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ABC MADRID 18-10-2014 página 71
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ABC MADRID 18-10-2014 página 71

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC SÁBADO, 18 DE OCTUBRE DE 2014 abc. es estilo GENTESTILO 71 El estilista de la esposa de Mariano Rajoy almorzó con Hubert de Givenchy La cita: un almuerzo privado en el Museo del Traje de Madrid. El día: el pasado martes. Los invitados: las directoras y editoras de las principales revistas de moda españolas. El homenajeado: Hubert de Givenchy, el último gran diseñador francés, que el 22 de octubre inaugura su retrospectiva en el Thyssen. El invitado sorpresa: Jaime de los Santos, el guapo chico para todo de la esposa de Mariano Rajoy. ¿Lo recuerda? De los Santos fue uno de los nombres más buscados en internet el año pasado tras publicarse imágenes de Eliva Fernández y de él haciendo compras por la capital. Tras el boom mediático nos olivdamos de él, pero ha decidido volver a la escena pública, y de la mano del gran Givenchy. A este espía le han contado que el joven y apuesto consejero técnico del Gabinete de Presidencia (y personal shopper de Viri) no estaba allí en calidad de periodista, sino como amigo del también guapo Eloy Martínez de la Pera, comisario de la próxima exposición de Givenchy. De los Santos con Givenchy (izq. y con Viri Fernández DE SAN BERNARDO MALAS MANERAS Los famosos EMILIA LANDALUCE Arriba, Isabel Pantoja, Julián Múñoz y Maite Zaldívar. A la izquierda, el Dioni Mayte Zaldívar da a los amigos un cocido de despedida antes de ingresar en prisión. Su perdición fueron las bolsas de basura llenas de dinero de las que se chivó, incluso condenándose a sí misma, para vengarse de la infidelidad de Julián, el de los pantalones sobaqueros. No sé si Pantoja puede terminar en la misma prisión que Zaldívar, pero veo ahí la posibilidad de unas guerras a lo Orange Is The New Black por las que los programas del corazón van a suplicar que alguien instale una webcam. Zaldívar parece más entera. Pantoja sufre tal angustia que dicen sus cercanos que ya le ha dado hasta una alopecia. Eso es un problema, porque se atascan los desagües. Al menos su hija, que supera el trance con enamoramientos terapéuticos, exhibe su felicidad en la playa de Sanlúcar junto a un noviete del que me ha extrañado que ninguno de sus besos llega a hacer contacto con la boca de Chabelita. Deja siempre una distancia, como un remilgo, no sé por qué. El ex Isla, además de proseguir la demolición de los Pantoja, anuncia que una cierta Gloria Camila está buena y que se quiere acostar con ella. Eso es como que se te ponga detrás la aleta de un tiburón, pues hasta JorgeJa confiesa que Isla coquetea con él en las entrevistas con caídas de párpados y técnicas de barra golfa en la madrugada. En Pronto un sabio Dioni dice que su error fue no haber robado el furgón hoy, cuando la gente está harta de corrupción. Tiene razón. Hoy, por robar un banco, lo ficharían en Podemos. Un amigo argentino me retó el martes a escribir sobre famoso una palabra mediocre que, es ¡verdad! suena a fimosis. No puedo salir a la calle, es que soy muy fimosis podría ser una declaración propia de alguna de estas blogueras de postín si tuvieran lo que hay que tener en lugar de un móvil para colocar fotos en Instagram. Dicen que Luis XVI, el desdichado rey Capeto, no pudo consumar su matrimonio por fimoticón. La nonchalance n est sûrement de mon coté La pereza no es por mi parte escribía Maria Antonieta a su madre para explicarle que el soberano no le tocaba ni uno solo de sus delicados cabellos. ¿No tienen pan? Que coman porras hubiera dicho la reina del déficit si los parisinos tuviesen churros. Después, dicen, Luis XVI se operó y procrearon varios delfines que la mezquindad de la Revolución hizo terriblemente desdichados, pero la noche de bodas, y eso parece irrefutable, durmieron en cuartos separados. Imaginen la declaración de la reina decapitada: Mi marido era fimoso En nuestros días, lo podríamos adaptar a un no es fácil estar casada con un famoso La fealdad fonética resulta para mí suficiente motivo para desterrar un palabro, pero en el caso de famoso, ¡los famosos! existe otro argumento de peso al que recurrir. El famoso se ha convertido en una especie en sí. Nada parece fun- cionar sin un rostro conocido, sin ¡el famoso famosa! de turno. El hábitat del bicho no es otro que el photocall, ese escenario superficial del cutrerío por el que pasean los listos que viven del cuento que contamos los demás. Hablar de famosos no es, sin embargo, lo más terrible. El periodismo ha inventado una nueva y detestable acuñación: de los famosos el arquitecto de los famosos, el hotel favorito de los famosos un criterio que parece ser más importante que la calidad, el ingenio o el talento. Los famosos, los famosos, la fimosis suena a verso de Alberti. En estos días grises, la fama no deja de ser una construcción de los medios, una ficción de ese imaginario popular que la humanidad ha ido creando desde el inicio de la Historia en las tablillas de Súmer. Famosos siempre ha habido y seguramente siempre los habrá. Sin embargo, antes era otra cosa. Scilla era la prostituta más famosa de Roma y ahí está bien dicho Mesalina, la mujer del emperador Claudio, la desafió a una singular carrera de fornicio. Dicen que la noble dama derrotó a la insigne meretriz, lo que nos hace pensar que bien podría haber residido en el Elíseo con Hollande. Y qué quieren que les diga. Es mejor ser la puta más célebre que famosa. Famoso Que tiene fama y renombre Celebrity Celeb es peor aún. Mejor, utilice: Personaje conocido Gente conocida, popular.

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