad, el autor de El alquimista se inspiró en la escuela pitagórica: cuando existen dos posturas o tendencias en el caso del Atlético, dos derrotas en sendas finales surge invariablemente lo que llamaban trinidad porque no hay dos sin tres Para un atlético, la frase de Paulo Coelho será una supina estupidez; para un madridista, el teorema que explica una secuencia interminable de éxitos. En realidad para tranquilidad del Cholo la escuela pitagórica partía de un descomunal error de concepto: explicar la lógica a través de una relación causa- efecto es un planteamiento absurdo, porque la vida se resolvería para bien o para mal dependiendo de la segunda victoria o la segunda derrota. Para los pitagóricos el partido del sábado no tendría misterio, porque, desde el momento en que el Atlético perdió en Lisboa ante el Madrid su segunda final de la Copa de Europa, sus posibilidades de ganar en Milán serían nulas. Conclusión: a los griegos nunca les salieron las cuentas, a Paulo Coelho se le fue la cabeza y todo lo que sucede una vez puede que no suceda nunca más, pero todo lo que suceda dos veces sucederá, ciertamente, un tercera salvo que no suceda. Se me nota: lo que yo quiero es que mi padre no se muera cuatro veces: la primera, en 1974, cuando un tal Schwarzenbeck lo dejó inerte en el último minuto de aquella final contra el Bayern; la segunda, cuando Dios se lo llevó de este mundo; la tercera, cuando Sergio Ramos lo remató en el cielo en 2014. ¿La cuarta? Papá, sé fuerte. Sospecho que mi padre suscribirá desde arriba el desgarrador relato que acabo de ofrecerles. El pobre lleva quince años entregado en cuerpo y alma al tráfico de influencias celestiales: serafines, querubines, ángeles, arcángeles y demás guardianes de la luz y las estrellas. Pero no hay manera. Apelo respetuosamente a la doctrina social de la Iglesia, a la política redistributiva, a la justicia equitativa, a la brecha entre ricos y pobres, al Norte y al Sur y, sobre todo, a la memoria de mi padre para que no se cumpla la profecía de El Alquimista para que Paulo Coelho se equivoque y con él la entera escuela pitagórica. Juro que no me puede otra pasión que la de ver a mi padre saltar de alegría sobre ese cirro que le sirve de almohadón. Sabrán ustedes los firmes defensores madridistas de la escuela pitagórica disculparme. DEPORTES

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