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ABC MADRID 15-06-2014 página 31
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ABC DOMINGO, 15 DE JUNIO DE 2014 abc. es PRIMER PLANO 31 rridas: al presidente Ford bailando mejilla con mejilla con su esposa Betty. Es el único matrimonio en Washington que lo hace, nos dicen. Mientras tanto, en nuestra embajada están sobre ascuas por saber la cobertura del New York Times del discurso del Rey. Han destacado un empleado para obtener una de las primeras copias, y tiene que agenciársela sobornando a un empleado del taller, con el tiempo justo de coger el último vuelo del puente aéreo El alivio es enorme al comprobarse que la cobertura es amplia y amable. Como la del Washington Post Aunque no todos las tienen consigo: Esperemos los editoriales de mañana advierten. 3 DE JUNIO. JUEVES. Don Juan Carlos desayuna con un grupo de periodistas norteamericanos. Es off the record pero pronto sabemos lo tratado: la fuerza de los comunistas en España- menor que la de en Portugal según Areilza, que asiste al desayuno- sobre las futuras elecciones. Estoy dispuesto a aceptar un gobierno socialista si las ganan dice el Rey. Un nombre no ha surgido en toda la visita: el de Franco. ¿Por qué? quiere saber un periodista. Dejemos al pasado ser pasado contesta el Rey. ABC 15.45 HORAS. La Reina Sofía inaugura en la National Geographic Society la exposición Nuestra Señora de Atocha con restos del galeón y su fortuna. 16.00 HORAS. El Honorable Walter E. Washington, alcalde de la ciudad, hace entrega de las llaves de la misma al Rey de España. 16.30 HORAS. Sus Majestades hacen entrega la una estatua de Don Quijote al Kennedy Center. Don Quijote- -dice el Rey- -es el símbolo del hombre contra la injusticia. En ningún sitio podía estar mejor que aquí Por desgracia, nadie de la familia Kennedy está presente. 17.00 HORAS. El Rey recibe a Nelson Rockefeller, a los senadores Humphrey a Montoya, a Robert McNamara al Comité Judío- -es el primer encuentro entre un Jefe de Estado español y una delegación judía desde 1942, que le pide acelerar el reconocimiento del Estado de Israel- y a George Meany, máximo líder sindical, que expone sus ideas sin rodeos al joven Rey: nada con el comunismo, el fascismo o cualquier autoritarismo de izquierda o derecha. Democracia, sindicatos libres, eso es lo que el país necesita. Don Juan Carlos asiente sin pronunciar palabra. 20.00 HORAS. Cena en la Embajada de España, dada por Sus Majestades al presidente Ford y su esposa. El patio andaluz de la embajada pone la nota exótica, pero la pareja real sigue siendo la mayor atención. Abordo un entusiasmado senador Humphrey. Nos ha dado una lección de historia me dice mientras saluda a derecha e izquierda. ¿Y políticamente? pregunto. Me ha convencido de sus intenciones de democratizar España responde. En España hay quien piensa que va demasiado despacio insisto. En el Senado no pensamos así. Conocemos lo peligroso que es traer una democracia. Fíjese lo que ocurrió en Portugal. ¿Demasiado despacio? ¡De ninguna manera! Me quedo entre los últimos de la fila para saludar al Rey y al Presidente. Cuando doy la mano a éste, don Juan Carlos le advierte: Tenga cuidado, que es uno de nuestros periodistas Cogido por sorpresa, sólo se me ocurre decir: He escrito mucho sobre usted, Mr. Presidente sin concretar si bueno o malo. Thank you very much me llega, grave, su respuesta. Estaba aún menos preparado para oír las gracias de un presidente. La cena es buena, la atmósfera casi íntima, los brindis previsibles. Los Ford se despiden a las once y media. Los Reyes se quedan una hora más, para satisfacer la curiosidad general, hasta que llegan los editoriales del New York Times y del Washington Post La Nueva España y Un Rey para una democracia 16.30 HORAS. El Rey comienza sus audiencias privadas en la Blair Hause, la residencia oficial de los huéspedes del Presidente, frente a la Casa Blanca. Entre los visitantes, el rabino Lipschitz y el embajador de Arabia Saudí. Todo equilibrado y controlado menos la marejada que crece entre los corresponsales españoles y los enviados especiales. Para cortarla, la oficina de Prensa ha dispuesto una audiencia especial del Rey con nosotros, los corresponsales. Pero aún así, mientras le esperamos, los más indignados insisten en que tenemos que declararnos en huelga, sin que sirvan los argumentos de que, por una vez que podemos hablar directamente con el Rey, no vamos a malgastarla con nuestro problemitas. Quien lo resuelve es don Juan Carlos que surge de improviso por la puerta, seguido de doña Sofía, se detiene y, apuntándonos con el dedo dice: ¡Menuda faena os han hecho vuestros directores! Todo el mundo ríe y la conversación se encauza hacia temas más serios. Lo que el Rey quiere saber en especial es qué reacciones hemos oído a su discurso. 20.00 HORAS Cena de Gala en la Casa Blanca. Entre los invitados, actores, famosos de televisión, virtuosos como Rostropovich (en honor de doña Sofía) Tras la batalla entre los periodistas españoles, resulta que nos dejan entrar a todos con tal de que nos hayamos procurado un frac, nos quede bien o mal. La comida es regular, los brindis, previsibles. Como el baile que sigue, aunque un hombre bajo, de mediana edad, después de bailar con la Reina Sofía dice en voz alta: Ahora puedo morir Menos mal que lo ha dicho en español. Hablo con un ayudante militar del Rey. Todo el mundo cree que es impulsivo, pero en realidad es muy prudente Luego, uno de sus secretarios me explica: Es lo más opuesto a un intelectual. Le gusta, sobre todo, estar entre la gente, aprender de ella. Tú y yo podemos decir: Como Ortega dice... a don Juan Carlos le oirás: Como me dijo fulano... Esto le da dos ventajas: elimina las abstracciones y se gana la simpatía de todo el mundo La pareja real se retira y los llegados de Madrid tienen algo que vale las tres mil millas reco- 10.00 HORAS. Un día ideal, sol, cielo azul, vientecillo fresco, para visitar el cementerio de Arlington. Su Majestad el Rey de España, en uniforme de Capitán General, deposita una corona ante la Tumba del Soldado Desconocido. Durante la ceremonia, breve, solemne, un reportero americano pregunta en voz alta: ¿Qué diablos hace en Arlington el Rey de un país que no luchó a nuestro lado? Bueno- -contesta uno de los portavoces españoles- España no luchó, pero impidió que Hitler ocupara Gibraltar y salvó la vida a miles de judíos Aquello zanja la cuestión. 11.00 HORAS. En el Smithsonian Institute, Sus Majestades inauguran la exposición Colón y su tiempo con documentos del Gran Almirante, antes de una estatua de Bernardo de Gálvez en la Calle 22 y la Avenida de Virginia. Gálvez, gobernador de Louisiana, ayudó a la Unión contra los ingleses. 13.00 HORAS. En el Departamento de Estado, Kissinger ofrece un almuerzo a los huéspedes españoles. Está sonriente, relajado, chistoso incluso. El menú es europeo y los vinos, excelentes. Entre los invitados, James Michener, que ha escrito libros sobre España, y George Segal, que filmó allí alguna película. Todo es mundo está encantado, pero Kissinger arroja la única duda sobre el brillante futuro que todos pronostican a España: El Rey es el hombre. El plan, el conveniente. Pero ¿conoce el pueblo español qué es la democracia? Nadie le contesta. Audiencia con el Monarca ¡Menuda faena os han jugado vuestros directores! bromeó Don Juan Carlos ante la prensa Con la prensa extranjera En ningún momento de la visita se aludió a Franco. Dejemos al pasado ser pasado comentó el Rey

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