ABC MADRID 28-01-2015 página 7

ABC MIÉRCOLES, 28 DE ENERO DE 2015 abc. es ENFOQUE 5 Jordi Pujol y su esposa, Marta Ferrusola, a su llegada al juzgado, donde fueron abucheados EFE Juzgado de Familia En el nombre del padre JAIME GONZÁLEZ Florenci Pujol i Brugat, padre de Jordi Pujol i Soley, empezó de botones en la Banca Marsans. Con el tiempo, adquirió fama de avispado bolsista le apodaban el Pujolet de la Borsa lo que le permitió adquirir una sólida posición económica en aquellos años cuarenta en los que la posguerra obligaba a azuzar el ingenio. Con su amigo David Moisés Tennebaum, un judío polaco más listo que los ratones colorados, puso una oficina de cambio de moneda en el puerto de Barcelona y se hizo rico con el contrabando de divisas, noble oficio al que se dedicaban la mayoría de los industriales algodoneros de la época. Luego, en 1959, compró por doce millones de pesetas la Banca Dorca, de Olot, embrión de lo que poco después sería Banca Catalana. Cuando Florenci murió, en 1980, Jordi Pujol a la sazón presidente de la Generalitat hizo valer su condición de hereu y metió el dinero de su difunto padre en una cuenta de Andorra de la que no dijo nada a su hermana María ni a la Agencia Tributaria durante 34 años. En julio pasado se presentó en casa de María molt ensorrat muy hundido y solo acertó a decir perdó, perdó Jordi Pujol y su esposa, Marta Ferrusola, comparecieron ayer ante la juez como imputados de los delitos contra la Hacienda Pública y blanqueo de capitales; Marta se negó a declarar y Jordi no aportó documentación alguna sobre la supuesta herencia porque su padre hizo fortuna de forma ilegal, aunque no proviene de la corrupción ni del erario público En resumidas cuentas: que se desentendió de la cuenta de Andorra y no la regularizó por miedo a que pudiera dañar su imagen pública A la puerta del juzgado, un grupo de personas abucheó al matrimonio Pujol con expresiones del tipo ladrón o chorizo Si hubieran tenido oportunidad de escuchar la versión que el expresidente de la Generalitat relató a la magistrada, no le habrían llamado solo ladrón o chorizo sino que se habrían acordado para mal de su padre, Florenci Pujol i Brugat, el Pujolet de la Borsa apodo que además de la cuenta de Andorra heredó también su hijo. Aquel era contrabandista de divisas; este ha ampliado el negocio. Los contrabandistas de ahora ya no son como los de los años cuarenta. Ahora son capaces de vender hasta a su hermana y su padre.