ABC MADRID 13-03-2014 página 83

ABC JUEVES, 13 DE MARZO DE 2014 abc. es madrid MADRID 83 Hace diez años, el sacerdote Enrique Roldán estuvo en la morgue. Hoy relata una experiencia que le marcó El 11- M, en Ifema, le calmé el corazón MARÍA ISABEL SERRANO MADRID unca supo su nombre. Solo recuerda que aquel muchacho de Alcalá de Henares, recién casado, perdió a su mujer embarazada de tres meses en el atentado del 11- M. Mi presencia le calmó el corazón Lo dice, diez años después, Enrique Roldán, hoy párroco de Santa María Magdalena, catedral de Getafe. La noche del atentado decidió irse a Ifema. Su conmovedor relato lo contó ayer en una Carta al Director de ABC. Hoy nos da más detalles de aquella experiencia. Yo tenía entonces 30 años y llevaba cuatro de cura. Vivía en el Seminario Diocesano del Cerro de los Ángeles. Era la hora de la cena. Nadie abría N la boca. Estábamos tristes y desconcertados. Y nos preguntamos: ¿por qué no vamos a Ifema? Teníamos que ir. Me dije: tienes que estar; de lo contrario, no eres nadie Roldán y otros once jóvenes sacerdotes cogieron tres coches y pusieron rumbo a la inmensa morgue en que se había convertido el pabellón de ferias madrileño. No sabíamos cuál iba a ser la reacción de la gente. A veces, un cura no es bien visto. Y más en momentos de tanta tensión. Los pasillos estaban llenos de desgarro, de pena, de llantos Era una pesadilla relata. Recuerda que, en un momento determinado, una mujer le salió al paso. Me señaló a un joven, deshecho, roto por el dolor. Su esposa estaba entre los muertos. Cuando iba hacia él apareció otra mujer gritando que me fuera El hoy párroco de Getafe, Enrique Roldán, en un oficio religioso de allí. Y le dije al hombre que si quería que me quedara con él. Me echó la mano al hombro y empezó a hablar. Solo a hablar recuerda el sacerdote. Roldán tiene escritas a fuego, en su memoria, las palabras de quien se acababa de quedar viudo al poco de casarse. Y de perder a su esposa, a su futuro hijo y su proyecto de vida. Me contó que su mujer nunca cogía el tren para ir a trabajar. Pero ese día tenía cita para su primera ecografía porque estaba embarazada de tres ABC meses. En medio del desconsuelo, aseguró que ella era creyente y que, por eso, ya estaría con Dios. Creo que mi presencia le calmó el corazón ¿En momentos así, es humano perder la fe? preguntamos a Roldán. A mí nunca se me ha tambaleado pero tampoco tengo la respuesta. Entiendo que la gente se rebele. Es un misterio. Como la vida y la muerte. Intenté inculcarle que el mal crea odio y el bien da vida. Espero que le ayudara. Me gustaría saber que le ayudé