Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 16-07-2014 página 59
ABC MADRID 16-07-2014 página 59
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 16-07-2014 página 59

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página59
Más información

Descripción

ABC MIÉRCOLES, 16 DE JULIO DE 2014 abc. es estilo GENTE ABCdelVERANO 59 del príncipe millonario Capri sin sol es injustificable ROSA BELMONTE Hace pocos años, muchos españoles leídos descubrieron a Gay Talese. De pronto, Frank Sinatra está resfriado era la mejor crónica. Claude Lanzmann no está considerado un clásico del periodismo, ni un referente del reportaje, ni lleva los trajes de Talese. Pero sus textos son tan buenos como los del atildado americano. Claro que no es un personaje ajeno a la cultura (sigue dirigiendo la revista Les temps modernes pero lo colosal de Shoah ese monumento de nueve horas sobre el exterminio de los judíos a manazas de los nazis, puede haber opacado lo demás. El único que no se opaca es él. En sus memorias, La liebre de la Patagonia se presenta como alguien que ha conocido a todo el mundo (o más bien como alguien a quien la gente que importa ha conocido) En La tumba del sublime nadador se recogen muchos ejemplos de periodismo alimenticio que practicó entre 1950 y 1970. Y otros artículos a propósito de Shoah (como una respuesta a Anne Sinclair, que prefería La lista de Schindler Los Retratos publicados en Elle y de los que forma parte Soraya, un invierno en Capri demuestran que da igual de lo que se escriba o de quién se escriba. Que los temas del corazón pueden dar lugar a la mejor literatura Capri sin sol es insostenible escribe Lanzmann) Hay otros retratos de Richard Burton, Tati, Belmondo o Aznavour que algunos mataríamos por haber firmado. El repudio El Sha de Persia se casó con Soraya Esfandiary en 1951. El matrimonio se separó porque ella no podía tener hijos LA TUMBA DEL SUBLIME NADADOR CLAUDE LANZMANN Confluencias, 2014. Traducción de Gabriel García Santos y J. M. Parra Ortiz nían razones para temporizar: Raimondello, príncipe de la nobleza negra (la de los antiguos estados de la Iglesia) tiene sus prebendas en San Pedro de Roma, y debía asegurarse de que el Vaticano no pondría obstáculos a su matrimonio con una musulmana. La Iglesia estaría de acuerdo si Soraya se convierte, o bien si promete educar a sus hijos en la religión católica. Y en Teherán, el Shah acaba de hacer público un comunicado declarando que Soraya puede volver a casarse con quien lo desee. Los malos tiempos, para ella, van tocando a su fin. 16.00 h. Ahí están. Hay un toque de colorete en las mejillas de Soraya. Esta vez no es su madre sino ella la que toma la cabeza y conduce al grupo a paso ligero hasta la plazuela. 18.30 h. El príncipe Orsini y su confidente Ignazio Guzmán han desembarcado en la isla en el barco de las 6. Me entero por radio macuto, pero nadie los ha visto durante la travesía, nadie los ha visto desembarcar. 19.00 h. Un joven rubio hace su entrada en el bar. Una oleada de júbilo y sublime sorpresa en la mesa imperial: ¡Es increíble! ¡No es posible! ¿Cuánto hace que está ahí? ¡Qué casualidad! Lo oigo todo. Miro a Soraya, arrebolada como una adolescente, y, por vez primera, la encuentro adorable. Bien, pero ese joven es demasiado bajo y demasiado rubio para ser Orsini. Debe de ser Guzmán. La conversación fluye intrascendente, vana y algo grotesca, parte en alemán, parte en italiano, parte en inglés. Cosas del cosmopolitismo. 20.20 h. Entra él. Todo sucede muy rápido. Él inclina su metro noventa sobre la mano de Soraya, la besa, le acercan un sillón, y ahí está sentado junto a la señora madre de ella, a la que susurra ternuras. Estoy perturbando la fiesta. Soraya quiere devorarlo con sus ojos verdes, pero no se atreve: lo mira, baja los ojos y, finalmente, pasando por alto mi presencia, lo devora. Y le habla. Ella lo adora, eso salta a la vista, y es un sentimiento tan fuerte y tan sincero que olvido todo lo malo que en estos ocho días he pensado de ella. 21.00 h. Cena en el hotel, en una mesa apartada, cerca del gran ventanal. Soraya y Raimondo se sientan juntos. 22.30 h. Los siete están en el Gatto Bianco, la boîte de moda en Capri. Música suave. Oscuridad. Todo lo inunda un guateado verde, color alquímico. Todas las barreras, todas las defensas han saltado. Por más que yo esté a tres metros, Soraya, que se ríe de lo que yo pueda contar, ha posado sus manos en el muslo izquierdo de Raimondello, que acaricia a su vez las manos de su amada. Es dulce y tierno, increíblemente fuerte y apasionado. Ignazio Guzmán, y la señora madre no existen. Soraya y Raimondo no bailan. Se aman. Día siguiente, 8 horas. Salgo de Capri. Hace un día espléndido.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.