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ABC MADRID 19-05-2016 página 18
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  • EdiciónABC, MADRID
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18 ESPAÑA Humillación a las víctimas Entrevista JUEVES, 19 DE MAYO DE 2016 abc. es espana ABC El rechazo a la visita de Otegui es un tema de ética y moral ENTREVISTA Teresa Freixes Catedrática de Derecho Constitucional y víctima del terrorismo JANOT GUIL BARCELONA Teresa Freixes, catedrática de Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma de Barcelona, estuvo ayer ante la sede del Parlamento catalán para mostrar su rechazo a la visita de Otegui. Un pequeño gesto con el que representaba a una gran multitud. A las 15.000 personas que hasta ayer se habían adherido a la recogida de firmas contra la presencia del líder abertzale que Freixes junto a un grupo de docentes y profesionales que integran un grupo de reflexión en Facebook arrancó el pasado viernes. ¿A usted el tema de ETA le afecta directamente? -Sí, soy familiar de una víctima. Mi hermano Jesús fue uno de los 12 guardias civiles que ETA mató en el atentado de la plaza de la República Dominicana de Madrid, el 14 de julio de 1986. ¿Cómo surgió la idea de la recogida de firmas? -A través del grupo de reflexión filosófica y política que tenemos en Facebook. Nos enteramos de que iba a venir Otegui y empezamos a sentirnos mal. Nos preguntábamos: ¿cómo puede ser que una institución democrática como el Parlamento catalán organice la recepción de una persona que fue condenada por pertenencia a una organización terrorista? Que cumplió su condena, sí, pero que en entrevistas ha dicho que si no condenó en su momento el terrorismo de ETA no lo haría ahora. Además, que un Parlamento reciba a Otegui como si fuera un héroe de la democracia atenta contra la dignidad de una institución. -Y comenzaron a recoger firmas. -Sí, a través de change. org. Además, Sociedad Civil Catalana nos ayudó difundiendo la iniciativa por Twitter. Y ya nos denominamos oficialmente Dignidad en el Parlament. Stop Otegui El lunes ya enviamos un primer paquete de firmas a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell y, ayer, otro a ella y a los grupos parlamentarios. Ya estamos en 15.000 firmas. ¿Alguna respuesta de Forcadell? -Ninguna, aunque no la esperábamos. -Finalmente, la recepción se ha celebrado. ¿Qué harán? -Continuar trabajando para pedir que nuestras instituciones respeten los Derechos Humanos. -Los favorables a la visita de Otegui alegan que él es el secretario general de un partido legal, Sortu. -Lo de Otegui no es un tema de Derecho. Es de moral, de ética. -También se apela a que ya ha cumplido su última condena... -Ha cumplido la condena de cárcel por intentar reorganizar Herri Batasuna, pero no está libre del todo. Aún debe cumplir la pena de los años de Teresa Freixes, ayer en la entrevista con ABC INÉS BAUCELLS 15.000 firmas Nos sentimos mal con la visita de Otegui y empezamos a recoger firmas en contra. Ya tenemos unas 15.000 inhabilitación para cargo público, que vence en 2021. ¿Cómo una institución democrática recibe con honores a una persona que está inhabilitada para ejercer un cargo público? -El PP ha reaccionado a la visita de Otegui organizando en el Parlament un acto con asociaciones de víctimas del terrorismo al que se ha sumado C s. Hay quien lo ve como una utili- zación política de las víctimas... -A mí me parece bien el acto. Y no creo que las víctimas se sientan utilizadas. Lo que es una lástima es que el PSC no se haya sumado. Como sí lo hizo el PSOE con Ciudadanos y el PP para protestar por la visita de Otegui al Parlamento Europeo. -La visita de Otegui ha sido auspiciada por el independentismo catalán. ¿Qué piensa del procés -Yo no soy independentista. Respeto a quien quiera serlo, pero el problema es cuando este independentismo actúa en contra de la ley, como lo está haciendo, dividiendo a la sociedad y aprovechando una no mayoría parlamentaria de verdad, porque deriva del sistema electoral, para hacer ver que todos estamos con ellos. TODO IRÁ BIEN SALVADOR SOSTRES TAL COMO FUERON Hay una Cataluña que siempre ha mirado con envidia al País Vasco y ha sido comprensiva con la dinámica terrorista Por muchas condenas públicas e hipócritas que Forcadell haya hecho de la violencia de ETA, es de las que piensa que fue solo una de las violencias que operó en Euskadi. Es como Carod, que también usó el diálogo y la paz como excusas fraudulentas para ir de incógnito a Perpiñán, cuando lo que en realidad quería era un autógrafo de ETA. Hay una Cataluña que siempre ha mirado con envidia al País Vasco, y que a pesar de que condenaba la violencia porque no se atrevía a ejercerla, ha sido normalmente comprensiva con la dinámica terrorista y le gus- L a presidenta del Parlamento de Cataluña recibió ayer a Otegui con la excusa de la paz, pero ella le empezó a admirar por la muerte. Otegui, y en general ETA y sus mariachis, han formado parte siempre del sistema de fascinaciones de Esquerra, que es y ha sido el partido de Forcadell durante toda su carrera política. taba decir que la culpa la tenía Aznar, que no negociaba porque los muertos le hacían ganar votos. Ustedes que pueden, dialoguen sentenció Gemma Nierga en la manifestación por el asesinato de Ernest Lluch, y que acabó convirtiéndose en un clamor contra el PP, en uno de los mayores escarnios de nuestra democracia. Al exlíder de la CUP, David Fernández, pese a no tener carné de conducir, se le conoce en sus propios ambientes radicalizados como el chófer de ETA por ser quien le lleva la agenda a Otegui cuando visita Cataluña. Ayer su compañera de partido, Anna Gabriel, fue su anfitriona en el Parlament, degradando un poco más, si es que todavía cabe, la política catalana. No es menor el detalle de que la CUP considere sus referentes, entre otros criminales, a Otegui y al régimen venezolano de Maduro Chávez; como tampoco lo es que Mas en su irrespon- sabilidad infinita, sucumbiera ante tan truculenta formación. En esta misma línea, moral y política, Forcadell recibió ayer al ídolo de su sórdido álbum, al chico duro del póster de su habitación juvenil, al que encarnó todo en lo que ella creyó, y al que ha configurado su no demasiado distinto aunque sí más taimado modo de pensar de hoy. Otegui es el Bob Dylan de Esquerra y de lo que hay aún más a la izquierda del independentismo. En el fondo le consideran un perdedor reblandecido por el tiempo, y aunque todavía le respetan, el amor surgió por sus canciones primeras. No le recibieron por la paz, ni por el diálogo, ni siquiera por la carraca buenista con que el submundo etarra quiere disfrazarse de oveja. Le recibieron por la emoción de poder saludar a su viejo héroe y dejarse llevar, ni que solo fuera una tarde, por la nostalgia del tal como fueron.

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