ABC MADRID 03-02-2016 página 31

ABC MIÉRCOLES, 3 DE FEBRERO DE 2016 abc. es internacional INTERNACIONAL 31 Tradición Primarias de EE. UU. Próximas grandes citas New Hampshire Tras los caucus de Iowa, toma el relevo New Hampshire. El pequeño estado del noreste del país, con apenas 1,3 millones de habitantes, tiene convocados el próximo martes a los candidatos. El procedimiento será de primarias, es decir, una votación estándar: sufragio secreto en urna y organización a cargo de las administraciones, no del partido. Menos conservador que Iowa, el favorito entre los demócratas es Sanders. Entre los republicanos, el líder Ted Cruz lo tendrá esta vez más difícil. El supermartes Es el día en el que confluye la elección de delegados en más estados, penúltima selección de aspirantes. Es raro que sobrevivan más de dos candidatos. Siempre detrás de los cuatro fijos del calendario (Iowa, New Hampshire, Carolina del Sur y Nevada) Estos son los estados: Alabama, Alaska (sólo republicanos) American Samoa (demócratas) Arkansas, Colorado, Georgia, Massachusetts, Dakota del Norte (sólo republicanos) Minnesota (caucus) Oklahoma, Tennessee, Texas, Wyoming, Vermont y Virginia. Febrero Marzo 9 1 Un primitivo proceso de voto, basado en la organización y la confianza de los vecinos, mantiene vivo el caucus La cuna de la elección presidencial M. ERICE DES MOINES (IOWA) o hay urnas ni tecnología de por medio. Ni voto secreto, principio sagrado y condición sine qua non de la democracia moderna para garantizar el derecho al sufragio libre. Más sencillo e igual de efectivo. Los caucus (término que procede de la palabra amerindia caucauasu, o reunión de jefes de tribus) respetan la tradición asamblearia que ha dado fama mundial a Iowa, no por ser el único estado que los emplea (otros lo hacen) sino por ser el primero. Que sea el punto de partida, el embrión de todo un proceso que culminará con la elección del presidente de los Estados Unidos nueve meses después, engrandece un sistema meridianamente democrático, que elige de abajo arriba. ABC asistió la noche del lunes al proceso de votación del caucus organizado en la Heartland Presbyterian Sanctuary. Hasta una iglesia sirve para reunir a los vecinos cada cuatro años e invitar a que se pronuncien, lo que en Iowa se vive con pasión. Esta vez, en el templo de la localidad de Clive, a veinte minutos en coche de la capital de Iowa, Des Moines. Son más de las siete y media. El caucus demócrata debería haber comenzado. En teoría, las puertas deben cerrarse a las siete, pero todavía hay gente que hace cola para entrar nos apunta Jay Wangerin, capitán de precinto (centro de votación) del grupo de Bernie Sanders. Al fin se cierra la puerta. Reunido en círculo y separado del resto el grupo de preferencia que representa a cada candidato, observamos que los partidarios de Clinton son mayoría. N El grupo de Sanders es menor, pero sensiblemente mayor que el de O Malley. Hay unos minutos en que se permite a miembros de un grupo convencer a los de otro. Recuento El de O Malley está obligado a hacerlo, pues sus miembros no llegan al 15 por ciento del total que permite obtener delegados, nos aclara Diana O Leary, miembro de este grupo. Tras este rato, cada grupo procede a su propio recuento: doscientos veinte Hillary Clinton, noventa y nueve Bernie Sanders y quince Martin O Malley. Comprobado que el grupo del exgobernador de Maryland no llega al porcentaje mínimo, en los siguientes minutos son los miembros de los otros Una familia sigue los caucus desde el cuartel general del candidato Carson grupos los que intentan sumarlos. Tras ello, la votación final. Casi todos se han ido con la precandidata Clinton: doscientos treinta y tres son para ella y cien para Sanders. Ya sólo queda el cálculo proporcional para AFP repartir los siete delegados, que la presidenta del precinto lleva a cabo con ayuda del secretario. Cuando anuncia el reparto de 5- 2 a favor de Hillary Clinton, su grupo estalla en gritos y aplausos. ALBERTO SOTILLO LOS PROGRESISTAS PREFIEREN A TRUMP La diferencia entre Trump y Cruz es que el primero no se cree lo que dice y el segundo es un ideólogo convencido U n votante progresista siempre preferirá a Donald Trump sobre Ted Cruz. Los dos son ultraconservadores, pero la diferencia entre uno y otro es que Trump no se cree lo que dice, y Cruz sí. El hispano es un político convencido de sus ideas. El primero ha entrado en la carrera electoral para epatar al burgués, ya sea progresista o conservador; el segundo lo ha hecho para cambiar América y llevar adelante su revolución conservadora inspirada en el Tea Party. Trump no es un burgués, es un millonario bastante chiflado que se pone el mundo por montera. De aquí que el votante progresista piense que, a la hora de la verdad, la gran clase media norteamericana se incline por una burguesa como Hillary Clinton que arrasaría en un duelo frente al magnate. Ahora bien, a las bases demócratas el cuerpo les pide votar por Bernie Sanders, que es un hiperprogesista de verdad, un abuelo revoluciona- rio con ganas de dar un susto a Wall Street y de cumplir una hazaña tan inédita como implantar la bandera de la izquierda en EE. UU. Lo nunca visto. De ahí que el votante conservador siempre prefiera a Sanders sobre Clinton. Sanders tendría todas las de perder frente a Cruz o Rubio, incluso frente a Trump. Por el momento, no deja de ser ciencia ficción que la clase media de la América profunda pueda sentir la tentación de un izquierdismo de importación europea. Lo más probable es que asistamos a un duelo entre una conservadora del partido demócrata, como Hillary Clinton, y un conservador duro del republicano; en la versión Tea Party de Cruz o en la vertiente más establishment de Rubio. La única opción para que no gane un conservador es que triunfe el majara de Trump.