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ABC MADRID 09-01-2016 página 12
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  • EdiciónABC, MADRID
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12 OPINIÓN VIDAS EJEMPLARES PUEBLA SÁBADO, 9 DE ENERO DE 2016 abc. es opinion ABC LUIS VENTOSO FÍATE DE SUSANA El gran sentido de Estado ha durado tres telediarios I Susana Díaz me vendiese un coche usado, saldría zumbando al concesionario de al lado a buscar algo más fiable. Su todavía corto periplo por la primera línea permite ir calándola: palabras razonables y solemnes, expresadas con un tono grave y muy sentido; ínfulas de gran esperanza blanca, que va a tomar el mando para devolver al achacoso PSOE a la cordura centrista... Y al final, envainada por todo lo alto, cornetín de retirada y una más en la inanidad del post- zapaterismo. Su papelón en este arranque de año ha sido fino. Primero sale a escena como garante de la sensatez institucional, advirtiendo con razón a Sánchez de que con su calamitoso resultado no puede pretender gobernar con Podemos. Incluso se pone rufa y amaga con convocar el congreso del partido, dando a entender que planea descabalgarlo. Pero ayer se desinfla y sale a apoyar que Pedro el Luso negocie con Podemos, en una sopa de letras que incluso exigirá el pasteleo con los separatistas. Para hacer decoroso su giro, Susana advierte, con esa solemnización de lo obvio que es marca de la casa, que la unidad de España será sagrada en las negociaciones. ¡Solo faltaba! El PSOE, aunque esté hecho un cromo, es todavía un partido constitucionalista y el que más tiempo ha gobernado. Pero el problema real del susanismo y el sanchismo es mucho más grave y sencillo: una espectacular falta de ideas. Carecen de una alternativa económica. Todo se reduce a sobadísimas frases hechas que no significan nada España necesita un Gobierno progresista y a un enojado y faltón no a Rajoy el presidente que se ha cargado nuestra democracia y nuestros servicios sociales (latiguillo que jamás se concreta con datos) Se soslaya además un detalle: cuando gobernó, el PSOE se plegó al catecismo alemán, privó de pagas a los funcionarios, congeló las pensiones y acertadamente fijó un techo constitucional de gasto. En política, como en la ciencia de laboratorio, todo lo que se puede hacer al final acaba haciéndose. Sánchez, que sería Einstein si su ego se transmutase en neuronas, va a intentar a toda costa dormir en La Moncloa, con Podemos y con quien haga falta. Si ya gobiernan con Iglesias en ayuntamientos y comunidades, si fueron socios del BNG y ERC en Galicia y Cataluña, ¿se van a poner escrupulosos ahora con Podemos? No. Pero será su dulce suicidio. Aliarse con Podemos supone aceptar el intervencionismo, la aversión al mundo de los negocios, una política fiscal abrasiva para los que se esfuerzan, el descontrol del gasto público y abrir grietas en la unidad de España. El PSOE se alejará de lo que intentó ser cuando nadaba en votos, un partido socialdemócrata europeo. Pero si la cosa va de izquierda cañera, el electorado preferirá la versión original: Podemos. Iglesias, mucho más inteligente que Sánchez, aspira a laminar y sustituir al PSOE. Dar el plácet a Rajoy arrostraba riesgos para el PSOE ante sus votantes más ideologizados. Pero cortejar a Podemos, Susana, es tirarse de cabeza al Guadalquivir desde las almenas de la Torre del Oro. Qué planazo el de Pedro el Portugués, sacrificando a su mayor gloria la estabilidad de su país. Ay, Susana. Ay, Felipe... el que siempre calla justo cuando toca hablar. S HORIZONTE RAMÓN PÉREZ- MAURA NUESTRAS FRONTERAS Orban negó la libre circulación a quien entraba ilegalmente en Europa. Y le cayó la del pulpo G abriel Maura Gamazo se pasó los años 1896- 1898 en Alemania, fue ministro plenipotenciario en la Conferencia de Paz de La Haya de 1907 y representó a España en la Conferencia Naval de Londres de 1909. Fruto de todo ello cuenta en su libro La crisis de Europa (Rialp. Madrid, 1952) que La Europa que yo conocí en las postrimerías del siglo XIX y los comienzos del XX parecía llegada a la plenitud estadiza de sus destinos. Podíasela recorrer casi entera sin proveerse de pasaporte ninguno. Nadie ocultaba ni disimulaba su auténtica nacionalidad. A quien se le antojaba remudarla, érale fácil cambiar, en corto plazo y mediante escaso papeleo, la de su nacimiento por la de su predilección Esa realidad ya era muy distinta cuando el duque de Maura publicó ese estudio de Europa. ¿Por qué se erigieron fronteras? Obviamente para impedir la libre circulación de bienes y personas entre diferentes países. Se podía circular, sí, pero pagando tasas y dejando constancia del cruce de una frontera. Cuando se hace una unión política como la que hoy representa la UE, esas fronteras dejan de tener sentido. Pero es imprescindible salvaguardar las exteriores. Y eso es exactamente lo que los europeos no hicimos el año pasado. Vimos llegar a cientos de miles de refugiados y se jaleó su derecho a entrar sin ningún tipo de limitación. Es evidente que algunos huían de una guerra en Siria y nadie puede negar el derecho de refugio a quien escapa de un conflicto armado. Pero tampoco estábamos los europeos dispuestos a hacer lo necesario para ir al origen de nuestro problema y frenar el conflicto. Por el sur de Europa se rompieron las fronteras y entró todo el que pudo sobrevivir al cruce del Mediterráneo en embarcaciones endebles. Quien llegaba a tierra tenía garantizada su acogida. Y lo malo era que quien incumplía sus obligaciones de salvaguardar las fronteras no albergaba a esos inmigrantes, ni los devolvía a su origen, sino que los pasaportaba a otras tierras de promisión. Así que la necesidad de hacer efectivas las fronteras se eclipsaba ante el traspaso del problema. Hubo un dirigente europeo, el húngaro Víctor Orban, que tuvo la insensata ocurrencia, políticamente incorrecta, de exigir que se cumplieran los tratados que han firmado los veintiocho estados miembros de la UE. Y que por ello negó la libre circulación a quien entraba ilegalmente en Europa. Y le cayó la del pulpo. Ahora resulta que esas personas que han llegado al corazón de Europa por esas vías, empiezan a crear gravísimos problemas. Casos como el ocurrido el 31 de diciembre ante la catedral de Colonia son espeluznantes. Y eso fue perpetrado por grupos coordinados de inmigrantes mayoritariamente musulmanes. Es evidente que todos los refugiados que hayan participado en estas vesanias pueden ser expulsados de Alemania ¡y de Europa! después de haber cumplido las penas a las que sean condenados espero. Pero no parece exagerado decir también que frente a personas así, las fronteras tienen una razón de ser. Una gran razón. Son muchos los signos de decadencia de nuestra civilización que surgen en nuestro entorno. Uno de los más evidentes ha sido éste del que estamos viendo sus consecuencias más evidentes: Vinieron en masa a asentarse en nuestras tierras y a vivir de nosotros. Querían imponernos su cultura y su religión. Y en lugar de reaccionar con cautela, de exigir que quien quisiera asentarse aquí cumpliera con unos requisitos, les dimos sin medida. Y ahora, cuando alguien les echa en cara sus actos, te espetan que no me puedes hacer nada porque soy invitado de Merkel Con un par.

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