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ABC MADRID 03-11-2015 página 3
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MARTES, 3 DE NOVIEMBRE DE 2015 abc. es opinion LA TERCERA 3 F U N DA D O E N 1 9 0 3 P O R D O N T O R C UAT O LU C A D E T E NA RAJOY POR JOSÉ MARÍA CARRASCAL El primer acierto de Rajoy fue atender a la crisis y arreglar la economía. El segundo ha sido negarse a continuar la política de concesiones crecientes al nacionalismo catalán practicada por todos los gobiernos anteriores al suyo, tanto del PSOE como del PP. Convencido de que tal política no conducía a aplacarle, sino, al revés, aumentaba su apetito, se marcó unas líneas rojas: ayudar a Cataluña en sus problemas, sí. Ayudar a los políticos catalanes a avanzar hacia el soberanismo, no pente comprueba que la acorralada es ella, con una política tan vacía como anacrónica. Los federalismos simétricos y asimétricos presentados como Bálsamo de Fierabrás por el PSOE sirven tan poco como la transversalidad inocua de Ciudadanos. La hondura de la crisis económica y el alcance del desafío catalán exigen adoptar una actitud clara, firme y decidida, no ungüentos milagrosos. Tras haberse escorado a la izquierda ante el avance de Podemos, Sánchez busca el cobijo del centro y no ha tenido más remedio que hablar con Rajoy con el que había dicho no pactarían nunca al darse cuenta de que el electorado no perdonará nunca tibiezas en la unidad de la nación, aunque él insiste en la equidistancia. Mientras Rivera ha dado un brinco para adelantar a Rajoy en patriotismo. Agilidad no le falta, credibilidad ya es otra cosa, pues mañana puede dar el salto contrario si cree que le interesa. Algo a tener en cuenta, aunque no sé en país de tan poca memoria como el nuestro. En cualquier caso, es Rajoy quien está repartiendo las cartas en esta recta final de la campaña. S E equivocó en muchas cosas, pero acertó en las dos principales: antes de nada, había que arreglar la economía. Y la respuesta al desafío secesionista catalán no era hacerle concesiones, sino al revés, negárselas. Se equivocó con Bolinaga, ofendiendo al sector más preciado del PP: las víctimas del terrorismo etarra que tuvieron que convivir durante meses con uno de sus verdugos. Se equivocó con Bárcenas, animándole a mantenerse fuerte cuando hubiera debido expulsarle del partido nada más publicarse sus papeles ofensivos para unos españoles estrujados por los recortes. Se equivocó al despreciar olímpicamente a los medios de comunicación, dejándolos en manos de sus rivales. Se equivocó con Wert, accediendo a su deseo de irse a París por motivos particulares, cuando los favores personales ya no se admiten en política. Y en tantas otras cosas se equivocó Rajoy. Pero acertó en lo fundamental: lo primero era atender a la crisis. Nos estábamos yendo por la cañería y muchos economistas abogaban por pedir el rescate, que hubiese significado ponernos en manos de una especie de cobradores del frac: o pagas o te freímos. Había que salir de ello manteniendo las bases del Estado social las pensiones, la salud, la educación recortando todo lo demás. Sabiendo a lo que se exponía: con unos españoles que se creían ricos sin serlo y una clase política convencida de que el dinero público no era de nadie por lo que podía gastarse sin tasa, aunque se quedaran con buena parte, la repulsa general estaba garantizada. Como la aparición de charlatanes que ofrecían remedios milagrosos y, además, sin dolor. Nadie daba un euro por la recuperación, pero ahí la tienen, al final del mandato, creciendo más que nadie en Europa, todos los indicadores positivos y un futuro halagüeño, eso sí, de seguir en esa senda. El segundo acierto de Rajoy ha sido negarse a continuar la política de concesiones crecientes al nacionalismo catalán practicada por todos los gobiernos anteriores al suyo, tanto del PSOE como del PP. Convencido de que tal política no conducía a aplacarle, sino, al revés, aumentaba su apetito, se marcó unas líneas rojas: ayudar a Cataluña en sus problemas, sí. Ayudar a los políticos catalanes a avanzar hacia el soberanismo, no. Lo que le granjeó de inmediato la enemiga de estos y de la oposición en bloque u mayor enemigo es él mismo. No tiene carisma lo que en nuestro tiempo significa grave carencia. Ni vanidad, lo que en medio de pavos reales Sánchez, Rivera, Iglesias le deja en la sombra. Es, además, testarudo, distante y su humor tiene una retranca gallega que hiere. No es simpático es el mayor reproche que le hacen los analistas y los tertulianos, como si compitiese en un concurso PIEDRA de belleza o de cocineros, y la ostentación le resbala, como puede apreciarse en su atuendo, en su discurso y su actitud. No inque seguía apostando por el diálogo y la nego- tenta enamorar a nadie, simplemente, convenciación incluso en temas como la soberanía, la cer. Con hechos más que con palabras. En un hacienda y la igualdad de todos los españoles, país serio, lo apreciarían. En uno de charlatanes que no son negociables. Rajoy ha tenido que es- como el nuestro, es una enorme desventaja. cuchar durante los últimos años toda clase de Aunque pudiera ser que tras ocho años de acusaciones desde inmovilista a recentra- todo tipo de crisis, los españoles nos hayamos lizador pasando por holgazán cuando lo úni- dado cuenta de que la simpatía es algo estupenco que estaba haciendo era defender la Consti- do para las conversaciones de bar, pero no en los tución y la unidad de España. Dado su carácter, momentos críticos de una nación. En otras paes difícil saber si preveía este desenlace: preso labras: que gobernar tiene más que ver con dede fiebre nacionalista, los independentistas no cir no que con decir sí algo muy fácil, pero harían más que aumentar sus exigencias, ace- que agranda los problemas, en vez de resolverlerar su marcha y alejarse de la realidad, hasta los. estrellarse contra ella. En cualquier caso, es lo Lo más curioso es que el detonante haya sido que ha ocurrido: tras cambiar su socio tradicio- la alocada carrera a ninguna parte de los que tenal de gobierno, Unió, por otro mucho más ra- níamos como más serios entre nosotros: los cadical, Esquerra Republicana, los convergentes talanes. En qué acabará nadie lo sabe y menos han terminado siendo rehén de una formación que nadie, las encuestas. ¡Con lo que puede patan minúscula como extremista, la CUP, que re- sar hasta el 20- D! Pero incluso perdiendo, Rapresenta valores cívicos contrarios a los suyos. joy podría retirarse satisfecho: ha evitado el resCómo van a salir de la trampa en la que se ha cate y bloqueado el avance del soberanismo cametido no lo sabemos, ni posiblemente lo sepan talán. Bastante para poder contemplar, desde la ellos, cada vez más desorientados y confusos. hamaca con un puro, a los malabaristas intenPero es un problema que han creado y sólo ellos tando convertir sus juegos de palabras en reatienen que resolverlo. Si pueden. lidades. Algo parecido ocurre a la oposición en su conjunto, que creía tener a Rajoy acorralado y de reJOSÉ MARÍA CARRASCAL ES PERIODISTA S

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