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ABC MADRID 18-03-2014 página 14
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  • EdiciónABC, MADRID
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14 OPINIÓN COSAS MÍAS PUEBLA MARTES, 18 DE MARZO DE 2014 abc. es opinion ABC EDURNE URIARTE OTRO FRACASO DE VENUS Hay otro factor esencial en Crimea, ciertamente, el étnico. Un choque de civilizaciones RIMEA es otro fracaso de los venusianos. Lo que no significa que sea conveniente declarar la guerra a Rusia por la anexión de Crimea, pero sí que la crisis de Crimea pone en cuestión las supuestas bondades de los pacíficos y tolerantes partidarios del diálogo, Venus, frente a los proclives al uso de la fuerza, Marte. Una comparación hecha hace unos años por un neoconservador, Robert Kagan, para diferenciar a Europa, Venus, de Estados Unidos, Marte, que encantó al progresismo europeo, feliz de identificarse con el pacifismo venusiano en determinados conflictos internacionales. Desde entonces, han ocurrido varias cosas. Europa ha seguido donde estaba, es decir, sin liderazgo internacional y sin ninguna idea ni voluntad clara respecto de los diversos conflictos, incluido el de Crimea. Lo que ratifica diariamente la inane Catherine Ashton, la Alta Representante de Asuntos Exteriores. Pero, sobre todo, Estados Unidos ha dejado de ser de marte y se ha hecho más bien de Venus en la mayoría de los conflictos. O ha combinado varias actitudes que tienen como resultado una pérdida de liderazgo internacional. Que a Obama lo acusen de cosas muy diferentes, como ha escrito Thomas L. Friedman este sábado en The New York Times, no es signo de flexibilidad y adaptación por parte del presidente americano, sino más bien de falta de claridad de ideas en política internacional. Por eso es posible que la derecha le acuse de incapacidad para entender el mundo hobbesiano, su cesión ante Irán es una prueba, la izquierda de lo contrario, de usar un exceso de fuerza, por su liquidación de Bin Laden o por el uso de bastantes más drones que Bush, y que otros muchos lo tilden de hiperrealista al estilo Kissinger, por permitir las masacres de Siria, por ejemplo, porque los intereses americanos son pequeños allí. Con Europa y la América de Obama instalados, por diferentes motivos, en Venus, un marciano genuino como es Putin ha hecho lo que le ha dado la gana en Crimea. Demostrando una vez más que las llamadas al diálogo y la mesura no tienen eficacia alguna con quien está dispuesto al uso de la fuerza, y mucho menos con un ejército poderoso en sus manos. De la misma manera que lo ha demostrado el dictador sirio o el régimen iraní, dos de los fracasos precedentes más importantes de los venusianos. Hay otro factor esencial en Crimea, ciertamente, el étnico. Un choque de civilizaciones como el que había en Ucrania, tal como anticipó brillantemente Samuel Huntington en El choque de las civilizaciones, ese libro que no gusta a los progresistas, es una fuente de inestabilidad y de posible ruptura. Esa ha sido la base para un exitoso uso de la fuerza por parte de Rusia y también de las enormes torpezas, además de abusos, de los ucranianos. Pero hay, sobre todo, una ruptura ilegal de fronteras realizada bajo el amparo de una potencia, Rusia, y su ejército. Sobre todo, por la ideología y objetivos de Putin, pero también por la ausencia enfrente de voluntad de disuasión, tanto de Europa como de Estados Unidos. C LIBERALIDADES JUAN CARLOS GIRAUTA CIRCE FRUSTRADA Seguir explotando las dos Españas a estas alturas del futuro tiene bemoles, y un enorme y perverso mérito E L candidato desconocido del PP a las europeas está haciendo un gran papel. El hecho de que ni él mismo sepa todavía quién es abunda en la prudencia pública que se le exige a todo cabeza de cartel a la hora de hacer declaraciones. Si el PSOE hubiera seguido la misma estrategia en vez de precipitarse con la designación de Valenciano, la susodicha no tendría que recular en su obsesión con el asunto del aborto. Se diría la mujer que, habiendo introducido Monago en la teoría política, en la biología y en la ética una visión extremeña del aborto, con más razón podría ella estar tres meses dándole vueltas al asunto, ampliado. E incluso los cinco años siguientes en Bruselas. Sus compañeros no lo han visto del mismo modo e, incomprensiblemente, quieren que doña Elena Valenciano se ocupe del paro. ¡Del paro! Qué excentricidad. Mucho más larga que todos sus conmilitones menos uno que para eso es la número dos de una organización política donde la consecución y mantenimiento de cada cargo se pelea con ferocidad la candidata estaba simplemente aplicando el bálsamo de Fierabrás del socialismo español: trátese la contienda del tema más dispar, atañan los comicios al ámbito que fuere, hay que volver a las dos Españas, revisar los tópicos más cansinos, escoger uno particularmente bueno para la demagogia y colocar una raya bien gor- da entre los votantes, con ellos a un lado y la derechona al otro... y adelante con los faroles. En realidad, la fórmula mágica es más homérica que cervantina: convierte en cerdo al prójimo, al modo de Circe. Una vez animalizado quien no comulga con las consignas que suplen todo pensamiento genuino, discurso o matiz, regresa en 3 D, y con un formidable colorido, la España que ya solo existe en la memoria de los últimos miembros del Batallón Abraham Lincoln, de las Brigadas Internacionales, cuando se reúnen a tomar una cerveza en Tulsa recordando Albacete. Seguir explotando las dos Españas a estas alturas del futuro tiene bemoles, y un enorme y perverso mérito. Valenciano veía la jugada, y ahora la ponen a estudiar macroeconomía en dos tardes, como aquel. El aborto me venía como anillo al dedo, se estará repitiendo con los dientes apretados. ¿Con qué otro subterfugio cosifico yo ahora a quien no me coree los lemas, lo tildo de meapilas, lo visto de monaguillo, lo lleno de caspa y machismo, lo identifico con Franco o con la Sección Femenina, según el sexo (ay, sobre todo, que no se me olvide: hay que decir género y simulo que a un lado está el PSOE y al otro la tripulación encerdada de Odiseo? Porque en esta intención se resumen, no nos engañemos, las palabras que doña Elena emitió tan pronto como se supo cabeza de lista: Estas van a ser unas elecciones generales (Mejor estuvo aquí la innovadora Cospedal, reconozcámoslo: está el PP, y luego está la nada. Se batirán el cobre durante un lustro europeístas y euroescépticos en torno a la unidad bancaria y la unidad fiscal, al avance o retroceso de los derechos de ciudadanía europeos, a la delimitación o no de un espacio social europeo intocable, al impulso de la unidad política o la disolución de los mecanismos federales ya existentes siguiendo a Marine Le Pen. Aquí había un problema para Valenciano: Le Pen es tan abortista como ella. Pero, ¿a quién le importa Le Pen? En realidad, a cualquiera que albergue la mínima preocupación por el futuro de le UE. Como fuere, los suyos le han roto el plan a Valenciano. El inexistente candidato del PP está contentísimo.

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