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ABC MADRID 16-02-2014 página 76
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76 CULTURA DOMINGO, 16 DE FEBRERO DE 2014 abc. es cultura ABC Valery Gergiev Viaje con el sumo sacerdote de la batuta ABC ha acompañado al director ruso en su gira por España. Un trayecto en el que habla de sus inicios, su filosofía sobre la música, sus retos y sobre Rusia SUSANA GAVIÑA MADRID C on cierta premura, Valery Gergiev (Moscú, 1953) llega a la estación de Atocha, donde en poco más de diez minutos tiene que tomar un AVE que le llevará a Lérida trayecto en el que le acompañará ABC desde donde un coche le trasladará a Andorra. Es su última parada en su gira por la Península, que inició el pasado martes en Barcelona y que ha hecho escala en Valencia y Madrid. Unas horas antes, en el Auditorio Nacional, ha ofrecido una sublime Novena de Mahler. Sorprendido, en la puerta de la estación, por Isabel, la fotógrafa de ABC, desenfunda rápidamente un peine para arreglarse el cabello y cerrarse la chaqueta de lana. ¿Dónde puedo mirarme? pregunta algo azorado, desvelando una faceta de coquetería que desconocíamos. Su semblante no denota cansancio, y sí un gesto relajado. La gira está marchando bien, y eso se refleja en el talante del director de orquesta, que ha vuelvo a nuestro país con la formación del Mariinsky, con la que viene de manera regular desde su debut en Mérida, hace ya 23 años. Durante estas dos décadas Gergiev ha liderado más de un centenar de conciertos en diferentes escenarios españoles. A diferencia de la escolta de guardaespaldas que le acompaña en San Petersburgo, donde recibe trato de ministro y dirige el que es tal vez el complejo cultural más grande del mundo, el Mariinsky (integrado por dos teatros de ópera y un auditorio) aquí su séquito se reduce a dos personas de la agencia de conciertos La Filarmónica y el periodista francés Bertrand Dermoncourt, que desde hace cuatro años prepara una biografía sobre el músico ruso. La orquesta ha partido ya hacia Lérida a las 9 de la mañana. Con ella ha ofrecido tres conciertos en tres días y en tres ciudades distintas matiza el maestro, cuya capacidad de trabajo es bien conocida (el año pasado fue el director de orquesta que más actuaciones ofreció en el mundo) ¿Es un adicto a la batuta, al poder que esta otorga, o simplemente a la música? To- dos los directores son adictos a la batuta bromea Suelo trabajar duro porque cuando me convertí en director artístico y musical del Kirov (en 1992 cambió el nombre por el de Mariinsky) atravesaba una situación muy difícil tanto la institución, como la ciudad y el país. Sin ese trabajo hubiese sido imposible alcanzar la calidad y el público que tenemos hoy. Lo que hago es lo normal, lo que considero correcto, necesario, interesante e importante para la institución de la que soy responsable. De ahí, las giras, las numerosas actuaciones, vuelos, ensayos... Pero, por supuesto, para mí hacer música es un placer condicial a la interpretación, el maestro ruso de quien dicen dirige más con la mirada que con la batuta confiesa algunas de sus otras pasiones, como ir a la sauna, nadar o pasear por las montañas del Caucaso Un lugar muy vinculado a su infancia pues aunque nació en Moscú, cuando era muy pequeño sus padres se trasladaron a vivir a Ossetia, de donde proceden sus antepasados y donde se siente muy enraizado. Rechazado a los 7 años Los carritos de las bebidas, el revisor pidiendo los billetes, de nuevo otra vez el dichoso carrito, ahora con la prensa... interrumpen en ocasiones la conversación... Y volvemos a su infancia y sus primeros contactos con la música. Con siete años, la madre de Gergiev le llevó para ver si le admitían en una de las mejores escuelas de la ciudad. La prueba fue un desastre y el tribunal dictaminó que el niño no tenía oído, memoria, ni sentido del ritmo. En definitiva, que no tenía ningún talento para la música. Más de medio siglo después, Gergiev, considerado hoy uno de los mejores directores de orquesta del mundo, recuerda aquel día. Había muchos niños. Era una competición que no solo tenía que ver con ellos. Fue hace mucho tiempo. Y es demasiado tarde para cambiar aquello pasa rápidamente página Gergiev. Tanto la figura de su padre, militar, como la de su madre fueron decisivas en su carrera. Mi madre siempre estuvo ahí y me animó a continuar. Desde el principio vio en mí un talento especial para la música Mientras que fue su padre, de quien heredó el carisma y Ocho meses fuera de casa Como director de la orquesta, marca la diferencia entre liderarla en horizontal, cuando tocas con colegas y compartes con ellos el hecho de hacer música; y en vertical, cuando tú asumes todas las decisiones. Dirigir continúa es un proceso de aprendizaje de cómo tocar, pero también a la hora de cómo organizarse, cómo utilizar el tiempo de la mejor manera... Esa es mi responsabilidad. Soy yo quien está arriba, pero eso no significa que sea un adicto a la batuta. Simplemente quiero que todo funcione. Que yo dirija todos, o casi todos los días no es algo excepcional, también trabajan así los periodistas o quien tiene una tienda afirma el músico, que pasa ocho meses al año fuera de casa en San Petersburgo, donde vive con su familia su mujer, sus tres hijos, su madre, su hermana... todos ellos instalados en un mismo edificio. Aunque no es frecuente, en alguna ocasión se ha llevado a sus hijos a alguno de sus viajes a Japón, Londres, París, Viena, Estados Unidos... pues quiere que además de una profunda cultura rusa tengan una visión global del mundo Excursiones que hacen solo si se lo permite el calendario escolar. A los niños no se les puede sacar del colegio en cualquier momento. Eso no es lo mejor para aprender disciplina subraya Gergiev, que procura que no sufran la presión de tener un padre músico. Quiero que les guste, que amen la música, pero no les voy a forzar para que se dediquen a ella. Pero si la eligen seré muy feliz A pesar de esa imagen de entrega in- Valery Gergiev, a su llegada a la estación de Atocha el liderato, quien le empujó de manera definitiva hacia ella. Su fallecimiento cuando yo tenía 14 años me afectó mucho. En ese momento decidí centrarme en la música para apartarme de la calle y de las diversiones que esta ofrecía. Se puede decir que me encerré en mí mismo, y la música comenzó a ocupar cada vez más espacio en mi vida Poco después ingresaría en el Conservatorio de Leningrado (ahora San Petersburgo) por cuyos pasillos se cruzaría con Shostakovich pero entonces yo era muy jo- Vladimir Putin La imagen que presentan los medios occidentales es muy diferente a la real Aunque el 2013 fue un año de celebraciones para Valery Gergiev (25 años al frente de la Orquesta del Mariinsky, sus 60 años y 20 años del Festival Noches Blancas de San Petersburgo que él fundó) lo cerró con una serie de protestas antes de sus conciertos en Nueva York, Londres y Múnich por la ley antigay aprobada el pasado verano por Vladimir Putin, con quien el director ruso mantiene una cercana relación. Unas protestas que asegura no le afectaron porque yo estaba en el camerino y no las escuchaba. Es un tema que está fuera del ámbito artístico, no tiene que ver con la música. Y no estoy interesado en hablar de esas cosas Cuando voy a Nueva York, París, Holanda no me interesa nada que no sea artístico. Aunque la gente intente que hable de otros temas, yo siempre digo lo mismo ¿Pero lo que colgó en su página de Facebook? Eso lo puso el teatro Mariinski, no yo aclara. Y añade, que la Rusia que se conoce en Occidente, de la que hablan los medios occidentales, es completa-

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