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ABC MADRID 28-01-2016 página 14
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  • EdiciónABC, MADRID
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14 OPINIÓN PECADOS CAPITALES JUEVES, 28 DE ENERO DE 2016 abc. es opinion ABC MAYTE ALCARAZ A los cuatro vientos Caso Prestige MICAELA Y PATXI La vicepresidenta segunda de la Mesa del Congreso es de Susana Díaz. Dará guerra I hay alguien a quien conviene que Micaela Navarro tenga una posición institucional relevante en Madrid (orgánicamente, ya es presidenta del PSOE) es a Susana Díaz. Ambas han transitado épocas de duros enfrentamientos por el liderazgo socialista andaluz: la actual presidenta de la Junta, aupada por Griñán, y Navarro, como chavista reconocida. Sin embargo, tras la renuncia de la hoy presidenta segunda del Congreso a dar la batalla contra Díaz por la Junta, la todopoderosa baronesa andaluza es su principal madrina para evitar que vuelva a Sevilla. Ya la hizo presidenta del PSOE para sustituir al investigado Griñán y hace unos días se batió el cobre para que su amiga Micaela ocupara el preciadísimo tesoro de la presidencia del Congreso de los Diputados. La batalla fue silente pero de alto voltaje interno. La perdió Susana Díaz porque el adversario Patxi López tenía apoyos tanto dentro de Ferraz como en otros partidos para ostentar la tercera magistratura del Estado. El premio de consolación no fue menor. Navarro se hizo con el único cargo socialista en la Mesa con el del exlendakari. Desde entonces, ambos socialistas se han convertido en dos fuerzas antagónicas, que representan a sus respectivos mentores: López a Pedro Sánchez y Navarro a Susana Díaz. La guerra que libran sus jefes en el Comité Federal se ha trasladado a pequeña escala al Parlamento. Tanto es así que la vicepresidenta segunda no tuvo ninguna duda en apoyar abiertamente la propuesta de PP y Ciudadanos de que Podemos fuera relegado a las posiciones más altas del hemiciclo: al gallinero como lo bautizó Íñigo Errejón. Con el respaldo de Navarro la decisión salió adelante. Evitó usar su voto de calidad Patxi López, pero no tardó en argumentar que esa decisión se tenía que haber tomado con otros criterios y con mayor consenso para evitar la protesta del grupo de Pablo Iglesias. Una bofetada a Micaela Navarro. Es curioso que al presidente de las Cortes le pareciera poco consenso la mayoría de la Mesa que sumaron los tres miembros del PP, con Celia Villalobos a la cabeza, junto a los dos representantes de Ciudadanos y su propia compañera, Micaela Navarro. El enfrentamiento, poco mediático pero sin cuartel, se hacía visible así para los que asistieron a las negociaciones. Díaz no pierde oportunidad alguna de asaetear a Podemos, el más firme candidato a apoyar a su líder para formar Gobierno. Como no le acompañan ni las fechas ni la estrategia, Susana Díaz se ha convertido, con Navarro y con los diputados andaluces de su cuerda, en un contrapeso al poder de Ferraz en el Congreso, que se reduce a 90 parlamentarios, y solo 68 de ellos afines a Sánchez y no a Díaz. Hay muchos que piensan que siempre es más importante la mayoría ideológica o táctica en la Mesa de la Cámara que la propia presidencia. Así lo manifestó Jesús Posada, que de esto sabe, cuando Rajoy le preguntó si era oportuno dar la batalla para que el PP siguiera ostentando la presidencia. No te engañes, presidente, lo que importa es la mayoría en la Mesa Y Díaz lo sabe. Por eso Micaela Navarro dará guerra. Catorce años para una sentencia Cerca de catorce años, hasta llegar al Supremo, ha tardado la Justicia en determinar la responsabilidad de la tragedia ecológica provocada por el Prestige. La resolución del Alto Tribunal, que abre la puerta a una millonaria indemnización por parte de las aseguradoras, llega cuando del petróleo vertido frente a las costas gallegas no queda sino su mancha política, un ajuste de cuentas obsesivo y ajeno a la Justicia que ha alimentado altas y bajas mareas. Catorce años es demasiado tiempo, aún más para un sistema judicial que resulta fallido cuando es incapaz de reparar el daño causado, en este y otros casos, en tiempo y forma. Desde el otoño de 2002, las olas se han encargado de hacer el trabajo. S Carlos Lesmes, presidente del CGPJ ÓSCAR DEL POZO Renovación judicial Al oído El CGPJ se apunta al progresismo De manera discreta o a las claras, con unas propuestas bastantes explícitas, Carlos Lesmes renueva el Consejo General del Poder Judicial para adaptarse a los tiempos. Por lo que pueda pasar. Aquella relación institucional que mantenía con Susana Díaz en vísperas del relevo de Mercedes Alaya ha dado paso a una decidida apuesta por un giro a la izquierda en el CGPJ, de cuya Comisión Permanente tiene previsto sacar hoy a un magistrado propuesto por el PP para sustituirlo por Rafael Mozo, de filiación progresista. Con el intermitente puesto, Lesmes hace nuevos guiños a una izquierda que acelera, también en el ámbito judicial. PODEMOS NO TIENE QUIEN LE ESCUCHE Ocurría ayer en el Senado, en una jornada especialmente apretada de declaraciones: de los miembros de la Mesa, de un Pedro Sánchez que venía a otro acto por la Memoria del Holocausto y aprovechó para lanzar dardos contra Rajoy y Felipe González; del elocuente ministro García- Margallo... El portavoz de Podemos intentó colar su discurso, pero no hubo momento. Cuando se quiso dar cuenta, los periodistas ya se habían marchado. CARTAS AL DIRECTOR Relato de mi paso por Venezuela Esta carta está dedicada a quienes aún se preguntan por qué debemos tener tanto miedo a que en España se repita lo que está ocurriendo en Venezuela. Al fallecer mi tío viajé, con un profundo dolor, a la ciudad de San Cristóbal. El único vuelo que pude conseguir fue a Cúcuta, ciudad colombiana fronteriza con Venezuela. Entre estas dos ciudades hermanas, Cúcuta y San Cristóbal, discurrió mi infancia; esta frontera no es más que una franja geográfica que define la prolongación natural de una pequeña nación con lazos históricos y culturales comunes, tanto que nos sentimos orgullosos de nuestro apelativo: hombres y mujeres de frontera. Pues bien, esta frontera fue cruelmente cerrada hace unos meses, como venganza hacia el Gobierno colombiano que no apoya las políticas maduristas Tenía la certeza de que iba a poder cruzar. Mostré el acta de defunción de mi tío, pero no se me permitió porque eran más de las seis de la tarde y, aunque la hora oficial para cerrar era a las 21.00 horas, ese día cambiaron la normativa. Al día siguiente pude comprobar cómo el régimen chavista había convertido nuestra frontera en un minicampo de concentración. Enseñé mi pasaporte español a los policías que se encontraban allí. De un pitido me mandaron sentarme sobre unas piedras que había en la acera. Me senté. Poco a poco, la fila fue creciendo. Nos gritaban que nos organizásemos. Me sentí como la protagonista de una película ambientada en la época nazi. Al momento, con un nuevo pitido, nos ordenaron seguir a un guardia en fila india para entrar en Venezuela. ¡Camine más rápido, más despacio, al ritmo! decían a gritos. Al entrar en San Antonio de Táchira, una gran valla de Nicolás Maduro y Hugo Chávez daba la bienvenida a un país que parecía estar en toque de queda. Sin ir más lejos, esta ciudad, San Antonio de Táchira, siempre había tenido una gran actividad comercial por parte de los dos países, pero

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