ABC MADRID 19-01-2014 página 55

ABC DOMINGO, 19 DE ENERO DE 2014 abc. es sociedad SOCIEDAD 55 Papa Francisco Es comprensivo, desea acoger a los descarriados, no da la razón a los disidentes Debate del aborto Es una pena que haya tanta duda y tibieza en la legislación del aborto Los misioneros Su función prioritaria no es resolver la pobreza, sino llevar la noticia de que Jesús es el norte de la Humanidad to de ley para reformar la normativa actual sobre el aborto? -Si restringe el aborto, ya me parece mejor que la anterior, pero es una pena que haya tanta duda y tibieza. El debate del aborto en España está pervertido. No se parte de su verdad. No es una interrupción del embarazo, ni una enfermedad ni una elección de la mujer, porque cuando una mujer lleva un hijo en las entrañas ya es madre y debe cuidar de la vida de su hijo. Que nos hayan vendido una ley como la que hay, con la que se puede matar a un hijo en el seno materno, es una aberración. Porque se trata de una persona independiente, distinta, que crece al abrigo de su madre. ¿Qué recuerdos tiene de su etapa en Navarra? -Fueron quince años. Recuerdo su paisaje, su tierra, sus santuarios. Pero también recuerdo los atentados... Y las javieradas; Ujué, Roncesvalles, Estella... Y el Año Javeriano, un año antes de mi jubilación, en 2007. Javier siempre ha sido uno de los puntos que recuerdo con más cariño. Mi vocación se debe en parte al ejemplo de Francisco de Javier. -Es usted claretiano. Los claretianos tienen una impronta misionera. ¿Cuál es el papel actual de los misioneros y dónde está? -La función de los misioneros no es en primer lugar resolver la pobreza, sino llevar la noticia de que Jesús es el Hijo de Dios y Salvador de toda la Humanidad. Es el molde, el ideal, el norte de la Humanidad. Esa es la gran noticia de los misioneros. Me hice claretiano para ir a Japón, pero la vida me ha llevado por otros derroteros. El lugar de los misioneros está en todo el mundo y donde las situaciones son más difíciles el amor al prójimo se convierte en socorro de los pobres y confirma el anuncio del Evangelio de Jesús. JOSÉ FRANCISCO SERRANO OCEJA EL NEOCARDENAL ESPAÑOL Monseñor Sebastián ha ejercido la libertad llamando a las cosas por su nombre L a genial decisión del Papa Francisco de crear cardenal al arzobispo emérito español Fernando Sebastián Aguilar ha provocado múltiples interpretaciones. La principal y más equilibrada, el reconocimiento a una persona y personalidad que se ha configurado a través de una singular trayectoria. Hay quienes han considerado que el reconocimiento a don Fernando era una asignatura pendiente, y también que representa un cierto contrapunto. La cuestión es si estamos ante el capelo del contrapunto, en su acepción de el arte de combinar dos o tres melodías contrapuestas El Papa Francisco insiste en la sabiduría de los ancianos, también en la Iglesia. Esto no significa que se esté proyectando una Iglesia en España de eméritos o por eméritos sino que la trayectoria vital se integra en la sabiduría del Evangelio. Hay que meterse de lleno en la vida y en el pensamiento de don Fernando para aprender de esta historia. Recordar, por ejemplo, aquellos años de rector de Salamanca, trabajando codo con codo con el hoy cardenal Rouco, entonces su vicerrector. Tendríamos que releer los textos de don Fernando. Propuesta: uno, de 1984, titulado Carta abierta a los amigos de Iglesia Viva y el segundo, Aclaraciones improvisadas a una bienintencionada crítica destinados a una publicación que fue criatura intelectual suya, y que después tomó derroteros diversos. O retomar su Nueva Evangelización. Fe, cultura y política hoy un clásico ya. Monseñor Sebastián ha ejercido la libertad llamando a las cosas por su nombre, sin dejar de acompañar a los que se sentían interpelados. Para quienes pretenden convertir el pontificado del Papa Francisco en una Damnatio Memoriae a la española, una condena del pasado más inmediato, esta designación no servirá a sus tesis. Como ya contestara el neocardenal a la periodista María José Francés, la Iglesia tiene un secreto, y es que es acumulativa. Yo estoy hoy aquí, y luego vendrá otro, y otro... Hay una continuidad de objetivos que hace que la Iglesia sea la institución menos contradictoria consigo misma que puede haber RR d d QVb daVQ RR d d QVb daVQ