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ABC MADRID 08-04-2014 página 49
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MARTES, 8 DE ABRIL DE 2014 abc. es sociedad SOCIEDAD 45 Optimismo científico Estos cuatro resultados demuestran que esta alternativa puede beneficiar a estas personas El tratamiento Dos de los cuatro pacientes tenían una parálisis completa del sistema motor y sensorial esta alternativa puede beneficiar a estas personas Pero uno de los hallazgos más impresionantes e inesperados del estudio que se publica en Brain es que dos de los tres pacientes que se beneficiaron de la estimulación de la médula realizado por el equipo de Claudia Angeli, del Spinal Cord Injury Center de la Universidad de Kentucky tenían una parálisis completa del sistema motor y sensorial. Estas dos personas tenían seccionada la comunicación nerviosa a los miembros inferiores, es decir, la vía de comunicación entre el cerebro y los miembros inferiores. Y, a pesar de que los investigadores habían pensado que para que la terapia fuera efectiva tenía que existir comunicación sensorial, este trabajo demuestra que no. Apenas unos días después del inicio de la estimulación, los tres recuperaron cierto control voluntario de los músculos paralizados. ¿Cuál es el mecanismo? Los investigadores especulan con que puede haber conexiones latentes en las personas con parálisis motora completa y no una escisión completa de las regiones superior e inferior. Es posible que exista algún tipo de contacto, pero que dichas conexiones no sean funcionales explica V. Reggie Edgerton, profesor de la Universidad de CaliforniaUCLA. Así, la estimulación de la médula podría haber despertado dichas conexiones Una infancia triste envejece prematuramente los cromosomas Los hijos de familias desestructuradas tienen telómeros como los de una persona de 40 N. RAMÍREZ DE CASTRO MADRID En la frontera del cáncer y el envejecimiento Cromosoma Vivir en un hogar feliz durante la infancia no solo garantiza un bienestar emocional, también físico. Científicos del Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan han demostrado que los niños que crecen en ambientes hostiles y con circunstancias adversas sufren un envejecimiento acelerado de sus cromosomas. Es decir, el sufrimiento emocional, ya sea por una falta de atención o inestabilidad familiar, deja una huella física en nuestros genes. La edad biológica real, no la que aparece en el DNI, se puede medir conociendo la longitud de los telómeros (los extremos de los cromosomas de cada célula) Cuanto más largos tenemos estos telómeros, más longevos podemos llegar a ser y menos capacidad tenemos de enfermar. El cáncer, el estrés crónico, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares se relacionan con el acortamiento de esta especie de capuchones que se encogen cada vez que las células se dividen. Los telómeros son, por tanto, un testigo interno de nuestra salud. Telómeros Son estructuras protectoras que se sitúan al final de los cromosomas y su papel es clave en el cáncer y el envejecimiento FUENTE: Nature Genetics y elaboración propia ABC Estabilidad emocional La investigación, realizada con 40 niños de 9 años, demostró que los niños criados en peores ambientes tenían los telómeros con una longitud similar a los de una persona de mediana edad. Los detalles de esta investigación se publican en Proceedings Los niños se eligieron según su entorno familiar y fueron seleccionados de ambientes muy extremos. La mitad vivían en condiciones muy desfavorables y la otra mitad en hogares que podrían ser considerados privilegiados. El estudio no medía solo las condiciones económicas de la familia, también tenía en cuenta la estabilidad emocional y sentimental de los padres o la educación. Por ejemplo, los hijos de madres que habían cambiado de pareja más de una vez tenían los telómeros un 40 por ciento más cortos que aquellos que solo habían conocido un solo padre y una sola madre. Y aquellos cuyas madres tenían estudios superiores tenían un 35 por ciento más largos los telómeros de media. También descubrieron que los telómeros cortos estaban asociados con padres más violentos y madres excesivamente jóvenes. La investigación ofrece una prueba más de que el estrés crónico puede acortar los telómeros y producir un envejecimiento acelerado. Y demues- tra que las relaciones y el ambiente social pueden provocar profundos cambios biológicos en el organismo, hasta el punto de desvirtuar nuestra salud. Genéticamente sensibles Aunque no todos los niños acusan de la misma manera la presión ambiental. En los análisis genéticos realizados se encontró también que determinadas mutaciones genéticas hacen más sensibles a los chicos al entorno. Aquéllos con una combinación de genes implicados en la liberación de serotonina y dopamina, tenían los telómeros más largos cuando crecían en un ambiente privilegiado y los más cortos cuando sufrían los efectos de un hogar menos favorable. Para bien o para mal eran más sensibles. Los datos son importantes, aunque cómo la dopamina y la serotonina están involucrados requiere más investigación. Ese es el siguiente paso. De hecho, los mismos investigadores planean extender el estudio e incluir a un millar de niños. Para este ensayo se elegirán chicos adolescentes hasta los 15 años de edad. Una matriz de 27 electrodos Con el apoyo del NIBIB el equipo de Edgerton está desarrollando una matriz de 27 electrodos, en vez de los 16 usados en este estudio, para ver si proporciona un control más fino y potente de la locomoción. La tecnología que usamos se diseñó inicialmente para la supresión del dolor de espalda, pero sabemos que lo podemos hacer mejor subraya Edgerton Queremos ser capaces, para un movimiento determinado, de seleccionar exactamente dónde y cómo estimular la médula espinal, algo que con la técnica actual no podemos Aunque hay mucho trabajo por hacer, la investigadora Susan Harkemacree que estos resultados proporcionan suficiente evidencia para desafiar las creencias actuales sobre el pronóstico de los pacientes con lesiones medulares graves. Ya no vale pensar que no hay nada que podamos hacer. Tenemos que repensar el abordaje de estos pacientes afirma. Salud y longevidad Cuanto más largos son nuestros telómeros, más longevos podemos ser y menos enfermamos ¿Por qué algunos niños son más sensibles que otros? La clave está en determinadas mutaciones genéticas AFP

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