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ABC MADRID 02-11-2014 página 69
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ABC MADRID 02-11-2014 página 69

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC DOMINGO, 2 DE NOVIEMBRE DE 2014 abc. es cultura CULTURA 69 Enrique Krauze, en un hotel de Madrid en vísperas de recibir el premio FAES de la Libertad yo seré siempre de la vieja guardia, sí tengo este aparato, qué le voy a decir... ¿Pero le acompañan más los libros? -Me acompañan más los libros, los libros y el papel. Por eso tengo la revista Letras Libres por eso sigo escribiendo libros, y sigo creyendo en la perdurabilidad de los libros y esos son los que me acompañan. Trato de ser muy activo en mi modo de acceder a la red. Allí leo ciertas revistas, ciertos periódicos, ciertos blogs que me interesan, ciertas personas que me interesan, pero en general no me coloco en la posición pasiva de esperar a ver qué pesco o a ver si sale del cielo o de las nubes una información. Siempre voy buscando un conocimiento que tenga una aplicación para un ensayo, para un libro, para un artículo... -Con Letras Libres supongo que pretende influir en la sociedad. ¿Qué ÓSCAR DEL POZO pretende conseguir con la revista, o qué se puede hacer desde una revista todavía hoy? -Supongo que muy poco. No soy un iluso. Todos los que trabajamos en revistas o en libros o en periódicos estamos preocupados por el crepúsculo de nuestra industria y sentimos que día tras día se nos va el papel, hasta que tal vez un día desparezca, aunque espero que no. Pero yo creo en el peso DE OCTAVIO PAZ A ORTEGA Y GASSET PASANDO POR ISAIAH BERLIN Los liberales debemos ser más críticos con la desigualdad ¿Desde dónde piensa usted? ¿Quiénes han sido sus maestros del pensar, aparte de Octavio Paz? -En México, Daniel Cosío Villegas, historiador y editor de revistas, y sobre todo un pensador liberal. Fuera de México he sido siempre un lector de tradición anglosajona, de Orwell, de Bertrand Russell, muy cercano a Isaiah Berlin, a quien conocí y traté y de quien he escrito, y de la tradición literaria y ensayística inglesa. De joven siempre me han acompañado los pequeños, valiosísimos volúmenes amarillos de El arquero, de Ortega y Gasset. Los leo y releo. ¿Cuánto se ha equivocado a la hora de juzgar y de juzgarse a sí mismo? -No llevo cuentas, supongo que varias veces. No me tortura esa pregunta. Creo que no nos equivocamos Octavio Paz y la revista Vuelta cuan- do pensamos que había que defender la libertad y la democracia en América Latina. Ese ha sido nuestro empeño principal. Creo que no me equivoqué en criticar a Cuba y a Hugo Chávez. Digamos que en términos generales debimos haber sido, debemos ser, más críticos los liberales con el libre mercado, más sensibles a la injusticia, la pobreza y la desigualdad, menos fetichistas del libre mercado. Yo diría que esos han sido los aspectos que creo que nos han faltado, pero sin renunciar a la idea de la libertad democrática, porque no se ha inventado otra forma mejor. específico de las ideas, de la crítica, de los buenos textos, de la buena literatura. Yo me formé en esa tradición, que es la de Octavio Paz, que a su vez se formó en la tradición de Ortega y Gasset y su Revista de Occidente y es una larga tradición en habla hispana, y en habla inglesa y francesa, por supuesto, pero sobre todo en nuestra habla castellana, que tiene sus lectores en papel, en América Latina, en México y en España. Pero lo que más me ha sorprendido, más bien me ha dejado perplejo, son los cientos de miles de lectores en internet... ¿Ha potenciado su eco? -Pero a un grado increíble. Cuando nació la revista mi hijo mayor, León, me persuadió de que naciera como sitio, y a mí me pareció una excentricidad, una locura. Ahora lo excéntrico más bien es tenerla de papel. El sitio es muy visitado. Hay cerca de medio millón de usuarios únicos, se quedan tiempo leyendo, la respuesta en Twitter y en Facebook y la respuesta a artículos que escriben las decenas y cientos de colaboradores es impresionante, y se ha creado y se crea una comunidad con lectores en Venezuela y en Argentina, pero también en Nueva Zelanda y en Suecia, y creo que ocupamos un nicho que está expresado en el nombre doble de la revista, las letras y la libertad. Por eso tengo la confianza de poder seguir adelante. Además es una empresa muy pequeña, de muy pocas personas. Cuidamos los costos mucho, y contamos con patrocinios privados, en España, en México, incluso un sector de patrocinio público, porque en México hay una tradición de esto. Pero también suscriptores y lectores, y estamos con nuestras aplicaciones de iPad para tratar de ir ganando a las nuevas generaciones. -Del mismo modo que Marcel Duchamp rompió la jerarquía de la belleza, internet parece como si hubiera desmantelado la jerarquía de lo importante, y por supuesto de la crítica. La figura del crítico que distinguía lo valioso de lo irrelevante ha saltado por los aires. ¿Se puede recuperar esto a través de revistas como Letras Libres o es una batalla casi perdida? -No debemos ni celebrarlo ni lamentarlo porque es un hecho. Pero yo sigo creyendo en la fuerza que tiene un texto, yo creo que la calidad del contenido se abre paso... ¿Llega a su destinatario? -Llega al destinatario. Ya sea en la televisión, en radio, etcétera. Volvemos a la pregunta inicial: una serie de televisión, de historia, novelada, y unos mexicanos que la ven y que descubren en ella una calidad y lo hacen resaltar. Yo creo que es lo mismo con un texto y que si un torrente de lectores piensa que una novela o que una creación es muy buena, pero hay alguien que vaya contracorriente, y explica razonablemente por qué no tiene buenas posibilidades de persuadir. No hemos renunciado a la razón, todavía. El siglo XXI todavía no ha renunciado a la razón.

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