ABC MADRID 14-12-2014 página 5

ABC DOMINGO, 14 DE DICIEMBRE DE 2014 abc. es ENFOQUE 5 La mayoría de presidentes autonómicos del PP asistió ayer en La Granja a un acto en el que Mariano Rajoy ensalzó el valor de nuestra Constitución EFE La Constitución no es un juguete El último sensato JAIME GONZÁLEZ Que los nacionalismos, los populismos de izquierda radical y el socialismo coincidan por diferentes motivos en reformar la Constitución debería ser razón más que suficiente para seguir el consejo de Ignacio de Loyola en sus Ejercicios Espirituales: en tiempos de tribulación no hacer mudanza. Por fortuna, los ponentes de la Carta Magna tuvieron el acierto de ponerle un complicado cerrojo para evitar que pudiera ser abierta fácilmente. Tanto el independentismo como los populismos de izquierda radical (Podemos, sin ir más lejos) pretenden una revisión constitucional que va de lo total a lo parcial, pero afectando, en todo caso, a cuestiones nucleares y aspectos especialmente sensibles de la Carta Magna: el Título Preliminar (principios y valores básicos del ordenamiento constitucional, relativos a la soberanía nacional) el Capítulo Segundo, Sección Primera, del Título I (derechos y libertades públicas) o el Título II, que regula la Institución de la Corona. Dada la delicada naturaleza de estos preceptos constitucionales, no vale cualquier llave para abrir el candado, sino una especial. Según el artículo 168 de la propia Constitución, su reforma requiere de la mayoría de dos tercios del Congreso y Senado, la disolución de las Cámaras, la convocatoria de elecciones, la ratificación en las nuevas Cortes Generales por una mayoría de dos tercios y la posterior aprobación en referéndum. Obsérvese que supone la intervención de dos legislaturas y dos consultas al electorado, lo que da buena prueba de que no estamos hablando de una mera modificación, sino de un implosión constitucional en toda regla. Por eso, y aunque el procedimiento sea más sencillo, la propuesta del PSOE de cambiar el Título VIII para satisfacer las demandas del nacionalismo catalán es una temeridad amén de un brindis al sol porque el secesionismo por definición lo que pretende no es modificar el modelo territorial, sino independizarse de España. Mariano Rajoy tiene razón: la Constitución no es un juguete ni admite bromas ni frivolidades Hay que valorar que el presidente del Gobierno no haya perdido el sentido común y exhiba el prudente patriotismo de un hombre de Estado. Condición que frente a las demandas de nacionalistas, populistas de izquierda radical y socialistas lo convierte en una especie única, en una rara avis Cuando la moderación y la responsabilidad están en peligro de extinción valen su peso en oro. A los enfadados con el Gobierno entre los que me encuentro un consejo: busquen, comparen y, si encuentran algo mejor, cómprenlo. ESPAÑA