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ABC MADRID 30-07-2014 página 13
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ABC MADRID 30-07-2014 página 13

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MIÉRCOLES, 30 DE JULIO DE 2014 abc. es opinion OPINIÓN 13 EL RECUADRO UNA RAYA EN EL AGUA ANTONIO BURGOS EL ENCAMISADO La camisa blanca de Sánchez es el símbolo de que en el PSOE han dejado de mandar los camisas viejas ESDE su velador de aquel Café Gijón que ha evocado Javier Villán en su libro, el atildado Gerardo Diego, que parecía que siempre acababa de salir de la ducha, nos pregonó un día su versión civil de Con flores a María no sé si sería por mayo, cuando las grandes calores: Venid a oír de rosas y azucenas la alborotada esbelta risa. Venid a ver las rosas sin cadenas, las azucenas en camisa Sin poner un pie en el Gijón, yo me atrevería a escribir el popurrí gaditano de esos versos, contemplando a Pedro Sánchez, el nuevo baranda del PSOE: Venid a ver la rosa que da pena, que no la cuida tanto Prisa. Venid a ver a un tío que se estrena; a Sánchez en camisa ¿Por qué Sánchez, el nuevo baranda del PSOE, el que ha sustituido a Pérez cuando se fue de Juannaja tras perder las europeas, va siempre en mangas de camisa, con su camisa blanca como de mormón, excepto cuando acude a visitar a Rajoy en La Moncloa para engañarlo a domicilio como allí se hartó Zapatero de engañar a Rajoy como visitante y no como equipo local? ¿Camisa de once varas? Me parece que tengo la clave de la camisa blanca de Sánchez. No, no es que sea un forofo de Ana Belén, que es de la cuerda de la ceja: España, camisa blanca de mi esperanza, aquí me tienes, nadie me manda No debe de ser por eso, porque en tal caso el final de esa canción nos daría el retrato cruel de Sánchez: Peregrino a ningún lugar A ningún lugar que no sea Ferraz, protectorado de Susana Díaz. No, no es por la camisa blanca de Ana Belén. Ni por la negación de la camisa negra de Juanes: Tengo la cami- D sa negra porque negra tengo el alma (Canción que, por cierto, trae de serie y de fábrica incluido su popurrí carnavalesco: Tengo la camisa negra, mi mujer es una guarra y hace ya catorce meses que la cerda no la lava... La camisa blanca, impoluta, de anuncio de detergente, de Sánchez es el símbolo de que en el PSOE han dejado de mandar los camisas viejas. Porque aunque va en mangas de camisa es todo lo contrario de aquellos descamisados en cuyo nombre hacía demagogia Alfonso Guerra cuando vicegobernaba. Este Pedro Sánchez es todo lo contrario a un descamisado: es un encamisado. Como la nariz de Quevedo: érase un hombre en una camisa enfundado. Camisa sin corbata. Blanco nuclear. Ni arremangada totalmente ni con el puño abrochado: dos dobleces elegantes en la manga, y listo. Con lo cual no podemos colocar a Sánchez en ninguno de los dos grandes grupos de azucenas en camisa, digo, de españoles en camisa blanca de corbata y chaqueta: los españoles del taco que las usan con puño doble almidonado para pasadores tela de buenos, cuanto menos de plata; y los españoles tiesos que llevarlas solemos de puño sencillo y con botón chuchiperri, que ni puedes orgullosamente enseñar los puños por las bocamangas ni nada, porque son camisas de las rebajas. Aquellos socialistas antiguos que tanto en Filesa dieron que hablar presumían de descamisados, pero no era la camisa su prenda de uniforme: era el traje de pana. A lo mejor este Sánchez es también de los últimos de Filipinas del rayadillo de algodón de la pana, pero no se lo pone porque con estas calores le iba a dar algo al hombre, y por eso va no descamisado, sino encamisado. Tú le abotonas el cuello a Sánchez, le pones una chaqueta y una corbata roja y es un ejecutivo del Santander. Con traje tiene planta de jefe de ídem del Cortinglés, como Suárez. Tal parecía cuando fue a engañar a Rajoy a domicilio. A lo mejor se pone la camisa blanca porque es camisa vieja de sí mismo, vieja guardia de la renovación. Porque no quiero ni pensar que todo sea modelo Isabel la Católica y toma de Granada, que el gachó haya hecho promesa de no cambiarse de camisa hasta que conquiste La Moncloa, ¡menudo olor a zorruno! Como no soy tertuliano (ni Dios lo permita) desconozco si con el encamisado les llega la camisa al cuerpo o no a los del PP. IGNACIO CAMACHO TERREMOTO EN LA ACRÓPOLIS Por su carácter simbólico, el pujolazo ha hecho trizas la tesis del expolio fiscal, la médula del desafío soberanista A avería es gorda y el destrozo grande. El pujolazo ha dañado por dentro la estructura nuclear del nacionalismo y eso no se arregla condenando al ostracismo al patriarca recién repudiado. Le han arrancado los galones como a un oficial que hubiese deshonrado a su bandera pero el anciano no es un coronel retirado ni un simple veterano de antiguas campañas: es el Padre Fundador del soberanismo moderno. El sumo sacerdote de la religión cívica catalanista, el sabio de una tribu a la que acaba de dejar desnuda y sin referencia de legitimidad histórica y moral. Pujol es, además, el autor intelectual de la teoría del expolio, del Espanya ens roba que ha constituido el argumento medular del desafío secesionista. Fue su inmensa autoridad en la sociedad catalana, a cuyo auge económico ha contribuido como nadie en los últimos treinta años con su política de mercado negro, la que dio soporte a la idea de que a Cataluña ya no le conviene seguir integrada en la nación española. Él fue quien construyó la tesis del expolio fiscal para promover la alternativa de la soberanía financiera. Y él es quien la ha reventado con la constatación demoledora de su farsa patriótica. El fraude no es sólo tributario. Es moral, político, social, anímico y simbólico. Y ha sumido al proyecto soberanista en una crisis de credibilidad irreversible. Dramática. Por supuesto que todo el establishment catalán conocía de sobra el reverso tenebroso del régimen convergente. Entre otras cosas porque sufría la extorsión de la mafia clientelar y familiar creada en torno al partido hegemónico. Pero por propia conveniencia la burguesía dominante ha venido haciendo la vista gorda y refugiándose en una conciencia victimista de agravio. La figura de Pujol había quedado preservada de sospechas por una especie de ceguera voluntaria, de respeto reverencial autoengañoso. Su confesión de parte no sólo ha rasgado el velo; lo ha reducido a cenizas aventadas en el incómodo viento de la hipocresía colectiva. Todos saben ahora que ya nada será igual. La hegemonía de CiU ha naufragado en medio de un pantano de corrupción y mentiras, el statu quo vigente se ha derrumbado y el proceso independentista queda en manos de ERC y sus correlatos de activistas radicales. Mas está desautorizado, humillado por evidencia de su torpe cobertura, convertido en un pelele ante los ojos de la opinión pública. La estrategia del reproche fiscal se ha convertido en un boomerang contra sus promotores y la élite dirigente anda sumida en un estado de ánimo ofuscado, confuso, inerme, entre la rabia, la frustración y el desconcierto. Las maniobras de refundación y limpieza tienen un alcance limitado porque todo el partido y el Gobierno al que sostiene está afectado por la quiebra de su principal liderazgo. El terremoto ha derribado la estatua de Cambó en la acrópolis sagrada del soberanismo. L JM NIETO Fe de ratas

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