ABC MADRID 08-03-2014 página 20
- EdiciónABC, MADRID
- Página20
- Fecha de publicación08/03/2014
- ID0006310061
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20 ESPAÑA Cumbre del PP europeo El aspirante a la Comisión SÁBADO, 8 DE MARZO DE 2014 abc. es españa ABC El luxemburgués Juncker apea al francés Barnier como candidato conservador El centro derecha asume que debe ganar en las urnas para decidir en la Comisión ENRIQUE SERBETO ENVIADO ESPECIAL A DUBLÍN El exprimer ministro de Luxemburgo Jean Claude Juncker fue elegido ayer por los delegados del Partido Popular Europeo como candidato a la presidencia de la Comisión Europea en la próxima legislatura, si las candidaturas de centro derecha resultan vencedoras en el conjunto de los Veintiocho en las elecciones al Parlamento europeo del próximo 25 de mayo. Juncker obtuvo 382 votos de un total de 629, mientras que su único oponente, el comisario francés Michel Barnier, recibió el apoyo de 245 delegados. Aunque el sufragio era secreto, se da por hecho que en la elección de Juncker fueron esenciales los votos combinados de las delegaciones de los dos partidos alemanes (la más numerosa con 101 delegados) y el PP español (55) mientras que Barnier contó con buena parte de los franceses de la UMP (68) Los dos delegados de Unió Democrática también admitieron haber votado al luxemburgués. La designación de Juncker completa un proceso totalmente nuevo en la Unión Europea y que confirma que por primera vez el nombramiento del presidente del Ejecutivo comunitario no dependerá únicamente de las deliberaciones de los jefes de Estado o de Gobierno, sino que vendrá predeterminado por la elección de los votantes europeos. Juncker se enfrentará al actual presidente del Parlamento Europeo, el socialdemócrata alemán Martin candidato del Partido Socialista Europeo, que lleva meses haciendo campaña. El procedimiento para introducir este mecanismo de respaldo democrático inicialmente no era del agrado de algunos dirigentes europeos, Merkel incluida, pero el congreso dejó claro que, como dijo el nuevo presidente del PPE, Joseph Daul, si ganamos las elecciones, y las vamos a ganar, será nuestro candidato quien se instalará en la presidencia de la Comisión y nadie más El propio Juncker dio por hecho que el Consejo tomará una decisión respetuosa con el tratado y que ningún dirigente socialista vetará su posible nombramiento. El conservador británico David Cameron, que no forma parte del Partido Popular Europeo, tampoco ve con simpatía ni a Juncker ni a a los que considera demasiado europeístas, por lo que seguramente reclamará alguna compensación a cambio. José Manuel Barroso con el que puede ser su sucesor, Jean- Claude Juncker AFP JEAN- CLAUDE JUNCKER CANDIDATO DEL PP EUROPEO Un veterano conocedor de los entresijos de Bruselas La escena en la que Jean- Claude Juncker, cuando era presidente del Eurogrupo y España estaba pasándolas tiesas en plena tormenta financiera, le apretaba el cuello al ministro Luis de Guindos, es probablemente la imagen más conocida en España del que ahora ya es el candidato popular a la presidencia de la Comisión Europea. La fotografía no le hace justicia. Primero porque terminaba con un abrazo amable con Guindos. Pero sobre todo porque durante aquellos meses Juncker era la cara visible de la política que se tradujo en los recortes en pleno colapso de la economía española, cuando lo cierto es que estuvo siempre entre los que apoyaron que a nuestro país se le diera más tiempo para cumplir sus obligaciones de reducción del déficit. No es seguro que este veterano dirigente democristiano de 59 años que ha dirigido durante casi dos décadas el país más rico de la UE hubiera sido el candidato ideal para España en otras circunstancias, pero si ha ganado esta elección ha sido sobre todo al apoyo conjunto de los delegados alemanes y españoles. Acostumbrado a hacer valer sus intereses y aprovechar sus cualidades viniendo de un país minúsculo, se cuenta que en una reunión tuvo la audacia de decirle al entonces líder chino Hu Jintao: Usted y yo, juntos, representamos a más de mil millones de personas una anécdota que refleja bien su carácter vivo y agudo. Ha perdido la presidencia del Gobierno de Luxemburgo no porque sus seguidores le hayan dejado de votar, sino porque sus socios de coalición le han abandonado para formar una inédita coalición con liberales y verdes. Y si no fue presidente de la Comisión en 2004 fue precisamente porque los votantes luxemburgueses le acaban de elegir haciéndole prometer que no se iría a Bruselas. Ahora ya ha dicho que no se presentará a las elecciones al Parlamento europeo el 25 de mayo, porque los resultados podrían tener un efecto desestabilizador en Luxemburgo. Durante los últimos meses se han revivido ciertas campañas que le acusan de estar demasiado apegado a la costumbre de tomar una copa después de cenar. Desde luego no es un hombre sobrio, y en las cumbres, algunos de sus colegas (sobre todo Angela Merkel y la lituana Dalia Grybauskaita) le echaron en cara que no respetase la prohibición de hacerlo en el edificio del Consejo. Pero en las grandes reuniones que se prolongan hasta altísimas horas de la madrugada (protagonizó un pulso épico como presidente de turno contra el británico Tony Blair en la discusión del presupuesto europeo) ha estado siempre a la altura de las circunstancias. Conoce mejor que nadie todos los resquicios de las instituciones europeas y por eso sabe que como residente de la Comisión tendrá que prepararse para un cambio de vida. Ser primer ministro de un país rico de medio millón de habitantes no debe ser un trabajo estresante, y, como se le ha dicho alguna vez, a las 11 de la mañana ya habrá resuelto todos los problemas del día En Bruselas no va a ser lo mismo.