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ABC MADRID 16-02-2016 página 13
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ABC MADRID 16-02-2016 página 13

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MARTES, 16 DE FEBRERO DE 2016 abc. es opinion OPINIÓN 13 MONTECASSINO UNA RAYA EN EL AGUA HERMANN LA ENVIDIA DE MARKUS WOLF España es hoy el país europeo en el que la penetración del enemigo exterior está a punto de tener un éxito supremo L canciller Willy Brandt estaba en 1974 en uno de esos momentos estelares que solo tienen los grandes políticos en los que todo parece salir bien. Había sido reelecto. Había humillado a la oposición. Había recibido el Premio Nobel de la Paz por la Ostpolitik y ya había sido hombre del año de la revista Time. Se esperaban aun grandes cosas de aquel hombre con visión y carisma. Sin embargo aquel año todo se iría a pique y Brandt habría de dimitir avergonzado y políticamente inhabilitado. Su pecado había sido confiar en su secretario personal, Günther Guillaume, que resultó ser un espía de la Stasi (Staatssicherheit) los servicios secretos de la RDA, dirigidos en su servicio exterior por el célebre Markus Wolf. Guillaume era espía desde antes de emigrar del este a la RFA en 1956. Había sido preparado para infiltrar el partido socialdemócrata SPD y su carrera fue un inmenso éxito de la Stasi. Brandt tuvo que dimitir por el inmenso daño hecho a la seguridad de Alemania y a la OTAN en plena Guerra Fría. El peligro de que un agente de regímenes enemigos a la OTAN alcance puestos de responsabilidad es una pesadilla permanente. Por eso existen filtros y la supervisión y el control de los servicios de información, civiles y militares. Nadie cree en España que Julio Rodríguez, teniente general que llegó a ser, como JEMAD, la segunda autoridad militar E después del Rey, fuera un espía de alguno de los regímenes antidemocráticos que han financiado y dirigido a los cuadros del que es hoy su partido, Podemos. Pero ha causado pasmo y alarma que nadie advirtiera nunca ni de las simpatías primero ni, después, de los contactos del alto militar con personajes españoles del submundo político revolucionario de conexiones oscuras en Latinoamérica e Irán al menos. Dicho submundo tiene su centro de mando en La Habana, con los Castro y el temido G 2. Es un mundo oficial en la alianza de regímenes chavistas, en compañías oficiales y empresas supuestamente privadas y es un mundo subterráneo en las conexiones de grupos terroristas como FARC, dineros negros, con el narcotráfico y otras actividades ilegales. Con Hizbolá, con Hamás, con Irán y otros grupos y redes islamistas en Asia y África. Todos tienen como principal enemigo al imperialismo de EE. UU. y las sociedades abiertas occidentales. Rodríguez fue elegido como JEMAD por José Luis Rodríguez Zapatero. Eso ya convertía para muchos al personaje en sospechoso. Sospechas hoy confirmadas. Su nombramiento como jefe de las Fuerzas Armadas, vistas sus afinidades ideológicas hostiles a la Unión Europea y Alianza Atlántica y a nuestra Constitución de 1978, fue un error gravísimo y una quiebra de la seguridad. Tiene lógica que regímenes enemigos de EE. UU. UE y OTAN apostaran por apoyar a fuerzas políticas en España, eslabón frágil en la seguridad. Rusia gasta ingentes cantidades de dinero en apoyar a grupos de extrema izquierda y extrema derecha en toda Europa con ánimo de influir y debilitar el consenso democrático. Nadie dude de que Moscú también habrá ayudado a la pujanza de esa ultraizquierda a punto de entrar en el Gobierno de España. El Gobierno no ha denunciado más que con burdas filtraciones de última hora pocos datos sobre las siniestras conexiones de Podemos. Lo cierto es que España es hoy el país europeo en el que la penetración del enemigo exterior está a punto de tener un éxito supremo que deja a Guillaume y Wolf en mantillas. Amenaza con ser su éxito de crear una cabeza de puente en el extremo occidental de Europa para el totalitarismo. No es casualidad que lo que más interesa a Pablo Iglesias del Gobierno sean el CNI, Interior y Defensa. IGNACIO CAMACHO ELECCIONES PARA QUÉ Los españoles queremos repetir las elecciones... para volver a votar lo mismo. Esperamos que cambien los demás NA mayoría de españoles dice querer o esperar nuevas elecciones... para volver a votar lo mismo. No vale engañarse: el sectarismo de la clase dirigente no es más que el reflejo de su soporte electoral. Disconformes con el confuso resultado de las urnas, pretendemos volver a ellas para reafirmar nuestra opinión con la esperanza de que cambie la de los demás. Pero eso no va a suceder. No en grado significativo; es muy difícil que un pueblo se rectifique tan pronto a sí mismo. El resultado de unos comicios repetidos no sería esencialmente diferente del de diciembre. Podría haber ciertos trasvases de votos en el interior de los dos grandes bloques ideológicos: entre el PSOE y Podemos acaso el más beneficiado y entre el PP y Ciudadanos. Retoques en la correlación de fuerzas que cambiarían un poco la distribución de escaños, pero no en la proporción necesaria para resolver el estancamiento con una mayoría natural clara. El bloqueo de la investidura no ha hecho sino aumentar la decepción de los electores con sus representantes, ahondar la desconfianza en el vínculo democrático. Y los escándalos de corrupción aventados por los jueces en las últimas semanas colapsan cualquier posibilidad de avance del marianismo. Los dos partidos principales concurrirían además con los mismos candidatos, blindados al reconocimiento de su anterior fracaso. Ninguno de ellos está dispuesto a reconocer el problema esencial que explica su retroceso, y que no es otro que el abandono y deserción de unas generaciones hastiadas. Por debajo de la franja de los 50 años, que sostiene al bipartidismo, no va a funcionar el voto del miedo. Los más jóvenes no tienen miedo a Podemos, ni siquiera los que no lo votan. Y en cambio sienten un rechazo visceral a lo que llaman la vieja la política. Es temprano para que acepten que la nueva tiene los mismos vicios que la antigua. La repetición es el clavo ardiendo al que se agarran muchos simpatizantes de la derecha para escapar del fantasma frentepopulista. También el Gobierno, reacio a comprender que Rajoy ha perdido la iniciativa y que Pedro Sánchez, aunque fracase en su intento, ha ganado posiciones de relevancia para competir mejor en otra partida. En los sectores que han mantenido su apoyo al PP hay un sentimiento de frustración ante lo que consideran el robo de una victoria; corta y menguada, pero victoria. No parecen darse cuenta de que en este momento la decisión de regresar a las urnas está en manos de Pablo Iglesias. Y que sólo la tomará si entiende que le beneficia. Si atisba que en vez de a una vicepresidencia puede optar al premio gordo. Su arrogante oferta de máximos al PSOE sugiere que pretende hacerlo. Pide las llaves del poder bajo amenaza de forzar el nuevo reparto de cartas. Pero la realidad es la que es: nosotros, los españoles, seguimos siendo los mismos que hace seis meses. El problema está en la baraja. U JM NIETO Fe de ratas

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