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ABC MADRID 09-03-2014 página 108
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108 MADRID DOMINGO, 9 DE MARZO DE 2014 abc. es madrid ABC LA UNA Y MEDIA JESÚS HIGUERAS CRISTO Y LA TENTACIÓN El egoísta nunca será feliz, mientras que el que vive pensando en los demás halla el sentido de la vida Necesitamos ser tentados para así poder ejercer nuestra libertad y poder construirnos a nosotros mismos E Los servicios de rescate, junto a los dos accidentados, ayer al mediodía, en la vía de La Araña (Ávila) EFE Un madrileño muere junto a otro montañero al despeñarse en Gredos Cayeron durante una escalada en la vía conocida como La Araña, en Ávila S. L. ÁVILA Eduardo murió hace hoy un mes en Peñalara Eduardo del Blanco Adán, de 27 años, falleció hace hoy un mes en Peñalara tras quedar atrapado, junto a su amigo Carlos Lorenzo- que logró sobrevivir- por un temporal de frío y nieve que les desorientó. El aviso de socorro llegó a las 18.30 horas del sábado, y el dispositivo que se puso en marcha de inmediato les localizó pasadas las 5 de la madrugada. Tras abrir una zanja en el suelo, Eduardo decidió dejar a su amigo la zona inferior, y colocarse él encima para aportarle calor con su cuerpo, ya que pensaba que estaba mejor equipado para defenderse del frío, explicó su padre. Pero no consiguió sobrevivir a las bajas temperaturas que se soportaron a más de 2.200 metros de altura. debido a la caída sufrida cuando practicaban la escalada. En el aviso recibido se les informaba de que varias personas alertaban de un accidente sufrido por entre dos y cuatro personas en la vía de escalada La Araña, y que los escaladores habían resultado heridas graves tras sufrir una caída. Un montañero madrileño y otro de Ávila murieron a primera hora de la tarde de ayer en la abulense sierra de Gredos tras sufrir una caída cuando practicaban escalda en la vía conocida como La Araña, en el municipio de Navalperal de Tormes, según informó la Guardia Civil y el servicio de emergencias 112 de Castilla y León. El madrileño responde a las iniciales L. G. G. y tenía 41 años; su compañero de escalada era J. M. D. N. de 45 años y vecino de Ávila. Fueron evacuados hasta el helipuerto de Hoyos del Espino (Ávila) donde se realizó el levantamiento de los cadáveres. Los hechos se produjeron en torno a las 13.20 horas, cuando el 112 recibió un aviso alertando del accidente sufrido por varios montañeros en el Circo de Gredos, dentro del municipio de Navalperal de Tormes. Se trata del glaciar más extenso de todo el Sistema Central y está ubicado cerca del Pico Almanzor, el más elevado de la zona. Hasta el lugar de los hechos se trasladaron efectivos del Grupo de Rescate e Intervención de Montaña (Greim) de la Guardia Civil de El Barco de Ávila, confirmando el fallecimiento de los dos montañeros, a las tres de la tarde, Amplio despliegue Comunicado el incidente al Centro Coordinador de Emergencias de Protección Civil, se ordenó la salida del helicóptero de salvamento con un equipo de rescate de Protección Civil hacia la zona. Tras localizar el lugar del accidente, el helicóptero aterrizó para facilitar el descenso del equipo de rescate antes de bajar hasta el helipuerto de Hoyos del Espino, para recoger a los agentes de montaña de la Guardia Civil y acercarles al lugar. El helicóptero de Protección Civil colaboró con los agentes de la Guardia Civil que instruyen las diligencias sobre el accidente, realizando un vuelo de inspección con los agentes a bordo, informa Efe. Además, el equipo de rescate, sobre el terreno, prestó también apoyo a los agentes de la Guardia Civil para la evacuación de los cadáveres de ambos fallecidos. En Hoyos del Espino, asimismo, estuvieron movilizadas una UVI móvil y una ambulancia de soporte vital básico de Sacyl, ante la posibilidad de que hubiese que prestar asistencia médica a alguna persona. Las víctimas El madrileño responde a las iniciales L. G. G. y tenía 41 años. Su compañero, de 45, era vecino de Ávila s propio de la condición humana la debilidad, no sólo corporal, sino también psicológica y espiritual; por eso nuestra voluntad no siempre responde como deseamos y nuestra inteligencia no goza de la claridad completa que tanto nos gustaría. Cristo, al asumir la condición humana acepta esa debilidad nuestra, aunque su naturaleza humana no estaba herida por el pecado ya que es perfecto Dios y perfecto hombre. Pero quiere ser tentado como uno más y se somete a ese terrible proceso por el cual el ser humano tiene que elegir entre su propio bien y el bien de los demás. El Señor es llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado y después de ayunar cuarenta días experimenta la fragilidad y la indigencia humana. Pero Él sabe muy bien que cuenta con el poder de la Palabra Divina para combatir los engaños del enemigo, el cual quiere ante todo que renuncie a esa vocación que todo ser humano tiene de vivir por y para los demás y no por y para sí mismo. En el fondo todas las tentaciones que recibimos en la vida van encaminadas a malograr nuestro destino en la tierra, que es reproducir en nuestros corazones el amor del Padre, un amor que siempre sale al encuentro de los demás y que huye de cualquier forma de egoísmo. El egoísta nunca será feliz mientras que el que vive pensando en los demás más que en sí mismo encuentra el verdadero sentido a la vida. No es malo recibir tentaciones, es más, necesitamos ser tentados para así poder ejercitar nuestra libertad y poder construirnos a nosotros mismos, pues un ser humano queda definido por las decisiones que toma, en definitiva por sus amores. Cuando somos visitados por la tentación es bueno mirar a Cristo que, apoyándose en la Sagrada Escritura, sabe combatir al enemigo y no busca en ningún momento ni la propia gloria ni el bienestar personal.

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