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ABC MADRID 17-05-2015 página 40
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ABC MADRID 17-05-2015 página 40

  • EdiciónABC, MADRID
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40 ESPAÑA DOMINGO, 17 DE MAYO DE 2015 abc. es españa ABC Torcuato Fernández- Miranda ABC ofrece un extracto del libro sobre uno de los artífices de la llegada de la democracia ABC MADRID El guionista de la Transición un salón, un comedor, tres dormitorios y un despacho. Una vivienda de piedra típica de la sierra de Madrid. La distancia de la capital no es casual: Franco consigue así que el consejo privado de don Juan esté lejos del Príncipe, que se pasa el día en el coche para acudir a la universidad. Cada mañana, Torcuato se presenta allí para la clase diaria. Don Juan Carlos no entiende nada; le parecen unas clases surrealistas. Nunca nadie antes le había tratado así. El profesor no lleva papeles, ni le recomienda libros. Simplemente charlan, discuten, reflexionan. -Pero cuando tenga que pasar un examen... -insiste el alumno ante la ausencia de libros que memorizar. -No los necesita- -responde Torcuato. -Sí que los necesito. -No- -zanja el profesor. En esas clases, en los primeros años sesenta, Torcuato le habla de su futuro oficio de Rey, de lo que tendrá que hacer o dejar de hacer. Le enseña dos virtudes que le serán muy útiles: serenidad y paciencia. Pero a un chico de escasos veinte años, todo eso le suena a chino y le deja angustiado: -Pero ¿cómo voy a ponerme al corriente de todas esas cosas? ¿Quién va a ayudarme? -pregunta una y otra vez el Príncipe. -Nadie. Tendrá que hacer como los trapecistas que trabajan sin red. ¿Sin red? -Sin red. Poco a poco, Torcuato se va ganando la confianza del Príncipe. La relación alumno- profesor va lentamente mutando en amistad; en confianza, entendimiento y lealtad. Torcuato sonríe poco y tiene un sentido del humor frío, difícil de entender, pero llegan a congeniar. Profesor y alumno charlan durante horas. Éste pregunta y aquél explica y, en algunas ocasiones, discute el criterio del alumno: don Alfonso XIII no tenía que haber abandonado España. Será el Príncipe quien algún día deberá tener la serenidad y la paciencia necesarias para tomar decisiones acertadas en momentos difíciles. Y en esos momentos no hay libros que valgan. -Cuando digo a Vuestra Alteza que mire bien a su alrededor, es para que comprenda que, a veces, situaciones que parecen idénticas son en el fondo muy diferentes. La Historia se repite, pero no se parece. Cada vez el envite es diferente. El entendimiento es tan evidente que llega a oídos de Franco. El jefe del Estado se inquieta. ¿Qué le cuenta ese profesor de Derecho Político al Príncipe? ¿Por qué se llevan tan bien? Lo que sucede en esas clases se escapa a su control, y eso no le gusta. Por ese motivo, toma una decisión inmediata. Llama al marqués de Mondéjar y le da una orden: en las clases de Torcuato debe es- P receptor del futuro Juan Carlos I y diseñador discreto del proceso de desmontaje del régimen franquista, el n ombre de Torcuato Fernández- Miranda (1915- 1980) ha permanecido oculto tras las figuras protagonistas del propio Don Juan Carlos y Adolfo Suárez como artífices del tránsito a la democracia. Un libro escrito por el periodista de ABC Juan Fernández- Miranda recupera ahora el papel esencial del llamado guionista de la Transición. A continuación, ofrecemos uno de los epígrafes del capítulo 3 del libro, que saldrá a la venta el próximo jueves. Fernández- Miranda, recibido por Don Juan Carlos en 1976 EFE TRAPECISTAS SIN RED ¿No me va a traer libros? -le pregunta don Juan Carlos a su profesor. -Su Alteza no los necesita- -responde Torcuato. ¿Cómo que no los necesito? ¡Los necesito para estudiar! -No, no... Vuestra Alteza debe aprender escuchando y mirando a su alrededor. Cuando Torcuato emprende la tarea de formar al Príncipe, sabe que tiene ante sí una misión que trasciende a la labor habitual de un profesor. Don Juan Carlos no es un alumno cualquiera. Está llamado a asumir las más altas responsabilidades políticas. En ese momento, a Torcuato se le abre la posibilidad de enseñar sus conocimientos teóricos a un alumno que, si se dan las circunstancias, podrá aplicarlos. Los mismos que, durante toda su carrera docente, ha enseñado a cientos de alumnos en la Universidad de Oviedo. Todo un reto para un profesor de Derecho Político. Sus clases en la universidad en la que ha estudiado, en la que se forjó como profesional y como persona, le han dado una enorme reputación. Cuando el Tato daba clase, las aulas se llenaban, y no sólo de alumnos matriculados en la asignatura; acudían estudiantes de toda la facultad. Torcuato sabía cautivar a los alumnos. Les hablaba de conceptos que no habían escuchado nunca. En un país que denostaba oficialmente al comunismo, el profesor Fernández- Miranda hablaba sin corsés de la Unión Soviética. También de Estados Unidos. Hablaba de regímenes autoritarios y de sistemas democráticos. Les hablaba en libertad y los escuchaba. Porque Torcuato es, esencialmente, un profesor. Y con Prólogo de S. M. Don Juan Carlos L a conmemoración en 2015 del nacimiento de Torcuato Fernández- Miranda y Hevia me da la oportunidad de recordar a esta gran figura de nuestra historia reciente y de poner de manifiesto mi admiración y afecto por este español excepcional. Catedrático de Derecho Político, Torcuato fue mi profesor en los primeros años sesenta y, desde entonces, mi leal y eficaz consejero hasta el día de su fallecimiento. Recuerdo bien sus magistrales clases en la Casita de Arriba, cuando yo era aún un joven que iniciaba sus estudios universitarios. Él quiso que la formación que me dedicaba se instrumentase principalmente a través de apasionantes conversaciones que después se repetirían durante años y años. Como leal consejero siempre, o como presidente de las Cortes y del Consejo del Reino en su momento, Torcuato participó activamente en el diseño de la inmensa tarea de recuperar las li- bertades bajo el signo de la reconciliación y la concordia. Una labor que la Corona se impuso plenamente asumiendo una fun- ción integradora del conjunto de los ciudadanos y canalizando las demandas democráticas del auténtico protagonista de la Tran- sición, el pueblo español. Por todo ello, por sus grandes servicios a España y a la Corona en un período decisivo de nuestra historia, le concedí en 1977 el Ducado de Fernández- Miranda y le nombré Caballero del Toisón de Oro, reconocimientos que ahora, en el centenario de su nacimiento, quiero rememorar. La vida de Torcuato, recogida ampliamente en esta biografía, es la vida de un hombre que supo aunar sus dos vocaciones, la universitaria y la política, para ponerlas al servicio de España. Con la lectura de esta obra será posible conocer a la persona, al profesor y al político; a Torcuato Fernández- Miranda y Hevia, un español que siempre quedará en nuestra memoria con un sentimiento de honda gratitud. don Juan Carlos no va a ser menos. Los encuentros entre el Príncipe y Torcuato tienen lugar en la Casita de Arriba, un palacete rehabilitado por orden de Franco por si necesitaba re- fugiarse durante la Segunda Guerra Mundial. Se construyó a 50 kilómetros de Madrid, cerca de El Escorial. Pero no es en absoluto un búnker. Don Juan Carlos vive en una casa acogedora, con

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