Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 19-03-2016 página 13
ABC MADRID 19-03-2016 página 13
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 19-03-2016 página 13

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página13
Más información

Descripción

ABC SÁBADO, 19 DE MARZO DE 2016 abc. es opinion OPINIÓN 13 UNA RAYA EN EL AGUA EL ÁNGULO OSCURO JUAN MANUEL DE PRADA LA DERECHA FELPUDO La gente, por muy embotada y corrompida que esté, siempre preferirá el original al sucedáneo O se puede arriesgar la unidad del partido por mojigaterías advirtió el portavoz pepero en la Asamblea de Madrid a los diputados autonómicos que alegaban escrúpulos de conciencia ante una votación sobre los vientres de alquiler. Es la voz de la derecha felpudo, en la que el mundialismo se limpia los zapatos de cazcarrias antes de entrar como un elefante en una cacharrería en nuestra casa, que es la patria de muros si un tiempo fuertes ya desmoronados. Es la derecha escupidera, puesta en un rincón de la casa en ruinas, para que el mundialismo pueda hacer puntería sobre ella, lanzándole sus esputos y gargajos, que a los principios (o a su frágil y maltrecha supervivencia) llama mojigaterías porque nunca los tuvo; y que sólo profesa la mojigatería del acomplejado, la mojigatería del miramelindo que suplica que le perdonen la vida y le asignen un puesto en un consejo de administración, cuando llegue la edad de jubilarse. Es la derecha ¡homologada con otras derechas del pudridero europeo, oiga! que acata los mandatos de la plutocracia sin rechistar, la derecha que se come tan ricamente las zurrapas de Draghi y de Lagarde y, mientras se relame, aniquila a las clases medias y llama eufemísticamente a los sueldos de miseria y al empleo basura recuperación de la economía Es la derecha encargada de pastorear a los conservadores conservaduros, asegurándoles que N nadie tocará sus ahorros en el banco y su chalecito en la playa si les votan, pues sólo ellos podrán salvarlos de las garras del populismo que viene dispuesto a arramblar lo que pille. Es la derecha mamporrera de los progresistas paralizados (según acuñación jocosa de Gómez Dávila) encargada de consolidar las conquistas de los progresistas más dinámicos y de refrendar todas sus leyes. Es la derecha que se ríe de sus votantes mojigatos a los que torea con cinismo y socarronería, sabiendo que sus votos están cautivos, porque alguien les va siempre con la tabarra clerical y eunucoide del mal menor. Es la derecha que ha conseguido con mucha mayor eficacia y discreción que la izquierda también entregada al mundialismo, pero demasiado chillona y aspaventera convertir a los españoles fieles a las tradiciones honestas y laboriosas de sus mayores en una papilla humanoide y pancista sin fe, ni esperanza ni caridad que, por hacerse la moderna o la modorra, comulga con las ruedas de molino de la memoria histórica, la ideología de género, el aborto y lo que te rondaré morena. Es la derecha a la que el mundialismo ha encargado la misión de cambiar la opinión de las gentes, para poder pervertir más fácilmente sus costumbres, según el método patentado por Rousseau; la derecha entregada a la rapiña y el latrocinio; la derecha que desprecia la justicia social y el bien común; la derecha que con su falta de principios ¡mojigaterías! prepara el camino y allana las sendas para el triunfo rampante de la izquierda. Porque la gente, por muy embotada y corrompida que esté, siempre preferirá el original al sucedáneo. Esta derecha felpudo es la que encarna la alguacilesa Cifuentes, que en su afán de que el mundialismo le pase la mano por el lomo como a un gozquecillo quiere dejar de ser la progresista paralizada que le han asignado en el reparto de papeles y convertirse en avanzadilla de una nueva generación de progres derechosos y campeones de los derechos de bragueta. Alguien dijo y no lo dijo retóricamente que prefería la bala marxista a la palmadita derechoide; y ante esta derecha felpudo, ante esta derecha escupidera que se deja rebozar de cazcarrias y gargajos a cambio de que le perdonen la vida, la frase vuelve a cobrar una vigencia sobrecogedora. IGNACIO CAMACHO PORTAGAYOLA No se puede estar más fuera de lugar: una petición improcedente, un interlocutor inapropiado y un momento inoportuno E JM NIETO Fe de ratas L día en que Europa se jugaba gran parte de su futuro, Pedro Sánchez no tuvo mejor idea que presentarse en Bruselas a gestionar el suyo. Con deslumbrante sentido de la oportunidad y visión diplomática de largo alcance, el hombre que quiere gobernar España aprovechó la cumbre sobre los refugiados para buscar entre los líderes de la izquierda un celestino político. Agarró en un pasillo a Alexis Tsipras, otra esclarecida minerva, y le planteó a portagayola el gran problema de la UE: que cierto arrogante muchacho con coleta no le deja a él estar allí como presidente del Gobierno. Así que sin mayores preámbulos le colocó al griego sobre los hombros la urgente encomienda de allanarle el camino. He aquí un líder generoso, comprometido y solidario; lo que se dice un estadista. Tsipras, que tampoco es Adenauer, administra un país en bancarrota al que el éxodo sirio arrastra hacia una descomunal catástrofe humanitaria. Decenas de miles de personas duermen allí al raso y en la vergüenza del campamento de Idomeni halla la comunidad internacional el símbolo de una emergencia descontrolada. En Grecia no queda un euro, el Estado está en quiebra, sus playas son un cementerio de espuma y sobre sus arruinados ciudadanos recae la presión de un tránsito masivo de desesperados emigrantes. Un panorama social para poner de los nervios al gobernante más templado y capaz, cualidades que en todo caso no adornan al dirigente de Syriza. Y fue a él, precisamente a él, a quien Sánchez eligió como alcahuete de sus menesterosas pretensiones. En el instante adecuado y en el sitio justo. Y para que el mundo se enterase de su pertinente cuita se hizo acompañar de una cámara y relató con solemne orgullo en Twitter este momento estelar de la Humanidad, la más alta y trascendente ocasión que ha visto el siglo: que le he dicho a Tsipras que a ver si habla con Pablo Iglesias de lo mío. No se sabe si es más triste el patético intento de un aspirante dispuesto a implorar en público la intercesión en los asuntos de su país de un mandatario extranjero, con la consiguiente ignorancia del más elemental modus operandi político, o su sonrojante ausencia del sentido del ridículo. La combinación de ambos errores, expresada sin pudor como una muestra de brillante inteligencia estratégica, manifiesta una asombrosa falta de sensibilidad para distinguir las ideas de las ocurrencias, la seriedad del esperpento. Desnuda al mismo tiempo la obsesiva recurrencia de su empeño personal, a despecho de cualquier circunstancia, y un desconocimiento abismal de las reglas de decoro de su propio oficio. No se puede estar más fuera de lugar: una petición inadecuada, un interlocutor inapropiado y un momento improcedente. Inexperiencia, inoportunidad y despropósito. La demostración en un minuto de escasa gloria de que a la política conviene llegar siquiera someramente aprendido.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.