ABC MADRID 02-09-2015 página 13

ABC MIÉRCOLES, 2 DE SEPTIEMBRE DE 2015 abc. es opinion OPINIÓN 13 UNA RAYA EN EL AGUA EL RECUADRO ANTONIO BURGOS HACER UN KICHI A Cai no le llaman Cai, que le llaman Kichilandia: la está poniendo el alcalde que ya es Grecia más que España UIZÁ recuerden la hermosa copla: A Cai no le llaman Cai, que le llaman relicario, porque tiene por Patrona a la Virgen del Rosario Mejor que la olviden. La letra ha sido ya cambiada, y por decisión popular. Ahora dice: A Cai no le llaman Cai, que le llaman Kichilandia: la está poniendo el alcalde que ya es Grecia más que España Cádiz ya no es La Habana con más salero, sino Atenas con gobierno (o lo que sea) de Podemos. Han cumplido su programa electoral de sólo tres palabras: Echar a Teófila Ya han echado a Teófila Martínez, por cierto la lista más votada y la que más concejales sacó. Como Cádiz es siempre como un laboratorio para la política española, como cuando la Constitución de 1812, allí se ensayó en las municipales lo que, si Dios no lo remedia, será el lema común de todos los partidos en las próxima generales: Echar al PP Y por echar al PP, el PSOE fue el colaborador necesario para entregar la Cuna de la Libertad a quienes llaman fascista a quienes la ejercemos en sentido contrario a la dictadura de lo políticamente correcto y a la inquisición del pensamiento único. A contraflecha. Que Kichi sea alcalde de Cádiz es mérito de Podemos... y del PSOE. Y se ha demostrado lo del banderillero de Juan Belmonte que llegó a gobernador civil degenerando. Degenerando, un comparsista, profesor con escaso ejercicio docente, dedicado al sindicalismo como liberado, ha llegado a alcalde de Cádiz... gracias a la colaboración del PSOE. Y como La Habana ha pactado ya con Estados Unidos y la comparación es odiosa Q para los radicales anticapitalistas, el modelo de la fenicia y romana Cádiz ahora es Grecia. En Cádiz siempre se inventaron grandes adelantos para la Humanidad: el liberalismo, la Lotería Nacional, la palabra cursi el pelotazo... Ahora han inventado el no pagar por lo democrático, a la griega: hacer un Kichi. Kichi se ha encontrado al llegar lo que todos los alcaldes al entrar en sus despachos. Trampas. Ronchas. Deudas. Que son precisamente el aceite lubrificante de las maquinarias municipales. Si no fuera por su capacidad de endeudamiento, ¿cómo iban a funcionar los ayuntamientos, si el IBI que tan carito nos cobran se lo gastan sólo en pagar asesores y funcionarios de confianza nombrados a dedo? Como todo ayuntamiento con capacidad de iniciativa, Kichi se ha encontrado con dos cosas: con el Segundo Puente ya hecho y estrenado por la Vuelta Ciclista y con 275 millones de deuda. Esa cantidad, 275 millones, para cualquier ayuntamiento que se precie, es media pringá. Pero a Kichi, cuyas magnitudes económicas acaban en el sueldo de liberado sindical y en los 100 euros del reparto tras los bolos de la comparsa de Jesús Bienvenido, 275 millones les han parecido un mundo. ¿Y qué ha decidido? Pues como Grecia: no pagar. Y sanseacabó. Óooole sus co... nocimientos de financiación municipal. Y del mismo modo que se bastó solo para arriar la bandera de España con el pretexto del levantito o para quitar el retrato del Rey y poner el de Salvochea, para no pagar se ha buscado un procedimiento democrático. Democrático con adjetivo. Cuando vea que le ponen un adjetivo a la democracia, tiemble: no es democracia. Franco llamó a su dictadura democracia orgánica Castro a la suya, democracia popular Democráticamente, Kichi, como si fuera el concurso de Carnaval, va a nombrar un jurado popular para decidir no pagar los 275 millones, porque los considera deuda ilegitima Cádiz, siempre enriquecedora del lenguaje, ha creado esto de llamarle hacer un Kichi (y mediante democrático jurado popular) a no pagar. Así que cuando me lleguen el IBI, la factura de la luz, el recibo del Cortinglés y los gastos de comunidad me voy a declarar Kichi de toda la vida. Ya tengo nombrado mi jurado popular: la Jefa de mi Casa Civil, servidor, mi hijo, Ana mi nieta y mis tres gatos. Porque a democracia en materia de no pagar ni quemado no me gana ni el Kichi. Aquí hasta mi gato Remo dice que, a la gaditana, no se le paga un duro a nadie... IGNACIO CAMACHO LA CONTRAFIGURA Merkel encarna el modelo marianista de liderazgo político, el espejo en que al presidente le gustaría mirarse y ser mirado Mariano Rajoy le gusta retratarse con Angela Merkel; se diría que esos encuentros le proporcionan seguridad, aplomo, confianza. Y ello es así en primer lugar porque la sintonía merkeliana supone el espaldarazo europeo a sus políticas y un reconocimiento acaso más simbólico que explícito y más formal que sincero del peso específico de España. Pero también, y tal vez eso sea para él incluso más importante, porque la canciller alemana encarna el modelo marianista de liderazgo político: seria, solvente, fría, disciplinada, austera, fiable. Mucho más eficaz que empático, su estilo algo acartonado de responsabilidad sin ornatos representa el espejo de respeto en que al presidente le gustaría mirarse y ser mirado. Una gobernante que triunfa no por su retórica sino por su sensatez; no por su carisma sino por sus resultados. Parece improbable, sin embargo, que Merkel obtuviese el mismo éxito en España. Éste es un país emocionalmente socialdemócrata, adherido por una rutina de siglos a una mentalidad proteccionista de enorme arraigo. Sólo los franceses pueden disputarnos en Europa la hegemonía de ese sentimiento social de apego al Estado. Faltos de una etapa histórica de rigor luterano que inculcase la pedagogía del esfuerzo individual, los españoles hemos desarrollado una cultura política de raíz colectivista basada en un igualitarismo de reparto. En ese marco la izquierda ha asentado una dominancia que maneja desde un desacomplejado sentido de superioridad moral: impone ideas, establece modas, dicta criterios y los refuerza derramando regalías, franquicias y subvenciones. Propaganda y gasto. La derecha no ha encontrado el modo de competir contra ese efecto de amparo. Sus escasas victorias son paréntesis coyunturales provocados por errores de la izquierda, que además ha sabido etiquetarla con el ficticio marchamo de la herencia del franquismo para generar en torno a ella un aura de antipatía colectiva. Rajoy no es desde luego un fenómeno de cercanía carismática pero ha estabilizado una economía en quiebra partiendo de una situación aterradora. De poco le sirve; su valoración popular está devastada. Y precisamente uno de los reproches que acumula en su balance es el de la sumisión a Merkel, sobre quien ha caído a su vez el paradigma negativo de la severidad, la intolerancia, la insensibilidad, la rigidez. La autora intelectual del austericidio, un concepto que atribuye a la disciplina financiera las características sombrías de un exterminio de masas. No está claro, pues, que las fotos con la canciller le devenguen réditos electorales al marianismo, tan reo de sus errores como de una fobia social desproporcionada. Favorecen la caricatura lacayuna de una derecha ventrílocua del neoimperialismo germánico. Claro que otros prefieren los retratos con Tsipras; ante el objetivo de la Historia cada cuál posa con el correlato que tiene a mano. A JM NIETO Fe de ratas