ABC MADRID 01-06-2014 página 96

92 DEPORTES DOMINGO, 1 DE JUNIO DE 2014 abc. es deportes ABC Sergio Rodríguez Sergio Rodríguez, jugador del Real Madrid, uno de los grandes protagonistas del mejor equipo de la temporada La Liga no puede ser un título menor Entrevista Malos momentos Sin esos pequeños baches, seguramente no valoraría las cosas como las valoro y no habría llegado hasta aquí El Mundial en España Ganar sería muy especial por repetir ocho años después, por hacerlo en casa y la final perdida en 2007 El base del Real Madrid, que hoy se mide al CAI en el segundo asalto de cuartos de la Liga Endesa, vive su mejor momento desde que viste de blanco EMILIO V. ESCUDERO MADRID Al final el que ha llegado tarde eres tú bromea señalando hacia su muñeca, sin reloj ya porque está a punto de comenzar el entrenamiento. Esos cinco minutos de retraso son un mundo para Sergio Rodríguez, que disfruta casi tanto durmiendo como en una cancha de baloncesto. A día de hoy, el Real Madrid de los récords se mueve a su ritmo y aunque ahora le van bien las cosas, no se olvida de los altibajos del pasado. ¿Le cuesta madrugar? -Tengo la suerte de que el entrenamiento siempre suele ser tarde, a las once de la mañana. Me suelo despertar a las 9, salgo a desayunar fuera y así no vengo medio dormido. ¿Sueña en la cama o fuera de ella? -En los dos sitios, pero siempre siendo realista y positivo. Me gusta soñar tanto despierto como dormido. -Le van bien las cosas, ¿le abruma tanto reconocimiento individual? -Tengo la suerte y la desgracia de haber vivido muchas etapas durante estos diez años de carrera. He tenido momentos en los que lo he pasado mal y ahora se está valorando mucho todo lo que hago. Son etapas. Sé lo que cuesta llegar hasta aquí y también sé que si no estoy centrado no va a valer de nada. ¿Recuerda los malos momentos? -Yo siempre he sido muy positivo y no considero que haya tenido malos momentos de verdad. Quizá sí algunos regulares, pero que me han ayudado a llegar donde estoy hoy. Sin esos pequeños baches, seguramente no valoraría las cosas como las valoro hoy. ¿Cuál es más dura, la mirada de McMillan en la banda o la de Messina? (Risas) Son diferentes y también considero que esas dos miradas me han ayudado a ser mejor, a entender más el baloncesto y a valorar todo de una forma más positiva. Aunque parezca que yo no disfruté durante esas dos épocas, sí que hubo momentos en los que me divertí y me lo pasé bien con ellos como entrenadores. Para mí, llegar a la NBA era un sueño. Jugar en Portland, porque allí jugué bastantes partidos, fue apasionante y disfruté. Y luego con Messina, en Madrid, igual. Hubo momentos difíciles al comienzo, pero también lo hubo muy bonitos. ¿Son etapas de obligado cumpli- miento para llegar a la cúspide? -No lo sé. Cada persona es distinta. No sé qué habría pasado si las cosas hubieran sido diferentes. A posteriori sí que me ha ayudado para ser mejor tanto dentro como fuera de la cancha. A nadie le gusta pasarlo mal, pero no me pregunto si es algo imprescindible o no. Simplemente, pasó así. ¿Perdió las ganas por la canasta? -No, para nada. Para mí jugar al baloncesto es una liberación y aunque hubiese momentos en los que no tenía las ganas o la ilusión que puedo tener ahora, siempre me ha gustado jugar al baloncesto y nunca me he planteado hacer otra cosa. ¿Cuándo se da cuenta de que las cosas empiezan a irle bien en Madrid? -Poco a poco. Las cosas no cambian de un día para otro. Yo sé que ha habido momentos complicados en Madrid. Momentos en los que no ganábamos y sabemos que aquí la exigencia es máxima. Poco a poco he ido entrenando mejor, he trabajado mucho, concentrándome y sabiendo qué es lo que tenía que hacer mejor. Igual trabajo las mismas horas que antes, pero mis entrenamientos tienen más calidad. ¿Qué queda de aquel chaval que tiraba a canasta en el patio de casa? -Queda todo. Todo. Entonces, me imaginaba jugando en el Real Madrid, con la selección española y en la NBA y ahora que tengo la oportunidad de cumplir esos sueños quiero disfrutarlos. No sé cuántos años me quedan para retirarme, pero no quiero arrepentirme de no haber aprovechado mi época como jugador al máximo.