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ABC MADRID 14-03-2014 página 100
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ABC MADRID 14-03-2014 página 100

  • EdiciónABC, MADRID
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100 TELEVISIÓN Y RADIO VIERNES, 14 DE MARZO DE 2014 abc. es tv ABC La noche que lloraron los audímetros Iraila vivió su sueño con la emisión de su última actuación en La Voz Kids F. MARÍN MADRID A noche fue imposible ver La Voz Kids sin acordarse de Iraila, la participante valenciana de once años que falleció el pasado lunes a causa de un cáncer. La alegría de los chavales, los aplausos del público y el entusiasmo del presentador y de los entrenadores contrastaban con una pena insoslayable, presente en toda la emisión. De las redes sociales llegaban incontables muestras de aliento. Era una noche atípica, con un programa enlatado que Telecinco emitió sin modificaciones, como había pactado con la familia de Iraila. Poco se sabe de cómo se coció el montaje final. Con ocho minutos de retraso sobre lo previsto, a las 22.08 de la noche y después de una larga tanda de anuncios, Jesús Vázquez aparecía en pantalla para leer un breve mensaje de introducción y explicar las decisiones tomadas por la cadena en las horas previas: El programa está dedicado a la memoria de Iraila. La trágica noticia de su muerte ha golpeado duramente a todos los que formamos parte del programa. Por expreso y manifiesto deseo de su familia, lo emitiremos tal y como fue grabado. Sabemos que su participación la hizo muy feliz y pudo cumplir uno de sus sueños. Gracias por tu simpatía, dulzura y maravillosa voz. Un beso enorme allí donde estés. Este programa va por ti Habían pasado solo dos minutos cuando llegó otro bloque publicitario antes de empezar la emisión definitiva. Elena, Laura y Eva fueron las primeras en actuar. Esta última, nacida en Lanzarote, resultó elegida para pasar a la siguiente fase. Todo avanzaba muy despacio y la estrella de la noche se hacía esperar. A las once y media llegaba el momento más esperado, mientras un mensaje recordaba en pantalla que el programa se emitía por La pequeña Iraila, en dos momentos de la gala, antes y después de pasar la primera eliminatoria de la noche deseo expreso de sus padres. Cuando la pequeña arrancó a cantar y mostró dos formas posibles de interpretar a Adele, el corazón de la audiencia era un órgano castigado. Minutos después, Iraila pasaba a la siguiente fase, como si un guionista perverso lo hubiera calculado todo. De hecho, ninguno lo habría hecho mejor a posteriori, sin pasarse de frenada. Es muy pasional dijo de ella Malú. Soy la llorona confesaba la protagonista, circunstancia que confirmaría pasada la una de la madrugada, cuando fue eliminada. Su expresividad no necesitaba ninguna tragedia para conquistar al público. Los llantos sobre el escenario, una constante que cobraba otro significado, no escondían la última nota hermosa: las admirables y continuas demostraciones de deportividad infantil. Soy la llorona La expresividad de la joven no necesitaba una tragedia para conquistar al público Mensaje de la cadena Jesús Vázquez explicó en el prólogo las razones de la emisión del programa SHARE O NO SHARE BEATRIZ MANJÓN EL PORVENIR QUE NO VINO Triste papel el de espectador omnisciente, que conoce el final de Iraila, pero no puede cambiarlo D ecía Marguerite Yourcenar que uno solo muere cuando está solo, así que, siendo la tele una compañía, Iraila vive aún en ese espejismo de porvenir que suele ser todo talent show. Ya escribió Ángel González que lo llaman porvenir porque no viene nunca. Iraila, este programa va por ti dijo Jesús Vázquez, con tupé a media asta. Luego, además de animar a los niños a darse los teléfonos, soltó frase premonitoria: Tengo un nudito aquí que no me sube ni me baja la pajarita Se hizo esperar Iraila, como los amores definitivos. Inevitable la lágrima. Si pierdo será que no soy tan buena, si gano: ¡yuhuuu! dijo a lo Homer Simpson. Cantó con sus gafillas, a juego con los pendientes, esta vez sin reloj, como para no saber de cuentas atrás. Me acordé de aquel niño del que hablaba Walter Benjamin que no miraba los relojes por miedo a estropearlos. Y se despeinó los caracolillos, con los que Bisbal jugueteó luego de su primera actuación, como queriendo comprobar la fija- ción. Al acabar, rompió a llorar, tal vez porque nadie quiere ser el primero el último día, y al elegirla Malú se tapó la sonrisa como las misses. ¡Hasta hizo hablar a Niña Pastori! La televisión no deja de ser un juego y quienes mejor lo juegan son los niños. En la boca de los críos son los sueños como chicle, y los estiran, los moldean, los rompen, los inflan o los explotan con despreocupación. Por eso, en los días finales, cuando uno sabe que toca perder, se acuerda de los años primeros: Estos días azules y este sol de la infancia escribió Machado antes de morir. La televisión no resucita pero vivifica el recuerdo, aunque no deje de ser el diferido un presente hipotecado. Lo peor de pasar de espectador testigo a omnisciente es esa macabra contemplación, sabedor del final pero sin potestad para cambiarlo.

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