ABC MADRID 13-12-2014 página 7

ABC SÁBADO, 13 DE DICIEMBRE DE 2014 abc. es ENFOQUE 7 Funeral en Bruselas Fabiola y el horizonte de Europa JOSÉ LUIS RESTÁN Míreme, yo que fui la Reina y ahora no soy más que un pellejo, un viejo pellejo. Pero ese pellejo hizo su trabajo, y ahora se va a reunir con su amor La frase no está sacada de una película romántica, es una confidencia de la Reina Fabiola a su confesor, el abad Benoit Lobet, poco antes de morir. La Reina española de los Belgas ha emprendido ya su ansiado viaje. Había expresado su deseo de una despedida discreta, pero quizás eso fuera imposible, dado que el amor de su pueblo necesitaba expresarse, y esa imagen era necesaria para un país en permanente crisis de identidad. Dice el abad Lobet que esta ha sido la última mortificación que no se le ha ahorrado a Fabiola, aunque pienso que no habrá sido la mayor. Durante otro funeral, el de su esposo Balduino, la Reina había desafiado todas las convenciones vistiendo de blanco, como signo de su certeza en la resurrección. Era una convicción que habían compartido como cimiento de su amor inquebrantable, tan extraño a nuestra cultura de talk- shows, series y papel couche. Tan extraño como aquel gesto insólito de un Rey que decidió abdicar temporalmente para no firmar la ley del aborto, levantando así acta de una llaga que no ha hecho sino agrandarse en estos años. Bélgica es una nación que afronta hoy importantes desafíos de convivencia entre sus comunidades, que vive el riesgo de la ruptura y del extravío por la pérdida de sus raíces. Esto último puede decirse de todo el entorno europeo, como advirtió el Papa Francisco recientemente en el Parlamento de Estrasburgo. La vida de los Reyes Balduino y Fabiola nos habla de una Europa de inmensos horizontes y raíces profundas. Y aunque muchos ya no la entiendan, seguirá siendo una luz en esta incierta travesía. GENTESTILO A la izquierda, los Reyes de los Belgas acompañan el féretro de la Reina Fabiola EFE REUTERS Sobre estas líneas, Don Juan Carlos y Doña Sofía, ayer en la catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas