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ABC MADRID 24-08-2014 página 10
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ABC MADRID 24-08-2014 página 10

  • EdiciónABC, MADRID
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10 OPINIÓN VIDAS EJEMPLARES PUEBLA DOMINGO, 24 DE AGOSTO DE 2014 abc. es opinion ABC LUIS VENTOSO PUJOL Y TÚ Hacienda no falla con los que tenemos nómina U NA regla, sabia, aconseja a los periodistas huir del gran yo en los artículos, salvo en casos de necesidad o si el autor es un genio. Nada más petulante que cuando los gacetilleros de clase media nos lanzamos a glosar nuestras aficiones, antepasados y biorritmos. Pero a veces encuentras la materia en tu entorno y toca una excepción. Tras mucho darle al periodismo, oficio de fortuna oscilante y mal envejecer, y por aportación estelar de ella, logramos comprarnos un piso en mi ciudad natal e ir surfeando la hipoteca. Pero como tantas personas de lo que en Madrid llaman de provincias (y que tanto nos desagrada a los de provincias) tuve la fortuna de poder irme a trabajar a la capital, el lugar más pujante y abierto de España, pues es de todos y todos somos bienvenidos. Madrid tiene algo único: los extraordinarios madrileños, amables, coñones y resolutivos. Aún así, Galicia tira, y el mar, más. Viviendo en Madrid, conservamos nuestro piso costero y solíamos ir cada mes y medio. Todo normal. Pero esta semana nos ha escrito Hacienda, que venía remoloneando con la devolución. No eran sin embargo noticias felices, al revés. En un escrito de requerimiento, el Fisco nos comunicaba que existe información en poder de la Administración que prueba que han alquilado su piso y no lo están declarando. Por todo ello, nos conminan a aportar pruebas de que la vivienda no ha sido arrendada. En el piso no hay inquilino alguno, a no ser que tengamos un okupa pirata apalancado en el trastero, que no parece. Pero incumpliendo el principio de presunción de inocencia, pilar de la Justicia, a Hacienda le patina un ordenador y eres tú el que ha de probar que no has cometido la falta de que te acusan. En el requerimiento venía un teléfono. Llamamos. Una mujer de voz joven nos atendió con extrema amabilidad. Un poco sulfurados con la situación, le soltamos el gran tópico: Es increíble como se aplican ustedes con los asalariados y como se les estaquean los Pujoles y similares La de Hacienda, que debía ser de prácticas, se vino arriba: Tiene razón, pero es que esos casos, ya saben, las altas esferas... Nuestra siguiente parada fue una oficina física de Hacienda. Nos dieron un número y aparecimos ante una funcionaria senior, de rostro serio y leve deje de hastío. La senior tenía buenas noticias: Este escrito no tiene problema. Rellenen este impreso, pongan que no han alquilado el piso y ya está De nuevo tendimos el anzuelo populista: Pero el susto nos lo han dado. Supongo que con los Pujoles andarían igual de diligentes todos estos años... La funcionaria senior nos fulminó con la mirada, y acto seguido salvó el honor de la Agencia: Estamos hartos de que nos digan esas cosas, y no son ciertas. Aquí no se hace la vista gorda con nadie. Todos los días nos vienen con lo mismo: Bárcenas, Urdangarín y Pujol... Pues no. Para nada Casi nos convence. Pero al salir a la calle compartimos unas risas cómplices: detectan un falso alquiler inventado por ellos y no tienen ni un indicio de un océano de comisiones en negro que se prolongó durante décadas. O son muy torpes, o son muy listos. PROVERBIOS MORALES JON JUARISTI FLUVIALIA El destino de los ríos es dar en la mar, que es el morir, pero los más afortunados desembocan en libros NCUENTRO en una pequeña librería de Korcula el último libro de Jean- Paul Kauffmann, Remonter la Marne (Fayard, 2013) relación de un viaje a pie por la orilla de dicho río, desde su confluencia con el Sena hasta su fuente, y me siento a hojearlo en un café a la vera del mar, el Maximiljan Garden, junto a la pequeña galería que alberga la colección privada del pintor Maksimiljan Vanka (18891963) un muralista croata hijo natural de un noble austriaco que destacó en la Nueva York de los años treinta, donde lo compararon con Diego Rivera. La colección, por cierto, es muy interesante, aunque no hay modo de enterarse del nombre de los artistas. Me gusta, en particular, un óleo de modesto tamaño que representa una verbena de la posguerra en un parque, probablemente de Zagreb o Belgrado. Hay un vendedor de helados tocado con un fez rojo y partisanos conversando con chicas entre los tiovivos. Me acuerdo de Tintín y de Syldavia. Kauffmann evoca el olor del río, o mejor, sus olores, en un párrafo magistral: Tras el calor de las semanas precedentes, la tormenta libera los olores que el verano aprisionó. Las gotas estallan en la superficie del agua. Una ligera neblina se eleva desde el valle. El aire huele a la vez a césped mullido, hierba segada, arcilla hú- E meda, hojas herrumbrosas. Perfume de fin de estío, más que de comienzos de otoño. Se siente todavía la aridez, la sequía, el calor vegetal. El Marne emite aún relentes cenagosos. Incluso los pilares del viaducto exhalan un olor que la lluvia ha revelado, una nota mineral y cálida que evoca el asfalto derretido Cierro los ojos para recobrar un olor fluvial parecido, guardado en la memoria, y no lo consigo. El aroma del mar lo invade todo, pero atisbo imágenes rotas de los humildes ríos de mis veranos infantiles: Ega, Arreba, Gobelas, Alhama (la maleza ha invadido el cauce de uno de ellos hasta hacerlo desaparecer; a otro lo han soterrado) El destino de todo río es otro río o el mar, que es el morir, pero los más afortunados desembocan en un libro, como el Mississippi de Mark Twain, el Támesis de Jerome K. Jerome o incluso el apacible Don de Sholojov. El Marne de Kauffmann pertenece a otro linaje de ríos librescos, cuyos miembros más ilustres son el Rin de Victor Hugo (y quizás el de Fébvre) y el Danubio de Magris. En ellos, los ríos no sólo son escenarios del relato sino sus principales personajes. Yo me quedo con un arroyo anónimo, el protagonista de la Histoire d un ruisseau (1869) del geógrafo anarquista Élisée Reclus, que lo escribió para las vacaciones de los escolares sometidos por los profesores a una misma disciplina y mediocridad que buscaba arrebatar a su pensamiento la originalidad y la fuerza. El libertario Reclus estaba muy en contra de la educación igualitaria y niveladora: Que el colegial salido de la prisión, escéptico e indiferente escribió- aprenda a seguir el curso de los arroyos, que contemple los remolinos, que aparte las hojas y levante las piedras para ver salir el agua de los hontanares, y pronto volverá a ser sencillo de corazón, jovial y cándido Reclus, que vivió la mayor parte de su vida en Orthez, capital del Bearne, definió a los vascos como un pueblo que se va a lo que Unamuno replicó que sí, que se va, pero como el pequeño arroyo que va a fundirse en las aguas del anchuroso río hacia el mar de los pueblos.

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