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ABC MADRID 29-01-2016 página 13
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC VIERNES, 29 DE ENERO DE 2016 abc. es opinion OPINIÓN 13 EL BURLADERO UNA RAYA EN EL AGUA CARLOS HERRERA ¡QUÉ SE LE VA A HACER! La extrema izquierda se frota las manos, ya que le ve la matrícula a Sánchez y quiere adelantarle, o gobernando con él o yendo a por su gaznate en nueva convocatoria Y A está dicho hasta por perifrástica: de las tres opciones que tiene el PSOE, la de pactar con Ciudadanos y con el PP de una manera o de otra es la menos mala. Las tres son malas, de acuerdo, pero las otras dos suponen navegar peligrosamente por la tragedia. Creo que eso lo ha dicho Felipe González: tiene razón, pero no fuerza. Pactar con Podemos es asegurarle al país una carrera de obstáculos en el momento en el que está recuperando el uso de las dos piernas, además de comportar el peligro de meter una cobra entre las sábanas de una difícil noche. Unas nuevas elecciones suponen, como le dijo Javier Fernández al Rey, ser borrados en determinados escenarios, como el asturiano, por ejemplo. La tercera escena comporta tragarse un sapo, pero estabiliza el país, puede dotarlo de una Ley de Educación consensuada, una Reforma Constitucional saludable y una estabilidad política imprescindible para el par de años que está pensado que dure. Pero Sánchez ha dicho demasiadas veces que no y lo ha hecho, además, de forma desabrida y maleducada, cual si la derecha democrática apestara. Yo sé que algo apesta el último pasaje de corrupción no ayuda precisamente a que sea fácil pactar con ellos pero solo Ciudadanos no tiene manchas de sudor en sus axilas: no han gobernado en ninguna parte y se sienten virginales. Ya veremos lo que tardan en dejar de serlo. El PSOE de Sánchez, que es el de todos, también tiene sus cadáveres a medio enterrar en el jardín. El PP de Rajoy es el de los recortes, como dice Schz, pero el socialismo de política bonita de ZP nos llevó a un déficit infernal y, finalmente, también a recortes severos incluso en las pensiones. Nadie está libre de ERE, vengo a decir. La teatralidad de ese NO sonoro y seco despierta sospechas en algunos, pero básicamente contrasta con la carita de arrobo que puso después de la humillación a la que le sometió Podemos el pasado viernes. Cuando Rajoy le ofrece apoyarle en ciudades y autonomías, Sánchez se siente ofendido, pero cuando Iglesias le perdona la vida y le confecciona un gobierno sólo responde con ironía blandengue de arrobado novio consentidor. Ahí, por el contrario, no ve ningún impedimento en que Podemos sea la criatura iraní y venezolana que las evidencias demuestran, o que propugne políticas incompatibles con Europa, o que defienda el troceamiento de la Nación mediante consultas o refrendos no contemplados por la ley. La gran esperanza blanca y andaluza de la España menos aventurera, Susana Díaz, ya ha aclarado lo que quienes la conocemos venimos diciendo hace semanas: la presidenta de la Junta de Andalucía no ha estado jamás por pactar con el PP. Es cierto que tampoco a hacerlo con Podemos. Lo que deja un único camino abierto a nuevas elecciones un pacto con C s es inútil sin el concurso del PP y que sea lo que Dios quiera. El Rey está pensando en ello como mal menor y sopesando si hacerlo mediante la muerte lenta de los plazos establecidos en las reglas o mediante una disolución por incomparecencia de los candidatos. Es una mala solución para casi todos, pero supone repartir de nuevo cartas. A ser posible, cuanto antes. La extrema izquierda se frota las manos, ya que le ve la matrícula a Sánchez y quiere adelantarle mediante cualquier sistema, gobernando con él o yendo a por su gaznate en nueva convocatoria. Y estos chicos y chicas parecen dispuestos inopinadamente a darle gusto. De ser así, lo del Pasok griego va a ser una broma de Halloween comparado con la noche de Viernes 13 que les espera. Algunos dentro del socialismo español lo ven, pero no están de moda o tienen menos fuerza que un muelle de guita. Qué se le va a hacer. IGNACIO CAMACHO TRES PUNTO CERO La admonición de González se dirige a la estructura sociológica de su partido: el enemigo no es el PP sino Podemos ESDE que dijo aquello de que se sentía más militante que simpatizante, en tiempos de Zapatero, a González le hacen en la dirección del PSOE aproximadamente el mismo caso que a Aznar en la del PP. Pero al igual que su sosias de la derecha, conserva un ascendiente significativo entre las bases de la organización y entre los votantes de cierta edad que siguen siendo el núcleo elector del bipartidismo. Por eso ambas cúpulas dirigentes los suelen sacar de paseo en las campañas a riesgo de que les enmienden la plana; esa influencia es esencial para mantener la cohesión de ciertos sectores cuya vinculación a las siglas es de carácter sentimental, biográfico, emotivo. Ejercen de gurús, de depositarios de un legado moral, de santones de la tribu. Por eso el posicionamiento de Felipe sobre la crisis de investidura no trata de enviar un mensaje a Pedro Sánchez, al que siempre tiene a tiro de teléfono aunque no está claro que se le ponga ni menos a unos barones con los que habla a menudo; lo que pretende es crear un estado de opinión en la estructura sociológica del partido. Ésa a la que el secretario general apela frente a las reticencias de sus críticos cuando dice que la militancia no entendería que no pactase con Podemos. El recado gonzalista va dirigido a las entrañas de la clientela socialdemócrata sobre la que aún mantiene una especie de tutela oracular fundada en el prestigio de su auctoritas. Y contiene una advertencia explícita y contundente: no os equivoquéis de adversario. De hecho ése es el único concepto rotundo y claro de su larga entrevista admonitoria, en la que no es posible hallar una apuesta concluyente por ninguna salida concreta al bloqueo. El contenido mollar se refiere a la identificación del peligro, expuesta con categórica firmeza: el enemigo del PSOE y de la estabilidad de España no es el PP sino Podemos. El populismo neochavista, el leninismo 3.0 (sic) González atisba en Pablo Iglesias una versión posmoderna del proyecto de liquidación de la socialdemocracia con el que a él le hostigó Julio Anguita, sólo que con mucha más masa crítica. Lo que intenta con su alegato es desactivar la simpatía de las bases hacia la inflamada prédica bolivariana, desenmascarando sus raíces autoritarias, y legitimar la oposición interna a la estrategia de Sánchez de auparse en el poder de la mano de una fuerza rupturista. Su veterano instinto y su experiencia le dicen que detrás de ese ficticio regeneracionismo no hay más que un asalto al Estado. No es, pues, el suyo un sí al PP sino un no a Podemos. Una negativa terminante, imprecatoria, jeremíaca. Una exhortación que quizá sepa baldía porque nadie mejor que él conoce en el fondo la tentación subyugante y cesarista del poder como objetivo supremo. Pero su propia autoestima parece obligarle a dejar patente que al menos por su parte no quedó sin aviso la deriva del desastre. D JM NIETO Fe de ratas

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