ABC MADRID 06-04-2016 página 51

ABC MIÉRCOLES, 6 DE ABRIL DE 2016 abc. es cultura CULTURA 51 Paul Klee El genio más allá de las vanguardias El Pompidou de París replantea su lugar en el arte contemporáneo en una gran muestra JUAN PEDRO QUIÑONERO CORRESPONSAL EN PARÍS El sombrío Malembo, dios de la encrucijada (1953) plir su sueño de conocer a Picasso y mostrarle sus obras. Descubrió el arte primitivo en el taller de la rue des Grands Augustines donde Picasso gestaba el Guernica los rostros de sus figuras, al igual que los que pintó el malagueño, se tornaron máscaras. Cuentan que, cuando vio Picasso por primera vez los cuadros de Lam, espetó: Está en su derecho. ¡Es negro! Pero más allá de las boutades picassianas, Lam contó con la amistad y el apoyo del maestro, que le presentó al marchante Pierre Loeb, uno de quienes más difundió su trabajo. Su lienzo La jungla acabó, no exento de polémica, en la sala del MoMA donde cuelgan las mismísimas Señoritas de Aviñón Para algunos, un sacrilegio. Junto a Picasso, otra de las personas fundamentales que se cruzó en su camino, concretamente en Martinica, fue Aimé Césaire, el poeta de la negritud. THE RUDMAN TRUST Sofisticada imagen Estudió milimétricamente Wifredo Lam en autorretratos y en numerosas fotografías de época (se exhiben en vitrinas a lo largo de toda la exposición) su cuidada y sofisticada imagen: era guapo, alto, delgado, elegante. Vestía como un dandi. Debía su exótico físico a sus explosivos genes: su padre era un chino culto de Cantón y su madre, una mulata hija de africana y un español descendiente lejano de Núñez Cabeza de Vaca. Stephan, uno de sus cuatro hijos, es un calco del artista. Ayer asistió, con su hermano Ejkil, a la presentación de la muestra. Ambos quedaron impresionados con la exposición: Es muy emocionante ver sus obras en este museo presentadas de una forma tan majestuosa Recuerdan a un padre ausente, nada estricto para el que la familia no fue su prioridad. Fue un nómada, nunca se sintió de un lugar Tras la ocupación alemana de París, se exilió en Marsella con el grupo surrealista, con Breton a la cabeza. Vivieron en la villa Air- Bel, donde se estableció el Comité de Ayuda a los Intelectuales. Colaboraría en El Juego de Marsella un tarot surrealista presente en la exposición para el que Lam pintó las figuras de Alicia y Lautréamont. Después de 18 años en Europa y dos exilios, regresó a su Cuba natal, la Cuba de Hemingway, un país mísero, corrupto, donde el racismo, el juego y la prostitución campaban a sus anchas. Traficar con la dignidad de un pueblo es, para mí, el infierno. ¡Abajo el chachachá! gritaba el artista, que contaba entre sus amistades con Alejo Carpentier, Lezama Lima y Lydia Cabrera, quien le inició en los rituales afrocubanos y la santería. Viajó errante por todo el mundo y acabó sus días en Italia, haciendo cerámicas en Albissola, que conoció gracias a Asger Jorn. Sus cenizas reposan en La Habana. El Centro Pompidou propone una revisión del lugar de Paul Klee (1879- 1940) en la historia del arte contemporáneo, rompiendo con la tradición de las vanguardias difuntas. A través de doscientas cincuenta obras, Paul Klee: la ironía en marcha propone siete recorridos muy pedagógicos. De entrada, se revisa una faceta esencial y mal conocida de Klee: los dibujos satíricos de su primera juventud. El cronista irónico de la vida nocturna todo lo ilumina y transforma con una pureza de ángel de la guarda, tocando la silueta de los seres humanos con una gracia que redime sus melancólicos descarríos. La segunda sección está consagrada a las variaciones cubistas del primer Klee. Se trata de un cubismo lírico, impregnado del aura misteriosa de formas iluminadas por el resplandor. Klee nos cuenta por lo menudo esa bajada íntima a los infiernos de una Europa caída de hinojos ante los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial (1914- 1919) En las ruinas de tales cataclismos florecieron todas las vanguardias clásicas. Ángel de la guardia de un gran arte difunto, Klee pinta muchos ángeles, que son seres de ilusión que contemplan el eterno retorno de las catástrofes históricas con su piedad redentora. Una de las joyas de la exposición es el espacio consagrado a dos obras maestras: Angelus Novus (1920) y Presentación del milagro (1916) Las obras, que fueron propiedad de Walter Benjamin, han sido reunidas por vez primera en una muestra y merecerían por sí solas un estudio erudito comparado. La retrospectiva se cierra con dos secciones monográficas, consagradas a los años de crisis de Klee y a sus relaciones con Picasso. Klee descubrió a Picasso tras la retrospectiva consagrada al genio malagueño en Zúrich en 1932. Klee advirtió muy pronto el carácter diabólico y caníbal de la parte saturnal de la obra picassiana y decidió preservar su propia identidad. Años antes, Picasso había propuesto al joven poeta Léopold Sédar Senghor el programa nihilista Debemos continuar siendo salvajes A Klee no se le oculta el riesgo devastador y prefiere ser fiel a su propia identidad, atormentada. El Klee maduro es un hombre y un artista en crisis, pero en pie y más joven que nunca, contemplando el mundo que se hundía a sus pies con la piedad del Ángel de la guarda que siempre fue. El arte agonizaba en los campos de batalla y los campos de concentración. Pero Klee contempla el eterno retorno de la catástrofe preservando las semillas del mundo que sería necesario volver a construir, cuando todo se hubiese perdido. Menos la palabra y las luminosas artes de la mirada. Paul Klee: la ironía en marcha Centro Pompidou (París) Hasta el 1 de agosto. Wifredo Lam Museo Reina Sofía. Santa Isabel, 52. Horario: de lunes a sábados y festivos, de 10 a 21 h. Domingos, de 10 a 14.15 h. Martes, cerrado. Hasta el 15 de agosto Fotogalería de la exposición High Spirits (1939) de Paul Klee ABC