Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 08-04-2014 página 15
ABC MADRID 08-04-2014 página 15
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 08-04-2014 página 15

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página15
Más información

Descripción

ABC MARTES, 8 DE ABRIL DE 2014 abc. es opinion OPINIÓN 15 MONTECASSINO UNA RAYA EN EL AGUA HERMANN QUEBRANTOS EUROPEOS EN CAMPAÑA La ausencia de liderazgos y política ha anulado toda percepción de la necesidad de sacrificio por el bien común ODA Europa prepara unas elecciones al Parlamento europeo dentro de cinco semanas. Pero nadie se prepara para otra cosa en los países miembros que para las cuitas políticas nacionales, los ajustes de cuentas entre gobierno y electorado y los navajeos habituales entre los íntimos rivales. Aquí lo sabemos muy bien. La política, despreciada por el Gobierno, se arrastra prisionera de los chantajes del nacionalismo, de las miserias de la corrupción y la hipocresía de una oposición que ha abandonado el Parlamento y traduce su impotencia política en violencia callejera y toneladas de demagogia e hipocresía. El Gobierno posterga todo a la espera de que las meras cifras de una recuperación insegura le acaben dando la razón y los votos necesarios para seguir en el poder. Con quien sea y como sea. La mayoría absoluta y el poder concentrado que podía haber supuesto una regeneración y reestructuración nacional de dimensiones y calado históricas se han quedado en triste gestión de retrasos, silencios y miedos. En otros países, la quiebra con la realidad no llega a extremos carpetovetónicos, pero también es inexistente la visión continental, la conciencia de lo que sucede en un continente que, como recuerda siempre Angela Merkel, supone el 7 por ciento de la población mundial, el 25 por ciento de la producción y el 70 por ciento del gasto social. Que en Europa haya aún fuer- T zas que pretenden que eso puede mantenerse es un disparate. Pero la soberbia de la gente pequeña tiene suficiente fuerza para hacer casi imposibles las reformas necesarias y urgentes si se quiere evitar que este continente, arrinconado y cada vez más marginal, acabe pudriéndose en su prepotencia y ensoñaciones como un parque temático y museo al aire libre. Y como tal no pueda soñar con defender sus libertades. Es la arrogancia de quienes pretenden que las reglas vigentes para el 93 por ciento de la población mundial nunca afectarán a los dignísimos europeos. Pero los grandes problemas son eso, demasiado grandes. Las opiniones públicas nacionales ignoran los quebrantos comunes. Quizá sea mejor así, porque a poco de lucidez y presencia de ánimo, esta campaña electoral podría generar pánico. Que el nuevo Gobierno de París piense en romper la baraja y dinamitar una vez más como en 2004 el Pacto de Estabilidad no parece importunar más que a Berlín. Otros esperan para incumplir ellos. Volvemos a escenarios de amenaza para la moneda común. La economía no está a salvo por tanto, pero tampoco la democracia goza de buena salud, como demuestra el voto extremista en muchos países, desde Francia a Hungría. Las grandes conquistas europeas del bienestar se toman como derechos incuestionables. Pero la ausencia de liderazgos y política ha anulado toda percepción de la necesidad de sacrificio por el bien común y ante todo de los riesgos compartidos. Ahora que hay una amenaza directa, el quebranto de los quebrantos para Europa, la frontera oriental, la inmensa mayoría de los europeos mira hacia otro lado. O ya piensa en cómo aplacar al agresor. Por primera vez desde la crisis de Berlín en 1961, hay democracias europeas que temen ser invadidas en un futuro previsible. Y que no se fían ya del escudo de la OTAN. La campaña electoral en toda Europa debería estar centrada antes que nada en un grito de compromiso a defender unidos el territorio, las libertades y los derechos de todos nuestros aliados en peligro. Pero igual que buscamos fáciles trampas para negar a los ucranianos su derecho a elegir no volver a la pesadilla de la obediencia a Moscú, las encontraríamos para no responder más que con lloros a una invasión en un país miembro de la UE y la OTAN. Y Vladímir Putin lo sabe. IGNACIO CAMACHO VIVIR Y MORIR EN MADRID Se vivía tan bien en Madrid con ETA que es raro que De Juana Chaos o Inés del Río no sean hijos adoptivos de la Villa E vivía bien en Madrid aquel día de julio del 86, cuando el infierno se abrió de golpe en un rincón de la plaza de la República Dominicana. Doce muertos. O aquel alba de diciembre del 95, cercana ya la Navidad, en que el puente de Vallecas era un hervidero de tráfico y gente cuando reventó un maldito coche bomba que mató a seis personas e hirió a 17. La vida era alegre y hermosa en abril de 1986 en el barrio de Salamanca, un minuto antes de que estallase la acera de la esquina de Juan Bravo con Príncipe de Vergara (cinco víctimas) y tal vez se sentían felices los siete madrileños que cayeron cerca de allí, en López de Hoyos, un día de junio del 93. Irene Villa era una niña confiada que iba al colegio con su madre cuando sus piernas volaron una mañana gris de noviembre del 91, allá en el barrio de Aluche, y el profesor Tomás y Valiente trabajaba a gusto en el despacho de la Universidad adonde fue a buscarlo Jon Bienzobas el 14 de febrero, día de san Valentín, de 1996. Al ciudadano americano Eugene Kenneth Brown le gustaba correr temprano por las calles aún frescas de la capital; lástima que se le ocurriese hacerlo por la plaza República Argentina justo a la hora del 9 septiembre del 85 en que explotó un artefacto contra un vehículo de la Guardia Civil y se lió un tiroteo entre los terroristas y los supervivientes. Daño colateral el suyo; como el de aquellos dos inmigrantes ecuatorianos, Estacio y Palate, que dormían a pierna suelta en el aparcamiento de Barajas el último día de 2006, ajenos a la montaña de escombros que iba a sepultarlos. Sí, era estupendo vivir en Madrid cuando ETA asesinaba al albur de su delirio, como le ha dicho al Gara esa frívola minerva socialista que se llama Jesús Eguiguren; tanto que se añoran las masacres y sorprende que a De Juana Chaos, Inés del Río y otros carniceros no los haya nombrado aún el Ayuntamiento hijos adoptivos de la Villa. Hay una geografía del terror en las calles de la ciudad. De Goya a San Blas, del Bernabéu al Manzanares, de la Cruz Verde al Campo de las Naciones. Un mapa del dolor sembrado de puntos donde todavía amanecen de vez en cuando algunas flores memoriales. Han muerto militares, policías, políticos, vecinos, transeúntes, algún niño. Decenas de personas arrastran mutilaciones de miembros o de sentidos. En algunas viviendas quedan décadas después grietas abiertas por la onda expansiva de las explosiones. Pero sobre todo queda una grieta moral de sufrimiento, un abismo de zozobra que para este dicharachero botarate de la política constituye una especie de nostalgia del tiempo en que el enemigo de la libertad se emboscaba en los pliegues de la rutina cotidiana. Cómo no echar de menos ese carrusel de violencia en que la vida podía volverse una ruleta rusa, un baile macabro con los fantasmas del horror y la desventura. Cómo no sentir melancolía de ser el objetivo de un designio exterminador movido por un odio gélido, planificado, minucioso. Alguien debería explicarle a Txusito Eguiguren, el negociador de la la niña de los ojos de Zapatero, que en Madrid con ETA vivir se vivía regular, pero, eso sí, se moría de puta madre. S JM NIETO Fe de ratas

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.