ABC MADRID 06-04-2014 página 85

ABC DOMINGO, 6 DE ABRIL DE 2014 abc. es deportes DEPORTES 85 El Madrid luchará por el campeonato hasta el final Tras un titubeante inicio en el que Illarramendi fue salvador, los blancos acaban luciéndose con una goleada en Anoeta. Bale, estelar donde Cristiano HUGHES SAN SEBASTIÁN REAL SOCIEDAD 0 REAL MADRID D. López Carvajal Pepe S. Ramos Nacho Illarra X. Alonso (88) Modric Bale (86) Benzema Isco (81) Di María (81) Morata (86) Casemiro (88) 4 C REUTERS on las victorias de Atlético y Barcelona, de un sufrimiento de Semana Santa, las miradas se iban concentrando en Anoeta, como si la tarde española acabara allí. Qué pena, por cierto, que ya no se diga La Bella Easo. Remite la expresión a un mundo periclitado, de novela de Foxá, de corte con sombrilla y a un refinamiento septentrional y estival muy fino, que conjura tantas otras cosas posteriores de dudoso gusto. Hay que decirlo más lo de Easo, aunque sea por molestar, pues es una leyenda anterior a la nacionalista. No le esperaba al Madrid, sin embargo, un elegante veraneo, sino una final de campeonato sin Ronaldo, al que habrían tenido que atar a una camilla de masajes para dejarlo en Madrid y evitar que se incluyera en el once. Ancelotti resolvió la cosa dando entrada a Isco, que en el ideal del italiano (el partido que imaginan los entrenadores en la siesta antes del encuentro) aportaría toque al terceto del centro y colaboraría arriba. Luego aportó solo trabajo, no fue el del Borussia. Al inicio, niños, muchos niños, la muchachada txuri urdin, que salió a hacerse esa foto definitiva de la infancia que esclaviza a unos colores. Niños vestidos de corto, la pura imagen de la inocencia deportiva. Inevitable fue pensar en los ojeadores del Barça tomando nota ¡los fichadores de niños! En el estadio estarían los amigos de Illarramendi, esos amigos que son ya un elemento más del Real Madrid- Real Sociedad, como Toshack, Tolosa, las historias de Atocha... La cuadrilla de Illarramendi tiene que estar en la Cibeles. Son como un grupo de whatsapp andante. Ellos fueron los únicos que no pitaron al rubio, que se llevó una sinfonía de pitos, un Figo sin cochinillos. Estarían consternados mirando al suelo mientras a su amigo le caía encima una bronca inexplicable, sobre todo si se tiene en cuenta que dejó en las arcas del club más de treinta millones de euros. Para pitar a Illarramendi en esas condiciones hay que tener, la verdad, muchas ganas de silbar, mucha rabia en los alveolos. Bravo C. Martínez M. González (73) I. Martínez J. Ángel (17) Bergara Elustondo Zurutuza (62) Canales Vela Griezmann Ansotegui (17) Agirretxe (62) R. Pardo (73) GOLES 0- 1, m. 44: Illarramendi. 0- 2, m. 66: Bale. 0- 3, m. 84: Pepe. 0- 4, m. 83: Morata. EL ÁRBITRO H. Hernández (Colegio canario) Amonestó a Xabi Alonso, M. González, Illarra, I. Martínez, Bergara. LA FIGURA Bale Fue el más incisivo en ataque y resultó decisivo (junto a Pepe en defensa) con el segundo gol. LO MEJOR El Madrid tuvo equilibrio y mucha pegada arriba. Metió dos palos LO PEOR La Real presionó mucho y jugó poco al fútbol. Muy blandito atrás. ESTADÍSTICAS R. Sociedad 7 4 0 4 378 271 12 41 Remates Remates a portería Remates al poste Fueras de juego Pases Pases correctos Faltas cometidas Posesión R. Madrid 11 6 2 1 538 449 9 59 Illarra, protagonista Silbado durante todo el partido, salvó un gol y marcó a continuación Sólidos centrales Pepe estuvo magnífico, muy mandón en defensa. Ramos, con gran solvencia Bale, al mando del ataque Sin el concurso de Cristiano, Bale acabó ocupando la izquierda. Consiguió un gol excelente El Madrid a veces parece seguir un guión. Le pasan cosas demasiado redondas. Así que en una primera parte en la que el equipo no había tirado a puerta fue Illarra el que marcó un gol sin querer. Un gol de Karembeu. Avanzó tímidamente, le llegó la pelota a Benzema y el rechace lo empujó con una modestia y una falta de ganas que luego ratificó al no celebrar el gol. Yo me hubiera marcado un aurresku. Minutos antes, el vasco había salvado a Diego López cuando ya estaba batido. Así que Illarra fue el salvador de un Madrid muy blando de remos de inicio, muy como en Sevilla. Espeso, invertebrado. Contra la embestida de la Real, opuso perseverancia en lo bien construido, aplicación al triangulito del tuya- mía, pero al final el equipo estaba chato sin Cristiano (la delantera parecía unas Destiny s Child sin Beyoncé) El ataque era Bale, que empezó en la derecha y luego cambió a su banda, como si no se atreviera de primeras a profanar el territorio del portugués. La Real tuvo tres o cuatro llegadas, su triangulación veloz por banda izquierda de toda la vida, y gracias a Diego López no marcó en el minuto quince. Al gallego le remataron encima y se sacó la parada del otro Era la tableta de Dios. La parada que se le pedía. Ha ido oponiendo a la magia su men s health contra el casillismo mágico madridista, tableta y más tableta. Sus abdominales, que enseña reivindicativo al final de cada partido, son emblema de ejemplaridad ¡tableta del ejemplo! y a cada critica le sale una retícula más hasta acabar teniendo en el vientre forma de red de portería, que ya es el colmo obsesivo de un portero. El caso es que el Madrid se fue al descanso con un 0- 1 absurdo, inexplicable y surrealista marcado por Illarramendi, convertido, a fuerza de silbidos, en protagonista absoluto. En la segunda parte la cosa cambió. El Madrid se juntó muy bien y no sufrió. Se cimentó en Pepe, hecho un Tarzán, y en el creciente toque de Modric. Empezaron las ráfagas de contragolpes. Benzema, inquieto con espacios, y luego Bale, que demostró lo que puede hacer (y qué bellamente) en su sitio, en su banda. En una incursión de extremo fue arrollado y se tiró unos minutos corriendo como Zapatero de running, pero luego metió un zurdazo que ni R. Carlos. Ancelotti salió a celebrarlo (vibró, algo inaudito) el Madrid declaraba que peleará la liga hasta el final. Luego marcó Morata. Ojo con él. Pelón, su determinación asusta y ya hasta nos lo creemos. Y es que el Madrid puede haber entrado en modo Higuaín Ese frenesí, entre la agonía y el éxtasis, que le entra cuando le han dado por muerto. Vudú merengue.