ABC MADRID 04-04-2014 página 32

32 INTERNACIONAL VIERNES, 4 DE ABRIL DE 2014 abc. es internacional ABC Un veterano de Irak mata a tres personas en la base de Fort Hood El autor del tiroteo regresó del país árabe con graves trastornos mentales JAVIER ANSORENA CORRESPONSAL EN NUEVA YORK JOSÉ M. DE AREILZA REPUBLICANOS EN BUSCA DE AUTOR Uno de los asuntos centrales para redefinir el alma republicana es la política de inmigración Fort Hood, en Texas, es un lugar idílico para la vida militar. Inmensas instalaciones, jardines cuidados, buenos servicios para las familias de los militares y un lugar seguro donde los hijos de los soldados juegan en la calle. Pero la mayor base de EE. UU. para militares en activo se ha convertido en los últimos años en el escenario de tragedias protagonizadas por miembros del cuerpo militar. En la tarde del pasado miércoles, casi de madrugada en España, un veterano de la guerra de Irak entró en la base militar armado con una pistola Smith Wesson semiautomática, se montó en un vehículo y empezó a disparar. Después, entró a pie en un edificio y continuó el tiroteo. Enfrentado con una policía militar del recinto, el atacante levantó los brazos, pero aprovechó para sacar otra pistola de su chaqueta y se disparó en la cabeza. En el camino dejó cuatro muertos él incluido y 16 heridos, de los cuales tres seguían ayer en cuidados intensivos. Cuando los altavoces de la base ordenaban a todos los residentes ponerse a cubierto, seguía fresco el recuerdo de la matanza de 2009, en la que el psiquiatra militar Nidal Hasan acabó con la vida de trece personas. E Un policía militar desvía el tráfico junto a la base de Fort Hood. En el círculo a la izquierda, el soldado Iván López, sospechoso del tiroteo EFE Plaga de suicidios en el Ejército A pesar de ser una base militar, la única fuerza que puede llevar armas en Fort Hood es la Policía militar. La matanza de 2009 no es la única razón que llevó a las autoridades a tomar esta medida. También una oleada de suicidios que se cobró 22 vidas solo durante el año 2010. El violento suicidio de Iván López es la punta del iceberg de una epidemia de trastornos mentales y psicológicos. Entre los soldados de Estados Unidos hay más suicidios que muertes en combate, y las autoridades todavía no han encontrado la manera de contener esta plaga. Problemas mentales El sospechoso de la matanza es Iván López, según aseguraron fuentes del Pentágono y según lo identificó el congresista republicano por Texas Michael McCaul. Estamos revisando a fondo su his- torial aseguró el general Mark Milley, máxima autoridad en Fort Hood, aunque tanto las autoridades militares como el secretario del Ejército, John McHugh, aseguran que no hay vínculos aparentes con grupos extremistas o terroristas. Se sabe que López se alistó en el Ejército en 2008 y fue enviado a Irak en 2011, donde sirvió como conductor de camión durante cuatro meses. López regresó de Irak con trastornos mentales y tomaba antidepresivos. Milley reconoció que el soldado tenía problemas de salud mental y de conducta y que había sido examinado para comprobar si padecía trastornos de estrés postraumático, pero todavía no se había llegado a un diagnóstico. McHugh aseguró que el soldado no había entrado en combate durante su estancia en Irak y que un examen psiquiátrico llevado a cabo el pasado mes no mostró tendencias violentas ni suicidas. l Tribunal Supremo de Estados Unidos ha vuelto a recordar que tiene la última palabra sobre las reglas del juego político. Tras una deliberación muy reñida, el miércoles pasado inclinó la balanza a favor de los que piensan que no deben existir apenas límites en la financiación de múltiples campañas electorales por grandes donantes. La libertad de expresión, explicó el presidente de los jueces, John Roberts, a veces protege cosas repugnantes, como puede ser el caso del dinero en la política. Esta decisión da alas a los candidatos republicanos, más respaldados por este tipo de donaciones, convencidos de que en las elecciones legislativas de noviembre se harán con la mayoría en el Senado. No obstante, este clima de euforia puede volverse contra ellos. Tras la sonada derrota de Mitt Romney, los republicanos tienen pendiente decidir si mantienen sus mensajes más radicales, a pesar de que el Tea Party ha perdido fuelle, o si se convierten en la gran tienda de campaña de la que hablaba Ronald Reagan, en la que conviven distintas sensibilidades, desde las más conservadoras a las más centristas. El riesgo de ganar este otoño las legislativas y perder en 2016 la Casa Blanca, por tercera vez consecutiva, parece real. Uno de los asuntos centrales para redefinir el alma republicana es la política de inmigración y la relación con los hispanos. La reforma propuesta por el presidente Obama no avanza en el Legislativo. La Casa Blanca estos días no tiene ganas de pelea. Ni siquiera está apuntándose el éxito de la recuperación económica o el hecho de que, gracias a la reforma sanitaria, diez millones de ciudadanos sin ningún seguro médico han pasado a tener esta protección. Hace unos días Jeb Bush, hijo y hermano de presidente, exgobernador de Florida y partidario del viaje al centro, acudía a Las Vegas a reunirse con Adelson, uno de los principales donantes republicanos. Las elecciones del año 2016 podrían convertirse en un enfrentamiento dinástico entre los Clinton y los Bush.