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ABC MADRID 09-04-2014 página 63
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ABC MADRID 09-04-2014 página 63

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MIÉRCOLES, 9 DE ABRIL DE 2014 abc. es deportes DEPORTES 63 El Madrid entra y sale solo de su infierno alemán Los fallos individuales y de alineación llevaron al equipo al borde del desastre. La reacción tras el descanso permite la cuarta semifinal consecutiva HUGHES ENVIADO ESPECIAL A DORTMUND REUTERS uatro semifinales consecutivas significan que alguien no lo está haciendo del todo mal. Cualquier juicio amplio sobre el Madrid ha de partir de algo que lo vicia todo y que explica incluso la megalomanía: el antimadridismo. Un antimadridismo que hasta le acompaña (es su you ll never walk alone) El Madrid es el diálogo entre el antimadridismo y el cesarismo. Esa es su anormalidad. Dicho esto, y valorado como merece este cuarto año en la élite (porque sí, estar en semis es estar en la élite) el Madrid sufrió de un modo casi vicioso. Le faltó salir de cuero y muñequera con pinchos. El partido empezó con un Madrid montado en la flema de Illarramendi, que juega igual en Valladolid que en Dortmund. Igual de raro o igual de mal. El equipo tuvo, sobre el toque, diez minutos excelentes que culminaron en una maravillosa orquestación finalizada el penalti. Falló Di María (Messi es Messi por esto también) A partir de ahí, un desastre que tiene dos explicaciones. Una fue que los jugadores del Madrid comenzaron un concurso absurdo de cesiones al rival. Un poco Jackass todo. Primero Pepe, que la peinó a la remanguillé y regaló un gol. Luego Ramos, que después se lió con un saque en el área. Y por último Illarra, que pegó un pase atrás de esos que pega constantemente, el pase- muletilla, pase- vaquilla. Segundo gol de Reus. Y tuvo delito, porque en ese buen inicio de toque, el Madrid modificaba algo su defensa, Illarra se centraba y Alonso se desplazaba a banda, para tapar precisamente las caídas de Lewandowski y las subidas de Reus. Todo eso se fue al traste con esas cesiones en las que el Madrid hizo como esos diputados ingleses que se ponen la bolsa al cuello para asfixiarse en pleno orgasmo. Con el jueguecito casi se van al otro barrio... A partir de ahí, sobrevino un temblor de paletilla global, estructural. El Madrid aculado, con una debilidad asombrosa. Al descanso se fue destrozado, a punto de ser despachado al fondo de la historia blanca. Se sabía C BORUSSIA Weidenfeller Piszczek (81) Friedrich Hummels Durm Kirch Reus Mkhitaryan Jojic Grosskreutz Lewandowski Aubameyang 2 REAL MADRID Casillas Carvajal Pepe Sergio Ramos Coentrao Illarramendi (46) Xabi Alonso Modric Bale Di María (81) Benzema (90) Isco Casemiro Varane 0 GOLES 1- 0. m. 23: Reus. 2- 0. m. 36: Reus. EL ÁRBITRO Damir Skomina (Eslovenia) Amonestó a Alonso, Aubameyang, Reus, Ramos, Carvajal y Casemiro LA FIGURA Reus Demostró un nivel de estrella europea. Marcó los dos goles del partido y regaló alguno posible LO MEJOR El equipo se recompuso cuando peor estaba, supo reaccionar en la segunda parte LO PEOR El primer tiempo del Madrid y el error de Ancelotti con Di María de extremo e Illarra de titular entonces quién era del Madrid por la mirada. La gente en el estadio lo miraba como a un niño enfermo, con un amor puro. Estaba todo ahí, en una misma noche: Redondo en Dortmund, la séptima, la décima, el canguelo de la Quinta, las hecatombres alemanas... Pero otra causa fue la alineación. Bale por la izquierda, Illarra de titular y Di María de extremo. Di María, si lo mi- Ancelotti Erró al situar a Di María en el extremo diestro y al poner de titular a Illarra. Le tuvo que sustituir al descanso Reacción y guantes Los cambios recompusieron al Madrid, pero tuvo que ser providencial Íker Casillas ramos con perspectiva, fue el gran aliado de Ancelotti y sacarlo de extremo diestro era, sin querer, mandarlo al limbo. La pájara le costó al Madrid dos goles porque hubo errores personales, pero el equipo era muy liviano en el medio. Illarra pegándose tiros al pie con la escopeta de papá, Alonso de achicador almodovariano y Modric intentando slaloms donde no tocaba. Bale, en la derecha, pasivo y sin conducir. Sin centro del campo y sin el acarreo, cauce, de la estrella, ¿qué quedaba sino sufrir? Al descanso, Don Carlo reconoció el error. Di María volvió al interior y Bale a la derecha, donde ya podía al menos armar la pierna. Con eso bastó para mejorar, pero no fue suficiente. Reus (maravilloso) se zafó del mediocampo y metió un pase al hueco a un compañero. Solo ante Casillas, la estirada insuficiente si tapó ángulo como para forzar el palo. Después, Casillas le paró al diez armenio un tiro en el área pequeña. Cinco minutos después, ¡nueva parada de Íker! Estaban sonando la Heroica, la Patética y la Peripatética. Los fantasmas de las Alemanias pasadas los terminó de conjurar Íker haciendo una cruz castiza con los dedos de sus guantes. Fue el último elemento providencial- mágico- carismático. A partir de ahí, se juntaron más los blancos, estuvieron serios los centrales, Casemiro ayudó con su argamasa ¿por qué no antes? Isco tuvo personalidad para darle oxigeno al bloque con sus conducciones y Modric pudo ser él mismo. Fallaron Bale y Benzema, que perdonaron. Cristiano estaría en el banquillo moviendo los pies igual que frenan los que se sientan de copilotos. Y conviene decir algo de los alemanes. La grada canta como uno. No van al fútbol como a un concierto de cámara o a tener razón, van a subsumirse en una unidad superior, cervecera, e industriosa. Se siente en todo el estadio el deseo de fundirse en una sola voz, como una propensión al unitarismo que nosotros no tenemos. Sufrio el Madrid, porque este equipo de Ancelotti tienta la leyenda y la antileyenda blanca. Los records, los Caganchos en Almagro, las contras de Mou, el toque entrevisto... Ni es, ni deja de ser ¡extremado Pinto y Valdemoro ancelottista que nos lleva locos! Al final, las camisetas volaron al público como en aquella noche de Redondo. Vamos teniendo unos años.

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