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ABC MADRID 13-02-2016 página 88
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ABC MADRID 13-02-2016 página 88

  • EdiciónABC, MADRID
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SÁBADO 13.2.2016 Editado por Diario ABC, S. L. Juan Ignacio Luca de Tena, 7, 28027 Madrid. Diario ABC, S. L. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta publicación, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. Número 36.570 D. L. I: M- 13- 58 Apartado de Correos 43, Madrid. Publicidad 902 334 556 Suscripciones 901 334 554 Atención al cliente 902 334 555. EL PULSO DEL PLANETA VISTO Y NO VISTO El bolso de la esperanza Los miles de chalecos salvavidas abandonados en la isla griega de Lesbos por los inmigrantes son reutilizados para confeccionar bolsos y sofás IGNACIO RUIZ- QUINTANO SAN VALENTÍN Pasamos toda la noche parándonos de vez en cuando en algún café. Ignacio sólo bebió agua, pero recitó poemas de Góngora, más ardientes que todos los licores... A máquina Arriba, el afgano Yasim Samadi confeccionando uno de los tres modelos de bolsos (abajo) Izquierda, costa de Lesbos P BEGOÑA CASTIELLA CORRESPONSAL EN ATENAS ás de un millón de inmigrantes han entrado en Europa a través de las costas griegas desde finales de 2014. La mayoría van de camino hacia el puerto del Pireo y la frontera siguiente, la que linda con Macedonia. Tirados en las playas y caminos de islas como Lesbos, Kos, Jíos, Kalimnos y Léros, como auténticos vestigios de este desastre humano, se amontonan cientos de miles de salvavidas de plástico color naranja, comprados en las tiendas turcas y utilizados por quienes a diario cruzan por mar la pequeña distancia que media entre las costas turcas y las griegas. La isla de Lesbos es donde se registra el mayor número de llegadas al día: el récord fue 7.000 personas en 24 horas, en octubre de 2015. Y es ahí donde un grupo de voluntarios que llevan meses ofreciendo su ayuda en un campamento provisional de acogida para M los recién llegados pensó en la posibilidad de reciclar estas montañas de salvavidas. El campamento, conocido como PIKPA, se encuentra en unas instalaciones abandonadas que en el pasado fueron utilizadas como colonias infantiles de verano. Tras darle muchas vueltas, los voluntarios pensaron en varios usos: la espuma del interior de los chalecos se utiliza como relleno de colchón y para crear unos sofás muy cómodos; con otras partes se fabrican pequeñas mesas. Pero el producto que está teniendo más aceptación es el bolso. Se han confeccionado tres modelos, desde una pequeña bandolera hasta un bolso para la compra o la playa, creados por la diseñadora Tina Kondoleondos. Gracias a la idea de reciclar el material de los salvavidas, se está dando ahora ocupación y esperanza a quienes llegaban traumatizados por la guerra y un durísimo viaje, durante el que, en demasiadas ocasiones, se pierden seres queridos ahogados en el mar. Uno de los refugiados, Yasim Samadi, sastre de 27 años originario de Kabul (Afganistán) fue el primero en utilizar la pequeña máquina de coser que trajo una voluntaria. Bajo la mirada de Tina, desde hace semanas confecciona estos tres tipos de bolsos que se empezarán a vender por envío postal a finales de mes, a un precio de entre 10 y 30 euros. El propio Yasim ha declarado que si encuentra trabajo se quedará en Grecia. En caso contrario, se verá obligado a irse con los suyos a otro país. Con una máquina más grande tardaría menos afirma, ya que ahora invierte casi tres horas por cada bolso. El dinero recaudado se utilizará para pagar gastos de este campamento y devolver un sentido de dignidad a quienes los fabrican. Efi Latsudi, una voluntaria que se ocupa de este proyecto, deja claro que cada bolso es el resultado de un trabajo de equipo. Hay personas que nos recogen los chalecos, otras los cortan y separan los materiales, otras cosen. Los voluntarios trabajan con los refugiados y les ofrecen una nueva vida, después de que la que tenían hasta ahora se ha visto destruida. Además encontrar una nueva utilización para estos materiales también ayuda al medio ambiente Verbolario POR RODRIGO CORTÉS Rentabilidad, f. Beneficio inesperado del dolor. or San Valentín los amantes hacen plin y ya está. Sólo hay algo más triste que pasar el San Valentín sin novia, que es pasar la Nochebuena sin familia. Para el caso, Pemán hizo para un amigo un plan curativo: por la mañana, canciones del XV y XVI ¡Soledad tengo de ti! al mediodía, El cortesano de Castiglioni, que enseña a amar sólo la belleza pura en el cuerpo, más el cuarto libro de la Eneida, la Vita Nuova de Dante, los Sonetos de Petrarca y la escena del balcón de Romeo y Julieta al caer la tarde, la Soledad sonora de Juan Ramón; y en la última hora, la intelectual, un apunte de Gerardo Diego: Mujer de ausencia, escultura de música en el tiempo Si a este verso responde el alma con beatitud, la curación está hecha. La pasión, sucesivamente dolor, inquietud, melancolía y poesía, es ya pensamiento. Pero aquí aparece el Séneca, en plan Costus, con su jarro de agua fría: Amar a una Silvia pálida y ausente es bello y poco comprometido. Lo terrible es amar a una Lola, dura y urgente, que apremia con la boda Y piensas en Lola Gómez Ortega, gitana, hermana de los Gallos y esposa de Ignacio Sánchez Mejías, que tiene por amante a la Argentinita y un amour fou en Marcelle Auclair, casada con Jean Prévost y fundadora de Marie Claire Como Andrés Amorós tiene contado aquí, el torero la conoce en casa de Jorge Guillén, en la lectura que hace Lorca de Bodas de sangre a sus amigos. La propia Auclair describe el flechazo: Se sentó a mi lado. No decía nada. Me miraba. Yo le miraba. Los dos, mudos, heridos en lo vivo. Yo estaba allí, en mi silla, y él me miraba. Sus manos temblaban. Acabada la lectura, nos encontramos en la calle, Ignacio y yo, con los otros amigos, que no se atrevían a dejarnos. Federico gruñía: ¡Qué barbaridad! Pasamos toda la noche parándonos de vez en cuando en algún café. Ignacio sólo bebió agua, pero recitó poemas de Góngora, más ardientes que todos los licores... Mujer de ausencia.

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