ABC MADRID 23-03-2014 página 38

38 ESPAÑA DOMINGO, 23 DE MARZO DE 2014 abc. es españa ABC El secuestrador Grover Morales tras ser capturado en El Chapare boliviano; en la prisión le han rapado la cabeza La liberación Había ocultado a la niña a 45 minutos de helicóptero y cinco horas de coche, en la selva Siete meses de secuestro Nada, esclava en la selva boliviana La niña marroquí ya está en España; su captor la violó a diario, la maltrató y la obligó a trabajar de sol a sol vaban desde el 5 de septiembre del año pasado buscándola. La encontraron en Antanahuana, un poblado de 12 chozas, en un punto perdido del Chapare boliviano a 45 minutos de helicóptero y 5 horas en todoterreno del lugar más civilizado: Cochabamba. Viajó con autorización CRUZ MORCILLO ada se echó a llorar y se abrazó al teniente José Miguel Hidalgo al oírlo, mientras las aspas del helicóptero rugían alrededor en plena selva boliviana: Tranquila, bonita, vengo de parte de tus papás a buscarte. Volvemos a España La niña llevaba siete meses sin escuchar castellano, solo quechua, gritos y golpes de su secuestrador. Fue el pasado 8 de marzo. Tres días antes había cumplido 10 años recogiendo hoja de coca y piñas en una finca y comiendo arroz del suelo. Nadie la felicitó. Más tarde le contaría al teniente que creía que nunca saldría de la selva, que no la encontrarían jamás. Pero la Guardia Civil y los Mossos d Esquadra lle- N El infierno de Nada, que a los tres años llegó de Marruecos a Barcelona con sus padres, comenzó el 27 de agosto. Ese día, con una autorización notarial firmada por sus progenitores, partió de Barajas en dirección a Bolivia, en teoría para pasar una semana de vacaciones con el boliviano Raúl Hernán Miranda (una identidad usurpada a un amigo) Durante la siguiente semana el individuo, que en realidad se llama Grover Morales, dejó que la niña telefoneara a sus padres unos minutos. Ellos intuyeron que algo ocurría y el 5 de septiembre acudieron a la comisaría de los Mossos en Hospitalet de Llobregat a denunciar. A esas alturas, Grover había llevado a Nada a Cochabamba, le había dado la primera de muchas palizas y la había violado la primera noche. Has perdido tu documentación y no vas a vol- ver. Aquí has venido a trabajar y a hacer lo que yo te diga Se ha salvado por lo inteligente que es. Su afán de supervivencia supera todo lo que he visto hasta ahora relata el teniente Hidalgo, que ha pasado las dos últimas semanas pegado a la pequeña hasta traerla de vuelta a casa. El depredador elaboró durante un año su plan. La familia marroquí, sin trabajo ni papeles, había ocupado un piso de Hospitalet. Él vivía en el de al lado. Se lo había cedido un industrial de Barcelona para el que realizaba trabajos de mantenimiento. Grover se encaprichó de la pequeña. Agasajó a la familia con regalos y dinero; les dejaba ducharse en su casa porque ellos no tenían agua caliente; se deshacía en atenciones con los dos hermanos varones de Nada, menores que ella, para no despertar las sospechas de Abdelaziz, el padre. Llegó a comprarse un Corán y a frecuentar la mezquita fingiendo su deseo de convertirse al Islam, pese a que es seguidor de una iglesia evangelista denominada AEMIMPU (Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal) Meses y meses hasta que los convenció de que si la niña lo acompañaba a Bolivia podrían comprar oro (les mostró los 4.000 dólares que había ahorrado) y volverían con esas joyas en el cuerpo de la cría para venderlas en Barcelona. Mi impresión personal es que también engañó a los padres y se aprovechó de la situación crítica que atravesaban explica el teniente. Abusó de sus dos hermanas Grover estuvo encarcelado seis meses entre 2004 y 2005 en Cochabamba después de que sus dos hermanas, de 11 y 13 años, lo acusaran de haberlas violado. La madre impidió a las hijas que siguieran adelante con la acusación y el individuo quedó en libertad. Fue expulsado del sindicato de recolectores de coca y de su pueblo. Su madre vendió el cocal que tenía para pagar el viaje a España de Grover, que se hizo con la documentación de Raúl Hernán Mi- Creía que nunca saldría La niña confesó a los agentes que creía que nunca saldría de allí, que no la encontrarían jamás