ABC MADRID 25-03-2016 página 5

ABC VIERNES, 25 DE MARZO DE 2016 abc. es ENFOQUE 5 Obama baila con una tanguista en la cena ofrecida por el presidente de Argentina en el Centro Cultural Kirchner, en Buenos Aires REUTERS Visita de Obama a Argentina El tango en el mundo multipolar HUGHES Obama bailó un tango (estilo Al Pacino) tomó mate, citó el derecho a la esperanza de Borges que siendo Borges podría ser apócrifo y habló de Cortázar y Messi. Le quedó vestirse de gaucho. Tras la cita con Castro, la visita a Argentina es menos histórica mucho menos controvertida, pero fértil en conclusiones. Obama refuerza a Macri, que tras los años de Kirchner y su antiamericanismo, podría ser un socio estratégico en la zona. Hay quien ve en ello una reacción a la influencia china en la región. No hace mucho, China firmó un acuerdo para desarrollar una base espacial en Neuquén. En Argentina se espera que el apoyo de Obama se traduzca en inversiones. Según el diario La Nación mientras Obama llegaba a Buenos Aires, sus funcionarios presentaban un escrito ante la Justicia de Nueva York (el juez Griesa) solicitando el levantamiento de las restricciones que dificultan a Argentina la salida del default Decide el juez, pero es un gesto. No sólo hubo una concesión al folclore. Se cumplen cuarenta años de la dictadura argentina, y Obama deslizó algo parecido a un reconocimiento del papel estadounidense. Hay momentos de gran gloria y otros que fueron contrarios a lo que creo deba representar América. Todo el mundo conoce la historia. En los 70 hubo una maduración, los derechos humanos se volvieron tan importantes como luchar contra el comunismo Una mirada comprensiva, aunque distanciada, de parte de la política exterior americana. En un acto con jóvenes argentinos, volvió a la superación de los bloques: No se preocupen si esto cae en la teoría capitalista o socialista, fíjense lo que funciona y tómenlo El mundo cambió: los derechos humanos y el crecimiento, únicas ideologías. Pero su humanitarismo no ha sido belicoso. A Obama se le reprocha la poca intervención. Traslada una imagen conciliatoria y abierta de la súperpotencia, replegada incluso, y toma medidas graduales e incruentas. Entre la débil temeridad y el realismo, según quien opine. Pero cómo bailar un tango cuando ya no es cosa de dos... INTERNACIONAL