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ABC MADRID 28-02-2016 página 15
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC DOMINGO, 28 DE FEBRERO DE 2016 abc. es opinion OPINIÓN 15 EL RECUADRO UNA RAYA EN EL AGUA ANTONIO BURGOS DIPUTA... ¿QUÉ? Eso es anticonstitucional: que unas autonomías tengan la mamandurria de las diputaciones y otras no E pasado tres deliciosos días en Oviedo, adonde fui en vuelo directo de una compañía con nombre de cigarrón: Volotea. Quien me conozca y sepa lo poco que me gusta meterme en carretera me preguntará: ¿Y qué se le ha perdido a usted en Oviedo? Pues no se me ha perdido nada. Por el contrario, he hallado. He hallado la profesionalidad, seguridad y amabilidad del profesor don Luis Fernández- Vega, que en su Instituto, al que va media España y parte del extranjero, me operó de los clisos hace ya un Carnaval y debía revisarme. A don Luis le entregan esta semana el premio de Ovetense del Año, que se ha ganado a pulso y por el que públicamente le felicito en nombre de cuantos nos cuida los sacáis. ¿Cuántos vamos a Oviedo para que nos vea Fernández- Vega, inventor del turismo oftalmológico asturiano en beneficio del Principado? Llegas a su Instituto y te encuentras a media Sevilla. Unos amigos que están ahora allí para el segurísimo catarateo de rigor, me comentaban: Mira, llegamos a la clínica y había tanta gente conocida de Sevilla que aquello parecía la caseta del Aero... ¿No hablan de un turismo sanitario Pues gracias al turismo oftalmológico del profesor Fernández- Vega muchos hemos descubierto la maravilla de Oviedo. Ciudad que tiene un atractivo en peligro de extinción y en alto riesgo: el encanto provinciano de La Regenta A mí Oviedo me recuerda mi Sevilla pre- Expo de hace treinta años. Quizá sea la capital española con menos franqui- H cias por metro cuadrado y más comercios tradicionales, como esa monumental y artística confitería Rialto, la de las moscovitas y las princesitas, que tiene una decoración que la ves y te crees un indiano asturiano que ha llegado de vuelta a La Habana. Sobre tales encantos aquí someramente descritos, Oviedo me ha inquietado, empero, por otra cuestión. Como autonomía uniprovincial, ¡no tiene Diputación! Mecachindiez... ¡Con lo bien que le vendría una Diputación a Asturias! En los pactos de Sánchez el Guapo con Rivera el Vanidoso hablan de suprimir las diputaciones. Son unos insensatos. Yo no sólo no las suprimiría, sino que impondría diputaciones obligatorias en las autonomías uniprovinciales que no las tienen. No hay derecho. A ver: Murcia, Navarra, La Rioja, Madrid y esa Montaña de Castilla a la que apodan Cantabria, ¿por qué han de padecer este agravio comparativo de no gozar de las excelencias de las diputaciones? Eso es asimétrico e inconstitucional: que unas autonomías tengan la mamandurria de las diputaciones y otras no. Vamos a ver: en esas autonomías sin diputaciones, ¿dónde colocan a los alcaldes del partido dominante en la provincia cuando pierden las elecciones y se quedan con una mano detrás y otra delante, ya que desde que estaban en Nuevas Generaciones o en las Juventudes Socialistas no han hecho más que vivir de la política y no la han doblado en su vida en empresa alguna, ni han estado dados de alta en la Seguridad Social como trabajadores por cuenta ajena y no de la Teta del Estado? En las autonomías sin diputaciones, ¿quién larga a la Junta de turno el mochuelo de los viejos hospitales provinciales, de las carreteras vecinales, de la asistencia psiquiátrica, de la Sanidad del antiguo Padrón Benéfico? ¿Quién monta chiringuitos culturales para colocar amiguetes con carné del partido? ¿Pero cómo pueden subsistir estas autonomías uniprovinciales sin los cementerios de elefantes de las diputaciones? ¿Qué hacen con los elefantes políticos cuando la palman en las urnas? ¿Los incineran? Nada, nada: igual que los que viven de ellas piden que no las supriman, yo, como encantadísimo turista oftalmológico de Oviedo, pido una Diputación para el Principado de Asturias. O mejor dos: una para Oviedo y otra para Gijón. Y como los huevos duros del camarote de los Hermanos Marx: ¡y dos carbayones! Pero de grandes como el legendario y centenario que estaba en la calle Uría. IGNACIO CAMACHO ANDALUCÍA EN FUNCIONES El susanismo gestiona Andalucía como un poder en funciones, a la expectativa de las aspiraciones de la presidenta N la apacible calma del régimen andaluz sólo se mueven las ondas que Susana Díaz agita en el estanque del PSOE. La estrategia titubeante y retráctil de la presidenta, que merodea en los andenes de un AVE imaginario sin decidirse a tomar el que le lleve al liderazgo nacional, es la única señal de actividad política significativa en el habitual letargo de la mayor autonomía española. Amortizado el impacto social de los escándalos de corrupción, desactivado el sumario de los ERE tras el alejamiento de la jueza Alaya y embarrancada la posibilidad de un triunfo de la derecha, el partido- guía gestiona el amodorrado trantrán administrativo de la Junta sin más incógnitas que la del futuro de su lideresa. Casi un año después de las elecciones en que fue elegido, el Gobierno regional parece continuar en funciones, pendiente sólo de los equilibrios de poder en la estructura federal del socialismo. Durante tres décadas y media de monocultivo de poder, los únicos conflictos de la política andaluza han sido los que el PSOE ha provocado consigo mismo. Hasta ahora la tensión era de carácter vertical, relacionada siempre con decisiones que la dirección nacional trataba de imponer a la autonómica y que cristalizaron en el relevo de cuatro presidentes. El susanismo ha invertido esa tendencia: ahora es Andalucía la que crea problemas de abajo hacia arriba. Las aspiraciones de Díaz se han convertido en el elemento determinante de una comunidad encapsulada en un virreinato clientelar de estabilidad inmune a los efectos dramáticos de la crisis, pese al peremne estancamiento de todos sus indicadores de bienestar. Año tras año, el partido hegemónico conmemora con autocomplacencia cada 28 de febrero la efeméride fundacional de una autonomía de grado avanzado cuyas instituciones ha transformado con éxito en una extensión de su propio ser orgánico. En esta ocasión, sin embargo, el discurso oficial se ha impregnado de un tinte reivindicativo de igualdad territorial dirigido de forma indirecta contra Pedro Sánchez, a quien Díaz trata de cortocicuitar cualquier veleidad de entendimiento con el nacionalismo rupturista. El énfasis de la presidenta sobre la unidad española aprovecha el eco histórico del referéndum de 1980, una sacudida popular contra la asimetría autonómica, para reclamar un papel protagonista en la defensa de la integridad del Estado. Han querido las circunstancias que el aniversario coincida con la consulta interna del PSOE sobre sus pactos de investidura, ninguneada por el aparato andaluz con despectiva falta de interés cuando no con hostilidad hacia el proyecto de supresión de las diputaciones. Todo está en stand by bajo el susanato; a la espera de acontecimientos que inclinen la balanza de poder en el seno socialista. En un año de malas cosechas agrarias, la Andalucía política vive pendiente de la eventual exportación de su propio liderazgo. E JM NIETO Fe de ratas

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