ABC MADRID 19-11-2014 página 64

64 AGENDA Necrológicas José Antonio de Urbina (1926- 2014) MIÉRCOLES, 19 DE NOVIEMBRE DE 2014 abc. es ABC Un embajador todo terreno El protocolo del Estado era cuestión más compleja de lo que pudiera parecer S e nos acaba de ir José Antonio de Urbina. Deja tras sí, junto con el vacío que causa su ausencia, todo un reguero de recuerdos, añoranzas y gratitudes, las que sembró con su conducta personal y profesional intachable a lo largo de su vida. Conocí a José Antonio de Urbina cuando, muy joven aún yo, era él ya un avezado diplomático que trabajaba incansablemente en la oficina de Información Diplomática, la O.I. D. Me dio la impresión de que el difícil mundo de los corresponsales de Prensa en Madrid no era necesariamente el de su primer biotipo vital. Pronto me di cuenta de que su talento estribaba precisamente en su capacidad de adaptación a cualquier medio, poniendo siempre para ello una ilimitada capacidad de trabajo y entrega. Retornado que fui al Ministerio de Estado en circunstancias bien distintas, me volví a encontrar con su profesionalidad y bonhomía cuando ocupaba el puesto de segundo introductor de embajadores. Las circunstancias me permitieron propiciar su nombramiento como jefe de protocolo y primer introductor de embajadores. En esa función, que entonces era realmente la de responsable de todo el protocolo del Estado en ARCHIVO ABC José Antonio de Urbina y de la Quintana nació el 6 de enero de 1926 en Madrid, donde ha fallecido el 3 de noviembre de 2014. Fue jefe de protocolo y primer introductor de embajadores en el Ministerio de José Pedro Pérez- Llorca y hasta 1991. Fue uno de los grandes especialistas españoles en esa materia. la Monarquía renovada a la que tan ejemplarmente sirvió siempre con lealtad e inteligencia, pude ser de nuevo testigo de su pericia, de su destreza y olfato, y de su absoluta dedicación al trabajo. José Antonio era capaz de resolver con sencillez arduos problemas y delicadas situaciones. Su instinto y experiencia no fallaron nunca incluso en las más peliagudas oportunidades, tanto en latitudes hiperbóreas como en junglas ecuatoriales. Sí, era un diplomático todo terreno. El protocolo del Estado, en aquella etapa fundacional de la Monarquía parlamentaria, era cuestión mucho más compleja de lo que pudiera parecer, y allí donde hubiera un problema, de cualquier naturaleza, incluso político, sabía que podía contar con su buen consejo y su mejor hacer. Al protocolo hubo que recurrir para resolver más de una cuestión de naturaleza política y se podía confiar en José Antonio de Urbina, con la seguridad de que las cosas irían a la perfección. Tan ello es así, que cuando en una muy singular oportunidad el gobierno le pidió que hubiera un poco de barullo en un acto, consiguió levantar la polvareda exactamente precisa para que, como D. Quijote y Sancho, perdiéramos a Don Beltrame, que era lo que se pretendía, sin que nadie se pudiera explicar cómo se consiguió, ni se sepa nunca de qué se trató, como debe ser. O sea que hasta en eso fue cumplidor, porque cumplía siempre. Todo lo hacía con naturalidad aplicando de manera innata esa virtud que Baltasar de Castiglione llama la sprezzatura, esa manera de hacer, en la que ejecutar lo más arduo o difícil se hace como dando la impresión de que es fácil y como si lo complicado fuera sencillo. José Antonio cumplía sus funciones así, haciendo hasta lo más intrincado como quien no quiere la cosa. No se quería dar importancia, ni exagerar el valor de su trabajo. Ello me pareció siempre un exponente de su extraordinaria elegancia espiritual. Más tarde coincidimos en interesantísimas expediciones con los amigos del Museo del Prado. Allí conocí más a la persona, al excelente compañero de viaje, al comensal lleno de sentido del humor, al conversador culto, interesado por el arte y sapiente de muchas cosas, siempre sin exhibirlo. De nuevo la elegante sprezzatura. Rey servido y Patria honrada, José Antonio nos ha dejado. Su ausencia nos llena de recuerdos y de evocaciones de sus labores y esperanzas. Brillante egresado de Deusto, avezado embajador, excelente autor de espléndidos libros de protocolo, hombre de profunda religiosidad sin alharacas y mejor amigo deja un vacío que sólo llena el consuelo de su memoria. Vayan en estas líneas también mi homenaje a la impecable labor que junto a él, en todo momento ha tenido la siempre elegante, oportuna y discreta presencia de esa gran dama que es su esposa doña Carmen de Arróspide, y mi recuerdo para sus siete hijos a los que, con el buen ejemplo supo también impregnar de su afición por el arte. Descanse en Paz. JOSÉ PEDRO PÉREZ- LLORCA Pablo Llorens (1923- 2014) Motor del tenis moderno Presidió la Federación Española durante quince años erribó muros físicos y mentales para llevar el tenis español a cotas de elite. Un nivel del que germinaron Manuel Orantes o Andrés Jimeno, y del que beben ahora Nadal, Ferrer o Bautista. Ingeniero químico de formación, Pablo Llorens decidió sacrificar su negocio de importación para dirigir la Federación Española de Tenis desde 1970 hasta 1984. Durante esos años le dio tiempo a soñar metas inimaginables y trabajar para alcanzarlas. Se empeñó en traer para España la Copa de Maestros y no paró hasta hacerlo real en 1972. Aunque tuviera que romper las paredes del club Tenis Barcelona para llevar un foco al Palau Blaugrana, porque los ocho mejores tenistas del mundo se merecían el mejor escenario. Aunque tuviera que negociar con la BBC una retransmisión, en color, que todavía no se hacían en España. Fue un éxito. Fiel lector de ABC, su dedicación por el deporte de la raqueta fue bien apreciada por la Federación Internacional, que le nombró vicepresidente honorario. Incluso el selecto All D Pablo Llorens Reñaga nació el 10 de enero de 1923 en Barcelona, donde ha muerto el 18 de noviembre de 2014. Presidió la Federación Española de Tenis de 1970 a 1984, y fue el primer español en ocupar un cargo en el comité ejecutivo de la Federación Internacional, en 1973. Luchó por incluir el tenis en el programa olímpico y llevó la Copa de Maestros a España en 1972. England Club de Wimbledon le abrió sus puertas como socio de honor, convirtiéndose en el único directivo español con semejante título. El tenis de hoy se eleva desde sus sueños. LAURA MARTA