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ABC MADRID 01-06-2014 página 19
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC DOMINGO, 1 DE JUNIO DE 2014 abc. es opinion OPINIÓN 15 EL RECUADRO UNA RAYA EN EL AGUA ANTONIO BURGOS NO PODEMOS No podemos aceptar que la forma más efectiva de ejercer la mayoría absoluta que le dieron es ponerse de perfil RAS el artículo Podemos del otro día me animan algunos lectores a que haga hoy su dual y barroco contrario, el No Podemos Pues venga de frente, ¿será por complacer a los lectores? No Podemos creer que un millón de votos desestabilicen el sistema. Mientras sean un millón de votos. Lo malo es que como poder, pueden llegar a bastante más que un millón de votos. No Podemos echar en falta en el programa electoral de Podemos la petición de dos huevos duros del camarote de los Hermanos Marx, que es el verdadero marxismo de los seguidores del Tío de la Coleta. No Podemos dejar de pensar que esto del Podemos es una copia mala del Puedo prometer y prometo que Fernando Ónega le escribió a Adolfo Suárez. (Por cierto, Fernando: ¿te pagaron derechos de autor por aquello? ¿Lo registraste en la Sociedad de Autores, vulgo SGAE? Es que eso lo llega a coger en su momento Teddy Bautista y sus inspectores de bodas y bautizos y te hace tan rico como él) No Podemos estar ni un minuto más con la creencia de que todo esto que le ha pasado le ocurre al PP porque está en manos de Arriola, que ese sí que no pierde ni un solo voto en ninguna elección y no por eso deja de cobrar la manteca de la tela marinera del telón de la función. No Podemos aceptar esto que por lo visto los que están en el Gobierno creen lo más normal del mundo: que la forma más efectiva de ejercer la mayoría absoluta que le dieron los esperanzados y confiados espa- T ñoles que los votaron es ponerse de perfil, tratar de confundirse con el paisaje, pedir perdón y no pisar callo alguno, en la falsa creencia de que así van a tener la complacencia de los que no los eligieron. ¡Antier! No Podemos ni concebir que sea el que gobierna ese partido al que le arrean tantísima leña y estopa desde los medios públicos como TVE o RNE, donde por el contrario les colocan los mejores paños al púlpito de los que ponen al PP como los mismísimos trapos o como no quieran dueñas, según se tercie. No podemos ni imaginar lo que a un Gobierno fuerte y con mayoría absoluta le hubiera durado en cualquier otro lugar del globo terráqueo la sedición separatista de una parte de la nación. No Podemos calcular el daño que ha hecho a la propia idea de nación el haber entregado claudicantemente la Enseñanza a las autonomías, fuesen leales o no lo fueren. Qué cara se ha pagado aquella alegría en las transferencias... No Podemos contabilizar las puñaladas por metro cuadrado que tiene que estar habiendo ahora mismito en el PSOE para apuntarse urgentemente en socorro de la vencedora Susana Díaz. No Podemos dejar de temblar cuando Cristóbal Montoro anuncia que va a bajar los impuestos. Hasta se cruzan apuestas sobre si subirán más o menos que la última vez que dijo que iban a bajar los impuestos. No Podemos oír nada, del ruido tan grande de las carcajadas generales, cada vez que Rajoy anuncia solemnemente que lo peor de la crisis ya ha pasado. No Podemos llevar la cuenta de los cientos de veces que ha dicho Rajoy que lo peor de la crisis ya ha pasado. No Podemos albergar la menor duda de que es mentira que el pasado domingo celebráramos en España las elecciones europeas. Eso es un embuste muy gordo que algunos se han creído. Celebrar, celebrar, lo que se dice celebrar, lo que aquí celebramos fue las primarias de las municipales, de las autonómicas y de las generales. O la segunda vuelta de las generales que le dieron a Rajoy la inédita mayoría absoluta. No Podemos comprender cómo este desastre que contemplamos quevedescamente al mirar los muros de la Patria mía haya sido consentido y propiciado por un Gobierno con mayoría absoluta, que parece que más que las generales ganó el primer premio de disfraces para pedir perdón por haberlas ganado. IGNACIO CAMACHO VERBO Y SUSTANTIVO Podemos no es flor de un día. Moviéndose bajo el radar de la política convencional han logrado desembarcar en su playa I queda alguna broma por hacer, alguna diatriba por formular, alguna sorpresa que digerir, hágase pronto. Porque conviene trascender cuanto antes la anécdota sobre la irrupción de Podemos para centrarse en la categoría de la reflexión que exige un fenómeno político. Sin agrandarlo con los tintes apocalípticos de una invasión de bárbaros ni desenfocarlo con el simple expediente de llamarlos frikis. Lo que hay que pensar es por qué una plataforma diseñada por un puñado de universitarios, sin dinero y sin ruido, con un programa de irrealizable y disparatado maximalismo ultraizquierdista, ha prendido el interés y captado el respaldo de un millón y pico de españoles, la mayoría jóvenes descreídos del sistema y desesperados por la ausencia de futuro. Sí, son radicales, extremistas, doctrinarios, con un componente de acusada demagogia populista y un inquietante trasfondo de autoritarismo bolivariano. Sí, traen un revoltijo oportunista amalgamado de utopía asamblearia y de neoleninismo mesiánico, aderezado con dosis de hiperliderazgo. Y coquetean de manera alarmante, al menos en el plano teórico, con la banalización de la violencia revolucionaria. Pero con todo eso han logrado la socialización política de una generación desenganchada. Porque son inteligentes, dinámicos, resueltos, tienen formación intelectual sesgada pero sólida y se desenvuelven con profesionalidad y eficacia dialéctica en el nuevo espacio de debate que han abierto la televisión y las redes sociales. A base de puro activismo, con un lenguaje intuitivo de idealismo emocional, han montado una campaña capaz de articular el descontento que no encontraba expresión tras el estallido del 15- M. Indetectables, moviéndose bajo el radar de la política convencional, han logrado desembarcar en su playa más vigilada. Es probable que se vayan a quedar. Su premio electoral habría sido mucho menor de haberse movilizado el electorado tradicional de los grandes partidos, pero ahora están ahí y si algo han demostrado es que saben sacar enorme partido del protagonismo mediático y social. Si no cometen errores graves, dentro de un año se hallarán en condiciones de decidir en autonomías y ayuntamientos; a IU se la van a merendar y de momento están a punto de provocar un corrimiento a la izquierda del PSOE, desesperado por captar a sus votantes. Aunque su estrategia no se limita a las instituciones; gran parte de su fuerza está en la conexión con los movimientos urbanos que tienen experiencia sobrada en agitar la calle. E incendiarla llegado el caso. Trivializar la importancia de Podemos sería el típico error de la política- burbuja de moqueta y salón. No es flor de un día ni representa solo el taponazo efervescente de un desahogo. Su discurso de radicalidad rupturista esconde al fin y al cabo vienen del bolivarismo una férrea determinación de poder. No del verbo, sino del sustantivo. S JM NIETO Fe de ratas

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